Traducción inversa

Paseando al bisabuelo

Tenía a Mayor Oreja por un político plano, sin sustancia, sin nada interesante que aportar, de no ser algún vahído ideológico hilvanado con tristuras. Y sin embargo, he de reconocer que me equivocaba. Sin sospecharlo, nos ha proporcionado el gran hallazgo moral de la precampaña electoral. Sí claro, el fascismo posmoderno se burlaba del abuelo de Zapatero, un muerto demasiado poco honorable, puesto que lo mató Franco y no Txapote. En contrapartida, Mayor ha sacado a pasear a su bisabuelo. Ya lo había contado en algún libro, pero el jueves pasado, en Barcelona, lo catapultó definitivamente al estrellato. El bisabuelo: prohibió que sus hijos hablaran en vasco. Y dice el biznieto con orgullo: "Para que no se encerrasen en el granero". Y añade, con arrobo: "Para que aprendieran bien el español".

  Caramba con el bisabuelo. Un espíritu bienintencionado, sin duda. Quién demonios querría vivir en un granero –y hablando sólo vasco. La historia, qué duda cabe, sería entrañable de no ser por un pequeño detalle. Como resultado de la castración lingüística de aquel Mayor –o de aquel Oreja, que no sé de qué rama hablamos-, ahora sus descendientes hablan sólo castellano, pero se hartan de promover "el bilingüismo". Pero hombre, Mayor, para ser "bilingüe" hay que saber dos lenguas, y usted sólo sabe una. Su bisabuelo cumplió con su propósito, usted salió del granero... y ahora somos los demás los que nos gustaría refugiarnos entre el heno, para no tener que aguantar su desvergonzada hipocresía.

  Si Europa es algo, es un horizonte de multilingüismo. Los monolingües no tienen ningún futuro. Ni dentro ni fuera de su granero (mental).

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