La trama mediática

El enemigo en casa

A Pedro J. Ramírez le gustan estos golpes de efecto: meses atizando con lo gordo de la minipimer dialéctica a Alberto Ruíz-Gallardón, y un buen día -tal que ayer- el alcalde de Madrid es gratificado con una entrevista de dos páginas y el titular de apertura de la primera de El Mundo. Que la charla entre Esther Esteban y el supuesto enredador mayor del PP sea de guante blanco y sin más pinchazos mutuos que los necesarios para hacer amena su lectura no resta espectacularidad a la jugada. Quien más quien menos anda echando sus cuentas sobre lo que Ramírez busca al meter al enemigo en su casa de papel y tinta.

Cualquiera sabe. Es difícil interpretar al periodista de los tirantes, que en la misma edición abre su carta-río dominical pidiendo perdón por haber dicho de Mariano Rajoy que se está "haciendo acreedor a una versión especial del título de Tonto Contemporáneo" y que se está comportando "como un antropófago político con el infantilismo de un tiranuelo y como un líder inepto". Según él, no debió haberse expresado así porque el Libro de Estilo de su diario prohíbe los insultos. Ya con la conciencia más tranquila, el arrepentido se aplica en el resto del escrito a decir lo mismo del líder del Partido Popular, sólo que más finamente, para concluir -después de presumir de haber conocido en persona al político del Partido Demócrata norteamericano John Edwards y de citar al escritor ¡de izquierdas! Eduardo Galeano- anunciando que dentro de un año Alberto Ruiz-Gallardón dejará en pequeña broma la gresca actual en Génova, 13. Dice que es lo que se desprende de la entrevista con el alcalde madrileño. Van quedando atados los cabos sueltos.

Otra vez la Conspiración

Perdonen que utilice esa metáfora. Me temo que me afecta una suerte menor del Síndrome de Estocolmo por dedicar tanto tiempo a escrutar ese periódico que el viernes pasado resucitó -¡créanselo!- la monserga conspiratoria. Busquen un ejemplar de ese día y leerán (bajo la inevitable fotografía de José Tomás saliendo a hombros de Las Ventas que todos los diarios menos este convirtieron en la imagen de la jornada) el siguiente titular: "Los acusados del 11-S se comportan de manera opuesta a los del 11-M". Por lo visto, la diferencia estriba en que los autores de la matanza de Nueva York sacaron pecho en el juicio que se sigue en Guantánamo, mientras que los procesados por la masacre de Madrid habían intentado escurrir el bulto cuando pasaron por la Audiencia Nacional. Suficiente para desenterrar lo de los agujeros negros y demás cacharrería verbal.

Confieso que fui a ver qué decía al respecto Luis del Pino, uno de lo inventores de la novela paranoica, pero me quedé enredado en la campaña del grupúsculo que lidera -Los Peones Negros- a favor de Federico Jiménez Losantos. Hasta han sacado unas camisetas de lo más chic en las que por delante se lee "Federico estamos a tu lado" y por detrás "Por las víctimas vendría todos los días". ¿El precio? Ni idea. Además, creo que ya se han agotado.

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