Trabajar cansa

¿Se están rifando nuevas medidas?

 

No sé ustedes, pero yo los días que hay Consejo de Ministros amanezco de los nervios. Me paso toda la mañana pendiente de la radio y los diarios digitales, hasta que llegan noticias desde Moncloa, y entonces respiro aliviado. Y es que, con el acelerón reformista que vivimos, cada vez que se reúne el presidente con sus ministros me espero otro susto. Ayer salimos vivos, pero sólo por una semana.

Si en agosto acordaron una reforma constitucional, y aprobaron extender los contratos de formación hasta los 30 y encadenar temporales, quién me dice que en el próximo Consejo no nos den otra sorpresa. El ritmo con que se han sucedido recortes y reformas invita a temerlo. Y tampoco tranquiliza pensar que estamos en sus últimas horas, pues está comprobado que en esta legislatura hasta el rabo todo es BOE, y Europa sigue apretando para que aplaquemos a los inaplacables mercados.

Hace unos días, en Turquía, le preguntaron a Zapatero si habría nuevas medidas, y no dijo ni que sí ni que no, sino que de haberlas, las explicaría en España y no de viaje. Así que ayer estaba yo con la tensión alta, por si nos caía un premio, visto que algunos analistas coinciden en que se está rifando otra reforma antes de las elecciones. El ministro Blanco dijo ayer que "a día de hoy" no hay previstas nuevas medidas, pero visto lo visto, yo lo tomo al pie de la letra: a día de hoy no, mañana ya veremos.

Algunos comentan que lo próximo podría ser una reforma fiscal, y dicen que hay ministros presionando para aprobar algo que pueda llamarse "impuesto a los ricos", recuperando el de patrimonio, aumentando la fiscalidad o creando una nueva tasa.

Pero tampoco eso me tranquiliza, más bien lo contrario: con tanto hablar de los impuestos a los ricos, me da en la nariz que si esta vez los ricos llevan también papeletas para la rifa, a la hora de la verdad se llevarán como mucho un peluche, y el premio gordo nos volverá a caer a los mismos. Es decir, que la subida fiscal a los que más tienen podría incluir en el mismo paquete medidas para los trabajadores, de modo que el impuesto a los ricos sea la pastillita con la que tragarnos otra indigesta reforma. Porque supongo que los mercados no se quedarían muy tranquilos si sólo aprietan a los ricos, sino que exigirán un reparto del dolor. Y ya saben quién tiene siempre más papeletas en ese sorteo.

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