La trama mediática

Miguelín y Patxi

Era una tentación demasiado grande -seis metros, dicen- como para que los legionarios de la opinión evitasen marcarla con su doble destreza. Siempre rigurosa y seria, La Gaceta planteaba un profundo juego intelectual: "Adivine a quién se parece Miguelín, el invento que nos ha costado 500.000 euros". Como pistas, una foto infantil de Felipe de Borbón y otra de Zapatero cuando era bebé. Juez y parte del concurso, Carlos Dávila anotaba con su tosca pluma: "Ahora ha nacido Miguelín, el pubercete de Zapatero. No nos extrañaría nada que su madre, Isabel Coixet, una cineasta de la ‘ceja’, haya tenido modelos conocidos. Por eso, Zapatero está encantado con su mamoncete". Si hablamos de parecidos, por cierto, en la zona capilar el bebé tiene un aire al director del papel intereconómico.

Martín Ferrand -"Miguelín y otros muñecos"- y Laura Campmany -"Miguelín" a secas- adornaban las páginas de opinión de ABC con presuntas chanzas sobre el muñeco. Ángela Vallvey -"El tamaño de Miguelín"- se apuntaba al festival del humor fallido en La Razón, donde el caricato Esteban no admitía competencia. En su garabato, un feto decía: "A todo el mundo parece hacerle muchisima gracia que la representación del pabellón de España en la Expo de Shanghai sea un bebe robot de seis metros y pico. A mi no tanta, pero, claro, es que a mi me van a matar antes de poder desarrollar el sarcasmo que se se precisa para la ocasión".

El partisano López

Con el gusto tomado a la exageración de las proporciones, El Mundo hinchaba en su primera página los caracteres para escribir el apellido del nuevo líder provisional de la resistencia: "López avisa que agradar al PNV romperá la Seguridad Social", titulaba el boletín pedrojotiano. Más solemne y excesivo, ABC estampaba en su portada una foto talla XXL del lehendakari apostillada tal que así: "Patxi López inicia la rebelión contra Zapatero". Para meter un poco de cizaña, Edurne Uriarte firmaba en el vetusto diario una columna titulada "Patxi López, humillado", y José María Carrascal pronosticaba en la suya que Zapatero "a quien va a engañar es al lehendakari socialista que gobierna del brazo del PP".

Miel para el actual inquilino de Ajuria Enea, hiel para el president de la Generalitat. Después de motejarlo como "El último franquista" en El Mundo, Salvador Sostres remataba: "Franco en los tics y el cerebro de apparatchik. Montilla, ex maoísta, tiene la expresión facial de uno de aquellos edificios de república comunista".

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