La trama mediática

'El Mundo', veinte años y un día

Levantar un ejemplar de ayer de El Mundo resultó un trabajo de Hércules. ¿Por el peso del suplemento especial? Sí, pero sobre todo, por el del ego de Pedro Jota Ramírez, que reservó a su sonrisa cósmica y a un traje en el que parecía no caber el centro geométrico de su portada. Flanqueándolo a izquierda y derecha, en el papel de secundarios de lujo, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy compartían el gesto feliz de su uncidor. Bajo la fotografía que seguramente ya preside el despacho del riojano, un titular triunfal gritaba a la Vía Láctea: "Gobierno y oposición celebran juntos los 20 años de El Mundo".

Aún había sitio para destacar las loas al diario del que manda y del que aspira a mandar. "A El Mundo le corresponde seguir ofreciendo, con el mismo vigor que hasta ahora, la información y la opinión crítica, por unos u otros soportes", decía el leonés, y el de Pontevedra subía la apuesta: "¡Enhorabuena! Vuestro éxito refleja la pujanza de España en estos 20 años. Espero muchas más crónicas tan vibrantes como las que nos han traído hasta aquí". ¿Síndrome de Estocolmo? ¿Masoquismo? No sabría decirles, pero todo apunta a que a uno y a otro les va la marcha.

Como si esas lisonjas no fueran suficientes, el editorialista ponía el autobombo a máximo volumen y titulaba: "España habría sido distinta sin El Mundo". Pero debió de parecerle poco, porque en el segundo párrafo escribía: "Cualquiera diría que la Historia estaba esperando para acelerarse al salir este periódico". ¿Acaso lo dudaba alguien?

Más sobre machismo

Es razonable pensar que Rajoy no pretendió ser machista con la vicepresidenta económica del Gobierno en el debate de los Presupuestos. No se puede decir, sin embargo, lo mismo de los que han aprovechado la refriega para mostrar lo tiazos que son. Verbigratia, Carlos Rodríguez Braun, que ayer escribía en La Razón: "[Zapatero] escuchó cómo la vapuleaban a Elena Salgado, y sólo al final Barbie tuvo el tino de dirigirse a él, que casi estaba pasando de largo".

Sobre el asunto, la última palabra la tenía que poner, faltaría plus, Juan Manuel De Prada en su deposición matinal diaria en Cope. Ahí va la pradada del día: "El día que a Rajoy se le ocurra pegar un mandoble dialéctico le meterán en la cárcel por violador y las ministras de cuota pedirán que le apliquen la castración química". Prometió Nacho Villa que se habían acabado los excesos verbales en su programa. He ahí la prueba.

Más Noticias