Traducción inversa

Un escritor cubano

  José Miguel Sánchez es un escritor cubano. Su nombre artístico es Yoss. Lo he conocido este verano, en La Habana, y he podido admirar en él una extraña lucidez. Es un hombre viajado, culto y carismático.  Se pasea por el Vedado, su espacio natural, con un atuendo heavy metal: chaleco negro, pañuelo de pirata, brazaletes y unas pesadas botas. Un punto excéntrico en su contexto tropical, moderadamente impresionante. Entre las cenizas de la revolución se ha construido un refugio que le permite sobrevivir. No responde ni al estereotipo de leal adicto al régimen ni al del disidente desaforado. Su pasión es la ciencia ficción. ¿Ciencia ficción cubana? Por supuesto: un género que permite abordar la realidad de su país sin arriesgados discursos explícitos.  Yoss vive con su madre enferma y su bellísima novia en una casa vieja (lo cual, en La Habana, es una redundancia) y es el vocalista de Tenaz, un grupo de rock duro. De esa clase de grupos de rock duro –precisa- que se esfuerzan porque se entiendan las letras de sus canciones. Cuando cae un aguacero, Yoss se refugia bajo una marquesina, saca una armónica y se pone a soplar. Entonces me da la sensación de que, si Cuba tiene algún futuro (más allá de la podredumbre actual y más acá de la venganza del capitalismo), es con sujetos como él. Pasar un día a su lado es asistir a una clase magistral de crítica de la realidad, y eso ayuda a entender una ciudad, un país, un momento histórico. Su mundo literario es más lúdico que inquietante. Podría vivir en el extranjero, pero sigue en La Habana. Se diría que es feliz.

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