Trabajar cansa

¿Eurodrama o Eurocomedia?

 

Es una pena que Wikileaks esté en horas bajas, asfixiada económicamente y con su fundador en persecución judicial, porque sin ellos no tenemos quien nos filtre las conversaciones de la cena que anoche tuvieron en Cannes los mandarines europeos.

En la misma mesa se sentaron Nicolás Sarkozy y Ángela Merkel, suponemos que cada uno presidiendo un lado de la tabla, y entre ellos el presidente de la Comisión Europea, el del Consejo, el jefe del Eurogrupo, la directora gerente del FMI, y el nuevo presidente del Banco Central Europeo.

Y en medio de la mesa, una silla vacía para el invitado estrella de la noche: el presidente griego Papandreu, que entraría en el comedor como el misionero que pregunta el menú a los caníbales que le invitan a comer. Para completar la escenografía, sobre la mesa había un maletín abierto, con 8.000 millones de euros del plan de rescate, y que se cerraría pillándole los dedos en cuanto Papandreu adelantase una mano. Otra gran foto para el álbum de la Europa fraternal.

Para ser sinceros, no sabemos si Papandreu fue parte del menú, o si el presidente griego acabó brindando con sus anfitriones, porque yo empiezo a sospechar algo de teatrillo en toda esta historia de Grecia, el rescate, el referéndum y los nervios de gobiernos y mercados. Cada vez más tengo la sensación de que el final de la historia está decidido de antemano, pero que la trama necesita un poco de dramatización para ser más digerible. Que Grecia está condenada haga lo que haga, quizás también el euro y de paso el Estado de Bienestar, y que es el precio por salvar un sistema financiero del que somos rehenes.

En esa comedia cada uno juega su papel: Merkel representando la intrasigencia germana, Sarkozy haciendo aspavientos furiosos ante las cámaras, los líderes en perpetua cumbre, la prensa anunciando el fin del mundo cada dos días, y ahora también el pueblo griego, cuya opinión no importa a nadie pero al que tal vez le acabe tocando representar el último papel de la obra. Eurodrama, titulaba ayer un periódico. Eurocomedia, parece a veces, aunque no tenga gracia.

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