La trama mediática

El Rey contra el gafe Zapatero

07-02.jpgLo que le faltaba al rey: ahora también es exorcista. Contaba ayer Luis María Anson en El Mundo que, ante la presencia de José Luis Rodríguez Zapatero en la final de la Eurocopa, Luis Aragonés suplicó a Zarzuela que el monarca se pusiera cerca del presidente para neutralizar su presunto mal fario. ¿Que estoy de guasa? Lean, porque, además, el académico de la lengua –¿común?– sostiene que los influjos negativos del leonés a punto estuvieron de costar una desgracia: "Don Juan Carlos, acompañado por la Reina y la Infanta Elena, hizo lo que pudo. Y contrarrestó al gafe Zapatero aunque no del todo. España debió ganar por 3 a 0. Pero cuatro o cinco ocasiones de marcar resultaron gafadas claramente por la presencia de Zapatero".

Tal vez el sortilegio real habría sido mayor con la presencia en el palco de Viena de Felipe de Borbón y Letizia Ortiz. Pero el heredero y su esposa tenían cosas mejor que hacer, según una descacharrante exclusiva de La Nación: "Los príncipes vieron la final entre pinchos y tortilla de patatas", anunciaba ayer con generosidad tipográfica el periódico digital del Grupo Intereconomía.

Ahora les planteo un acertijo. A ver si son capaces de adivinar quién se hace las siguientes preguntas: "¿Qué me pasa, doctor? ¿Por qué soy tan raro? ¿Por qué quiero salir ahora a la calle, quemar una bandera y gritar abajo España?" Pues no: ni Iñigo Urkullu, ni Joan Puigcercós. Eso lo suscribía ayer en las páginas de El Mundo Fernando Sánchez Dragó, después de confesar que el domingo deseó con todas sus fuerzas y hasta el último minuto la derrota de la roja.

Alfonso Ussía, por los motivos que imaginan, prefiere hablar de la colorada. Lo explicaba ayer en La Razón, donde aprovechaba para mandar varios recuerdos a sus fantasmas favoritos, incluido el tiempo ha retirado Xabier Arzalluz: "Marea colorada y amarilla en todos los rincones de España, en las esquinas de la Derecha y de la Izquierda, Llamazares y Madrazo excluidos. Silencio sepulcral en los hogares de las feas del PCTV, y los pimientos y las ciruelas doradas del huerto de Javier Arzallus, mostrando en las puertas del caserío la Bandera vegetal y española que defendió su padre y que amó su madre hasta el último suspiro", se recreaba el articulista.

Vidal plagia a Vidal

César Vidal quiso pinchar el globo del nuevo patriotismo balompédico: "Las multitudes de ayer faltan a la hora de defender a los castellano-parlantes de las agresiones injustas, crueles y sistemáticas que descargan sobre ellas los nacionalistas y el entusiasmo de ayer falta a la hora de defender la libertad, la cultura de la vida y la prosperidad para nosotros y para nuestros hijos de los efectos devastadores que sobre ellas están teniendo las acciones conjuntas de ZP y de los nacionalistas". Está tan convencido de ello, que primero lo dijo en su programa de Cope el lunes, luego lo escribió en su blog de Libertad Digital y, con dos retoques, lo publicó también ayer en La Razón. Como la caridad, el plagio bien entendido empieza por uno mismo. Vidal es mejor que Fernando Torres en esas lides.

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