Trabajar cansa

El déficit aprieta (y ahoga)

 

Si creían que hasta aquí nos habíamos apretado el cinturón, vayan haciéndole otro agujero y metiendo tripa, porque nos queda mucho que ajustar. Para empezar, si queremos llegar al objetivo de déficit de este año, ya podemos contener la respiración para que nos cierre la hebilla en el agujero del 6%. Porque aunque en los tres primeros trimestres se contuvo, los últimos meses del año siempre son muy gastosos, y puede que no lleguemos.

Y si sólo se tratase de llegar a diciembre, sería duro pero tendría final. Nada de eso: si a fuerza de apretar logramos en el último minuto el 6%, que nadie se relaje, porque aún habrá que sacarle varios agujeros más al cinturón: el compromiso para 2012 es el 4,4%, y para 2013 el 3%. Es decir, que esto no ha hecho más que empezar si, como promete Rajoy, España será un ejemplo en Europa cumpliendo los objetivos.

Como cada punto de déficit son 10.000 millones, ya imaginarán que no es cualquier cosa recortar desde el 9,3% de 2010 hasta el 3% propuesto. Supone más de 60.000 millones de euros (10 billones de las antiguas pesetas), que ya nos explicará Rajoy de dónde se ahorran sin subir impuestos.

Y el precio de clavarnos el cinturón en la carne casi hasta el hueso no se limita al deterioro de servicios públicos, recortes en sanidad y educación, o reformas antisociales. Además, el fundamentalismo antidéficit nos condena a languidecer mucho tiempo.

Hagan un ejercicio: copien en papel transparente las últimas previsiones de la OCDE para España, y superpongan los datos de déficit, PIB y paro. Comprobarán que a un déficit del 4,4% el año que viene le corresponde una economía congelada (crecimiento del 0,3%) y un paro del 22,9%. Y para 2013, un déficit ideal de la muerte del 3% resulta en un crecimiento escuálido (1,3%) y 22,7% de paro.

Porque mientras el déficit es un compromiso cuyo incumplimiento se castiga con el infierno, el paro es pecado venial. Que el déficit supere el 4,4% dentro de un año es una tragedia que obliga a la movilización nacional. Que el paro suba al 23% para entonces es una pena, pero qué le vamos a hacer.

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