La trama mediática

Ahora toca La Azul

Tras la sobredosis de La Roja, ABC saca de paseo La Azul. En primer tiempo de saludo el cadete Juan Manuel de Prada glosaba las gestas de "la División Azul, quizá la última gran aventura acometida por el genio español". ¿No les conmueve? Pues tendrían que ponérseles los pelos como escarpias al recordar a "aquellos 'guripas', que al ardor en el combate sumaban la magnanimidad hacia el enemigo, llegando a protagonizar episodios ímprobos de abnegación y sacrificio que a cualquier español bien nacido deberían llenar de orgullo".

Escribía el gallardo zamorano a rebufo del comandante de infantería de marina Juan Chicharro, que dos días antes se había marcado en el vetusto diario una Tercera titulada "La División española de voluntarios en Rusia". Una sola frase les dará una idea del tenor de la soflama: "Los hombres de la División colocaron el nombre de las armas españolas en un lugar sin parangón cercano a la gloria".

Por si se les había pasado por alto, el domingo fue 18 de julio. También en el periódico que fletó el avión de Franco, Antonio Burgos lo celebraba a su manera: "Igual que el de la bandera republicana, existe el tonto de la bandera palestina, imprescindible en toda manifestación que se precie. Y el tonto de la bandera saharaui. Y el tonto de la estrellada bandera separatista catalana".

Losantos y el doble ahorcamiento de ZP

Falta en la enumeración el listo de la bandera fetén, título al que oposita desde El Mundo Federico Jiménez Losantos con esta triple bofetada al inquilino de Moncloa: "ZP se pronuncia en defensa del pronunciamiento golpista del Parlamento catalán contra la legalidad española. O sea, que se pronuncia por partida doble: acción y omisión. Riego lo habría ahorcado dos veces".

Chapoteando en el mismo charco, el del Estatut, César Vidal apunta desde La Razón su dedo acusador a la presidenta del Tribunal Constitucional. Reconozcan que borda el papel de predicador: "Ignoro si María Emilia Casas es creyente y en qué, pero no me cabe la menor duda de que Dios le va a pedir cuentas por haber convertido la garantía de nuestras libertades en una mera caja de resonancia de un ejercicio despótico del poder".

Al lado de eso, casi desmejora el editorial de Cope titulado "Ofensiva total contra la vida". Y eso que su autor se esmeraba en el falsete: "La Iglesia y las organizaciones pro vida tendrán que seguir luchando en solitario por defender la vida y por ayudar a las mujeres con problemas".

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