Traducción inversa

Una lección de vida

Descartada la playa, donde media humanidad se achicharra para purgar sus pecados, queda la montaña.  Conforme se acerca agosto –el tiempo cero del año- la bifurcación cobra todo su sentido. Este artículo es para los que hayan elegido la opción de la altura, aunque la montaña en cuestión sólo sea un promontorio de su propio interior. Nada más indicado, para huir del calor y las aglomeraciones, que buscar un libro que transcurra en un tiempo detenido y templado. La montaña mágica es perfecto, pero si su grosor y su densidad resultan disuasivos siempre se puede escoger un ejemplar más liviano. Precisamente la editorial Pre-textos ha publicado hace poco la novela Corazones cicatrizados, del escritor rumano Max Blecher.

Como la obra cumbre de Thomas Mann, esta historia transcurre en un sanatorio, en este caso del norte de Francia. Los relatos de sanatorio tienen un no sé qué de fascinante, con su vitalismo agonizante, su erotismo imposible y grotesco, el olor a yodoformo, las verdades de la existencia echadas bruscamente sobre el tapete, como en la última jugada de los dados. Este libro tiene mucho de autobiográfico (su autor murió de tisis ósea a los 27 años). Está escrito con una elegancia no exenta de desesperación y resulta, sobre todo, de una sorprendente modernidad. Como dice su autor, "la paradoja residía en existir y, sin embargo, no estar completamente vivo".

Antes de estar completamente muertos, los tuberculosos, los tísicos, los baldados nos dan una lección de pura vida. Es el momento exacto del año para recibirla.

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