Traducción inversa

Las fotos de Magnum

  Veo que las imágenes que distribuye Público entre semana bajo el rótulo "Maestros de la fotografía" son casi todas de la agencia Magnum. Se trata de instantáneas maravillosas e inolvidables, que forman ya parte del patrimonio retiniano de la humanidad. Espero que a los lectores les resulten tan interesantes como a mí. El polémico miliciano alcanzado por un disparo de Robert Capa, el beso escenificado para Alfred Eisenstaedt en Times Square, la extrañamente simétrica composición en la piscina de Henri Cartier-Bresson, el niño disfrazado de ángel a lomos de una bicicleta capturado por Josef Koudelka, Alfred Hitchcock y su gran cigarro a cargo de Philippe Halsman. Durante muchos años, decir Magnum fue nombrar una escuela de grandes fotógrafos, esa clase de héroes que se han convertido en guardianes de nuestra memoria. Hay un privilegio de la imagen fija que supo explicar muy bien Milan Kundera: "La memoria no filma, la memoria fotografía". Por eso una buena foto en blanco y negro representa mejor que cualquier otro documento una época, una circunstancia o un estado de ánimo.

  No sé si la continuación de la serie nos proporcionará mi foto favorita de Magnum. Es una imagen tomada por Elliott Erwitt en un descanso del rodaje de la película The Misfits (1961), dirigida por John Huston y estrenada en España con el título de Vidas rebeldes.

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El film es muy conocido porque se trata del último título en el que intervinieron dos actores de gran talla: Marilyn Monroe y Clark Gable. El guión es obra de Arthur Miller. Mientras se divorciaba de Marilyn, Miller le escribió este emotivo testamento. La agencia Magnum envió al rodaje a algunos de sus mejores fotógrafos, como Cartier-Bresson o Eve Arnold, pero sólo Erwitt supo capturar la imagen imperecedera que sobrevivió a toda contingencia.

  Es una foto donde posan los actores principales (Monroe, Gable y Montgomery Clift), John Huston y el propio Miller, entre otros. Son individualidades solitarias, islas perdidas en el océano de la fama. Sólo la muerte daría unidad a esta escena, apoderándose casi enseguida de sus rostros más conocidos: Gable murió a los pocos días de acabar el rodaje, Marilyn al año siguiente de su estreno; Clift sobrevivió un poco más, pero para entonces  la droga y el alcohol ya habían empezado a cubrirle con un sudario frío.

  Hay fotos que parecen solicitadas por el propio destino. Pero Magnum siempre aceptó el encargo. A todos ellos, muchas gracias.

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