La trama mediática

Hermann está contento

Los Tercios han devuelto la fe a Hermann Tertsch. Después de quinquenios anunciando el apocalipsis rojo, ayer hacía la uve victoriosa en ABC. He aquí el motivo de su gozo recobrado: "Una prueba unívoca de que el presidente del Gobierno ha fracasado en la imposición de todos sus objetivos para convertir la democracia española en un régimen inspirado en su ideal frentepopulista, está en el hecho de que la principal fiesta institucional de las Fuerzas Armadas se siga celebrando, vinculada a la fecha cristiana de la Epifanía y bajo su nombre tradicional de Pascua Militar".

Para una vez que el héroe de la bata a cuadros está contento, llega José Antonio Vera desde La Razón a pincharle el globo. Zapatero es un mal menor al lado del peligro amarillo que se nos viene encima: "Ya me imagino una España con el triple de hiper chinos por las calles, el quíntuple de restaurantes chinos, mercadillos chinos por pueblos y aldeas, médicos, curanderos y masajistas chinas para aburrir, y hasta estudiaremos mandarín en las escuelas de las autonomías". A su compañero de tintas tóxicas, Iñaki Ezkerra, que debe de creer que el año recién estrenado es 1956, le preocupa más la amenaza de allende los Pirineos: "¿Es que no sabe que en Europa no se puede vivir? ¿El maravilloso vino francés? ¿No ha visto usted la racanería reverencial con la que se lo sirven nuestros vecinos ni la antipatía ancestral de sus camareros? ¿Eso quiere para nuestro país?", se pregunta con patriotero afán.

Lectores ignorantes

En La Gaceta, Carlos Dávila ha hecho presa en los jugadores de la Real que han apoyado la manifestación de esta tarde en Bilbao y no afloja las fauces. "Miserables futbolistas", titula su perorata en la que azuza así a los seguidores de los equipos que se enfrenten a los donostiarras: "Estos sujetos de la Real Sociedad (equipo que antaño caía de cine) que han apoyado a ETA se merecen un trato especial cuando jueguen por los campos de toda España". ¿Especial? Hummm...

Terminamos con el maestro Ciruela, ese que no sabía leer y puso escuela. Se ha reencarnado en el rijoso Salvador Sostres, que les insultaba así desde su cátedra de El Mundo: "Tal como El País, La Vanguardia o Público hacen sus periódicos para que sus lectores sigan siendo igual de ignorantes y conformistas, y no sientan jamás la necesidad de leer algo mejor, El Mundo o The Wall Street Journal intentan ser plataformas de ideas y de inteligencia". Ni caso.

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