Con espíritu de escolares acusicas, los amanuenses de choque esperaban ansiosamente a la maestra Merkel para chivarse de todas las trastadas del que se sienta en el pupitre de La Moncloa. El portadista de La Gaceta, cual repelente alumno Vicente, se tiraba el largo de dirigirse a ella en la lengua de Goethe. "Frau Merkel, lassen sie sich Von Zapatero nichts vormachen", espetaba, e inmediatamente traducía para los no versados en filología germánica: "Señora Merkel, que Zapatero no la engañe". Como guinda, Carlos Dávila le contaba en cañí a la visitante cuatro cositas de su anfitrión: "Está, como Mubarak, pegado al sillón del poder. Yo no sé qué hace falta para que esta Nación maltratada plante cara a este personaje, pero sí sé algo: un año más meneando su gen destructivo y esto terminará como un erial". O sea, wie eine wüste.

El editorialista de ABC tiraba también de sus dotes idiomáticas y vertía al román paladino los deberes que le ha puesto la institutriz al pupilo leonés: "Sea cual sea su discurso público -de confianza y apoyo a nuestro país, con toda seguridad-, confirmará el análisis generalizado de que son necesarias nuevas reformas, urgentes y profundas, en la estructura fiscal, económica, laboral y administrativa de España". Eso sí es fácil de traducir: más recortes. Si les quedan dudas, despéjenlas en la primera de La Razón: "La canciller exigirá limitar por ley el gasto de las autonomías, adaptar las cláusulas de revisión salarial y el Impuesto de Sociedades".

Bendito programa

Terciando desde el flanco derecho de la sacristía, el editorialista de Cope señala que eso viene a ser el programa del PP. Lo sabe porque lo acaba de dejar bendecido: "La batería de propuestas manifiesta un sano realismo político que no encubre los problemas reales y que refuerzan, sin lugar a dudas, la libertad y la igualdad de los ciudadanos, al tiempo que potencian el protagonismo de la sociedad civil. Es un buen comienzo para un programa que habrá de precisarse en los próximos meses".

Fin de trayecto en La Razón, donde encontramos a César Vidal metido a crítico teatral. Acaba de ver "Cinco horas con Mario". He aquí su reflexión: "La Carmen que causó la muerte de Mario hace casi cincuenta años ahora podría tener una nieta, fiel a sus antecedentes familiares, que fuera ministra de cuota y que instara a la delación y al ostracismo de los que no se sometieran a sus caprichos". ¡Ay, las obsesiones!