Traducción inversa

Al PP ya no le gusta Obama

Al PP ya no le gusta Obama. Aunque se apuntaron sin rubor al festival planetario que cantaba las alabanzas del entonces candidato a la Casa Blanca, un escalofrío ha recorrido el espinazo de Rajoy y sus muchachos conforme el ya presidente ha ido pergeñando sus primeras medidas de gobierno. Sus decididas acciones a favor del aborto o de la investigación con células madres, su firme creencia en el papel del Estado para salir de la crisis, por no hablar del anuncio del cierre de Guantánamo o la retirada de Irak les han helado el corazón. ¿Qué se hicieron de aquellos cánticos obamistas de Jorge Moragas o de Esteban González Pons (que es al PP lo que Manolo el del Bombo a la selección española: un patético clown)? Quedaron en nada, claro. Sólo Aguirre, facha "sin complejos", se atrevió a apuntar tímidamente en su momento una opinión pro McCain. Ahora, sin embargo, a la lideresa lo único que se le ocurre es lamentar en público que el PSOE compare su política a la del presidente mestizo. Eso no le gusta. No le gusta porque desenmascara la farsa: el PP con quien bailó siempre fue con Bush.  Fue el tejano quien acarició el lomo de Aznar en las Azores, y fue Aznar quien, en estricto pago, le rió las gracias al tejano. Lo que no se puede es servir al tiempo a Dios y al demonio. También en política habría que reclamar un poquito de seriedad.

  En el fondo, lo que desconcierta a nuestros conservadores es que Obama ha demostrado que incluso en EEUU las ideas de izquierda pueden volver a ser necesarias. Pero si la avaricia capitalista ha provocado la crisis, la solidaridad deberá inexorablemente cauterizarla. De ahí Obama.

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