La trama mediática

Anticipos del cambio

Vayan haciendo sitio en sus seseras, porque esta columna vendrá mañana desbordante de la tinta ácida que haya hecho correr la penúltima semi-revolución en Moncloa. Con todo, les traemos unos anticipos, como este titular de la edición digital de La Gaceta: "Zapatero dice que el Gobierno que se le ocurrió el domingo por la tarde sacará a España de la crisis". No es gran cosa, pero es más que lo que parió a vuela pluma en EsRadio Federico Jiménez Losantos cuando cayó en la cuenta de que en el nuevo Ejecutivo hay mayoría masculina: "Bueno, claro, es que como Leire Pajín tiene un tonelaje superior a Corredor y Bibiana juntas, la contarán por dos".

También el premioso editorialista de Cope hincaba el diente en la nueva titular de Sanidad: "Convierte a Leire Pajín en ministra de Sanidad con amplias competencias sociales, lo que supone impulsar el radicalismo". Con parecida profundidad en el análisis, aunque orientando la mirilla hacia el pergeñador de los cambios, Edurne Uriarte se encaramaba a toda prisa a su blog de ABC y dejaba escrito para la historia lo siguiente: "Zapatero no puede evitar mentir hasta en la ducha. En este caso, hasta en la remodelación del Gobierno".

Rajoy los pone firmes

Continuará, no lo duden, pero ahora volvamos al debate presupuestario, que aunque a esta hora suene a cosa del pleistoceno, es lo que mandaba en la prensa de ayer. "Rajoy pone firmes a los nacionalistas y rompe con Coalición Canaria", peloteaba La Razón a su señorito en primera con foto del susodicho aclamado por su claque. Dos gramos menos entusiasta, el editorialista de El Mundo titulaba "Rajoy arremete con razones contra PNV y CC".

Con ruptura simulada de pacto y todo, los nacionalistas canarios no han recibido ni la mitad de bofetadas que los vascos por el apoyo presupuestario. "Es una auténtica burla que el remate al acuerdo con el PNV haya ido acompañado de elogios del Gobierno al ‘sentido de Estado’ de los nacionalistas vascos, pese al historial que estos presentan de deslealtad a la Constitución, a los intereses nacionales y a la lucha contra ETA", protestaba ABC en su editorial.

Y por si eso fuera poco, se dolía Alfonso Ussía en La Razón, en el acuerdo se ha tocado lo intocable: "Se obliga a dar una patada a un idioma que hablan y escriben cuatrocientos millones de personas con la nueva denominación de Gipuzkoa (Guipúzcoa) y Bizkaia (Vizcaya), como si ello fuera posible". Lo es, Ussía, lo es.

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