La trama mediática

Pío, pío, pío... Moa

Como buen exterrorista, Pío Moa domina la máxima acción-reacción-acción. La bomba verbal del lunes, cuando sostuvo en su blog de Libertad Digital que Mariano Rajoy es un proetarra con bandera de conveniencia, encontró el amplificador que buscaba y, en el mismo viaje, la excusa para volver a la carga con más munición. Con indisimulada satisfacción por el eco alcanzado, el antiguo GRAPO titulaba su apunte de ayer en el mismo blog "¿No es Rajoy pro etarra?", antes de verter su torrencial prosa para responder afirmativamente a la pregunta. Les evito los delirios gramaticales previos y voy directo al grano. Lean: "Rajoy, por tanto, sigue EN LOS HECHOS, como el gobierno, una política pro etarra, y no vamos a cerrar los ojos a los hechos para abrir enormes orejas de asno a la verborrea demagógica con que se orquesta la delictiva operación". Todo literal, incluidas las mayúsculas gritonas.

La coartada de Moa para atribuir al líder del Partido Popular simpatía por ETA es que ha escuchado de sus labios las expresiones "diálogo" y "con todos sin excepción". ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Hablando de qué? Eso, por supuesto, no nos lo aclara, lo que nos hace sospechar que las palabras del pontevedrés sólo han existido en la imaginación del consumado fabulador que ha acreditado ser el ahora escribiente ultramontano. Un tipo que va contando que lo que hizo Franco en 1936 fue parar un supuesto golpe de estado de PSOE y Esquerra puede inventarse eso y más. Es interesante pensar quién le ha venido echando alpiste a este y a otros hooligans de la pluma y cuál está siendo el resultado.

Fraga, con carácter retroactivo

Los afectos de los que opinan con el estómago y la VISA son cambiantes. Fíjense en el caso de Manuel Fraga, que hasta hace apenas unos días seguían vendiéndonos como el inventor sin mácula de la democracia. Ahora que el exministro franquista se ha puesto en plan abuelo tocapelotas con los críticos del PP, algunos han recuperado la memoria de golpe. El penúltimo ha sido Gabriel Albiac, que el lunes sintetizaba en La Razón la biografía negra de Don Manuel y recordaba, por ejemplo, que siendo ministro de la gobernación en 1976, mandó a la policía utilizar la fuerza contra los obreros encerrados en una iglesia de Vitoria: "Disparos de la policía contra los obreros encerrados en una iglesia: Matanza de Vitoria. Dura lógica de hechos. ¿Alguien se acuerda?" La respuesta es sí. Muchos lo han venido recordando durante años y lo que han obtenido por ello han sido calificativos como "revanchistas" o "guerracivilistas".

De todo nos enteramos tarde. También de que en el PP hay políticos sujetos por el plato y no por las ideas. Isabel San Sebastián los delató el lunes en Cope al explicar que antes de renunciar a presentarse como candidato alternativo a Mariano Rajoy, "Juan Costa ha hablado con algunos amigos míos que le han dicho 'mira, es que no te puedo respaldar porque me están coaccionando, porque me quedo sin comer'. Es que hay gente que come de esto y tiene familia". Humano, muy humano.

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