Trabajar cansa

La otra guerra de Siria

 

Para ganar una guerra hoy, tan importante como tener un buen general al frente de las tropas es contar con un buen jefe de comunicación. Algunos incluso contratan una empresa de relaciones públicas, como hizo Kuwait en 1990 para concienciar a la opinión pública occidental de la necesidad de machacar Irak, usando para ello manipulaciones tan burdas como efectivas.

Aquella guerra de Irak marcó un antes y un después en el uso de la propaganda. No es que antes no se hiciese, pues lo de que "la primera víctima de la guerra es la verdad" es algo casi tan viejo como la humanidad; pero después de aquella campaña los contendientes sofisticaron mucho sus métodos, se apoyaron en técnicas más próximas al marketing que al arte de la guerra, y sobre todo fueron mucho más conscientes de la importancia de ganarse la opinión pública, no tanto la propia (que era lo clásico) como la de los países más poderosos, en el marco de las nuevas "guerras humanitarias" (y cuál no lo ha sido en las últimas décadas).

Desde entonces, toda historia bélica que se escriba obliga a reservar un capítulo para esa otra guerra, la informativa. Algunas manipulaciones son de todos sabidas; otras en cambio sólo se conocen pasados muchos años, cuando ya no importa ni apenas reciben atención.

En esas estábamos cuando llegamos a la actual guerra en Siria. Y digo guerra, consciente de que la lucha de propaganda empieza siempre por el lenguaje: mientras para unos se trata de una guerra civil, para otros es una masacre de una dictadura contra su población, e incluso hay quien la ve ya como una guerra imperialista más.

Yo no sé en qué mienten o dicen la verdad unos y otros, tanto el régimen de Al Asad como los combatientes organizados contra él. Sólo sé que la historia reciente, las veces en que hemos sido engañados, debería hacernos extremar el sentido crítico, y estar alerta ante toda información que llegue de Siria, contrastando fuentes y dudando por principio. De lo contrario, junto a las víctimas que ya se están produciendo, nos sumaremos nosotros como víctimas de esa otra guerra, la informativa.

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