La trama mediática

El castigador ha vuelto

Pues sí, fue siete a las siete y se escuchó de nuevo la voz del muecín de Teruel. Precedido por la lisérgica sintonía que mezcla la racial Suspiros de España con la cañera My Sharona, el lobo estepario de las ondas saludó a su manada (formo parte de ella; no lo digo como ofensa) homenajeando el "Ja sóc aquí" de Tarradellas: "Buenos días, amigos oyentes. Ya estamos aquí. Somos pobres, pero... ¡ah! Estamos encantados", dejó dicho Federico para los anales de la radio española como palabras de reestreno. Luego vino el soliloquio de costumbre y, unos minutos después, la primera inserción publicitaria: "Comunidad de Madrid, la suma de todos". Ya sabemos que EsRadio quiere decir Es(peranza)Radio.

"Nosotros, por cierto, defendemos lo de siempre: España y la libertad", cacareaba el gallo Jiménez, utilizando para el autobombo su columna de El Mundo. Ya imaginan qué España y qué libertad. Pongan cuerpo a tierra. Pero, inviertiendo el dicho, habrá más longanizas losantianas que días para digerirlas, así que no nos cebemos. Contado está: ha vuelto el castigador de los hercios. Y con él, sus mamachichos del verbo arrojadizo. Uno de ellos, Alberto Recarte, nos regalaba una porra con bilis para desayunar. Estimulado por los pañuelos rojos y los puños en alto de Rodiezmo, decía: "Ayer Zapatero y los sindicatos me recordaron a Girón de Velasco, el gironazo, y por supuesto, el peronismo".

Siempre nos quedará Rodiezmo

No fue el único que demostró una vez más que los magos de la comunicación monclovita son capaces de hipnotizar a la caverna a su antojo. Unas gotas de folklore obrerista bastan para poner de los nervios la Carpetovetonia toda. Poco le faltó a Ignacio Sánchez Camacho para pedir al periódico en que escribe, ABC, que volviera a fletar el Dragon Rapide como hizo 73 años atrás. Lean: "En el anual aquelarre de izquierdismo de hollín los socialistas procuran olvidar que los abuelos de esos mineros de mirada fiera organizaron una sangrienta rebelión contra la Segunda República".

Bailando al mismo son, El Mundo titulaba su editorial "Una liturgia y un credo que nos llevan a la ruina". He aquí uno de sus airados fragmentos: "El SOMA-UGT y el PSOE siguen manteniendo un ritual cuasi religioso en el que el credo es sustituido por los principios del sindicalismo obrero, los escapularios por pañuelos rojos, el oficiante por Alfonso Guerra y los cánticos de Misa por La Internacional". Ya, y lo que os entretiene todo eso, ¿qué?

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