La trama mediática

Un Nobel de los nuestros

¡Caramba con ese premio venido a menos que sólo reconocía a rojos desorejados que a duras penas llenaban una cuartilla! En Carpetovetonia no hay ahora cosa más grande que el Nobel de Literatura, y no precisamente porque se lo hayan dado al genial escritor que es Vargas Llosa, sino porque ha caído en su zurrón ideológico. Vean los méritos del peruano que enumera el editorialista de La Razón: "Vargas Llosa ha fustigado los populismos de nuevo cuño, como los de Chávez y Evo Morales, los nacionalismos empobrecedores, que él experimentó personalmente en Cataluña, y el radicalismo islámico que amenaza seriamente la convivencia en las sociedades occidentales".

En Libertad Digital, casi un plagio de lo anterior: "En un mundo donde ser un intelectual comprometido se ha convertido en sinónimo de comprometido con la izquierda, y cuanto más totalitaria mejor, Vargas Llosa no sólo ha defendido el liberalismo, sino que incluso llegó a presentarse a unas elecciones donde se convirtió en la única esperanza de que el despotismo no se asentará en su Perú". Y qué les voy a contar del gran crítico literario José María Aznar, que desplegaba así su prosa laudatoria en La Gaceta: "Mario Vargas Llosa representa una de las voces más sólidas y respetadas en las denuncias de violaciones de derechos humanos, de los abusos de las dictaduras y de las restricciones a la libertad que representan algunos de los regímenes que hoy perviven en América Latina, como el de Castro o el de Chávez".

Presuntos y lenguas

Por fortuna, el premio ha sido al autor y su obra, no a sus ideas. De lo contrario, un año de estos se lo podrían regalar a Alfonso Ussía, que ayer la tomaba así en La Razón contra una concejal sevilla de IU: "El presunto, en Portugal, es el jamón. Una presunta, por ende, es una jamona. Y no quiero faltar al respeto a la presumible prevaricadora sevillana, concejal comunista, que sin motivo alguno impidió un homenaje literario previamente autorizado a Agustín de Foxá y Torroba". Ya ven por dónde iba la inquina. Cada cual, con sus obsesiones.

Una de las del chistero de ABC Antonio Migote es la lengua. Cualquiera que no sea la Única, claro, como demostraba ayer en una viñeta donde un tipo con txapela decía a dos amigos: "Pues mi Patxi tuvo que huir de España y después de tantos esfuerzos por hablar euskera, se gana la vida dando clases de español en el exilio". Tome note la academia sueca para la próxima edición.

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