Trabajar cansa

Tambores que dan miedo

 

Por si el año no era ya bastante emocionante -crisis, Grecia, euro, Fukushima, Libia, primavera árabe, elecciones, terremotos, volcanes-, para rematarlo empiezan a sonar tambores de guerra en Oriente Próximo. Sí, en realidad la percusión bélica nunca ha callado del todo en la región, pero en los últimos días nos ha sobresaltado un redoble de bombo, tras saber que el primer ministro israelí está presionando a su entorno político y militar para lanzar un ataque contra Irán y destruir su programa nuclear.

Con el gafe que tenemos encima este año, leer ataque y nuclear en la misma frase es como para presentarse voluntario al próximo Mars 500, a ser posible con viaje de verdad a Marte. Está comprobado que en esa zona del planeta, cuando algo puede salir mal acaba saliendo peor, y que los tambores nunca doblan por probar sonido. Y tal como está el patio, un ataque así incendiaría toda la región, además de liquidar la primavera árabe.

En realidad, todos tenemos asumido que tarde o temprano habrá un enfrentamiento de Israel, Estados Unidos y sus aliados de turno contra Irán. Llevan años preparando el terreno, sin desperdiciar una ocasión para demonizarlos y siempre buscando un pretexto suficiente (el último, una rocambolesca conspiración en terreno estadounidense).

El controvertido programa nuclear pretende ser ahora la pistola humeante para una guerra que en realidad empezó tiempo atrás: en los últimos años Irán ha sufrido sabotajes y ciberataques, y ha visto cómo varios de sus científicos eran asesinados. Mandar aviones y misiles sería sólo hacer visible y cruenta una guerra que hasta ahora era encubierta.

Irán es una amenaza, insisten los belicistas. Y es verdad que los discursos de Ahmadineyad no son muy tranquilizadores. Pero también es cierto que en la región hay un país que lleva décadas incumpliendo la legalidad internacional, que se ha enfrentado con todos sus vecinos, que gasta en armamento más que nadie, y que sí tiene la bomba, sin que ninguna inspección internacional haya podido revisar su programa nuclear secreto. Y no es Irán. Adivinen.

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