La trama mediática

Turismo cañí

07-09.jpgLos cruzados de la proclamada lengua común, ABC y El Mundo, le hicieron la ola en sus ediciones de ayer a la Mesa del Turismo por haberse sumado al famoso manifiesto. La cabecera madrileña de Vocento saludó la firma con una página completa y este titular en su primera: "La Mesa del Turismo denuncia que el acoso al castellano daña al sector".
Como si de una partida de póker se tratara, El Mundo vio la apuesta de su rival –página interior y titular en primera– y la subió con un editorial titulado "El turismo, dañado también por las políticas nacionalistas". En el texto, después de añorar sin nombrarlos aquellos tiempos del Typical Spanish landista en que las suecas no se despistaban con los idiomas vernáculos, nos encontramos con esta excusatio non petita: "Se intenta presentar también el Manifiesto o bien como una iniciativa fruto de la tozudez de un medio de comunicación como el nuestro o bien de un pequeño partido como el de Rosa Díez". O sea, que sí.

Lo que no decía el diario de Pedro J. Ramírez es que en sus páginas se adhirió a la proclama un muerto, concretamente, el que fuera presidente del Banco Central Hispano, Claudio Boada, fallecido hace dos años. El dato chusco lo reveló primero La Nación.es y, acto seguido, Periodista Digital, que no desaprovechó la ocasión para meter el dedo en el ojo a su contrincante mediático: "Lapsus veraniego o ‘metedura de gamba de becario’, lo cierto es que la confusión denota que la calidad editorial en El Mundo, habitualmente impecable, deja que desear".

Montserrat Caballé –en su caso, viva, y que sea por muchos años– también ha firmado el manifiesto con un entusiasmo que ha emocionado a Alfonso Ussía. "Hoy me quito el sombrero y barro el suelo con las plumas de mi chambergo en honor de doña Montserrat Caballé, gloria de Cataluña –su patria chica– y de España –su Nación grande", escribía ayer el columnista en La Razón.

A Ignacio Camacho, en cambio, el que le pone es Rafa Nadal, cuya victoria en Wimbledon le hizo volver a mezclar deporte y patria en su artículo de ayer en ABC: "En esa normalización del imaginario colectivo nacional que se expresa a través del deporte, Nadal, como la selección de fútbol, como antes la de baloncesto o el automovilista Alonso, acaba de darle otra vuelta a la llave de la autoestima".

La vibración nacional de Anson

Luis Maria Anson, convencido de los efectos españolizantes de los goles, las canastas y los tantos tenísticos, hacía también su aportación desde El Imparcial.es. En un artículo titulado "El deporte en el sentimiento de España" escribía sobre la reacción de los subalternos de Nadal tras la victoria: "Le envolvieron en la bandera de España. Acertaron. Eso es lo que deseaba la inmensa mayoría de los españoles que siguieron entre la zozobra y el orgullo el angustioso partido". Y lo remataba así: "A pesar de la disparatada política educacional de las Autonomías, el orgullo español se filtra por cualquier rendija que permita la expansión. El deporte es una de ellas. Durante toda la tarde del domingo se produjo una auténtica vibración nacional". ¡Brrrrmmmm!

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