La trama mediática

El marciano y la vaca

Sólo hay algo más soporífero que un debate sobre el estado de la nación: su glosa en los papeles cavernarios, obligados siempre a autoproclamarse vencedores del ping-pong dialéctico. "Rajoy toma el relevo", exageraba La Razón el papel, más bien discreto, de su señorito. Por ahí le andaba también la insigne columnera de ABC Curri Valenzuela, que desplegaba todo su ingenio: "Un marciano que hubiera aterrizado ayer tarde en el Congreso de los Diputados habría llegado a la conclusión de que el presidente del Gobierno español se llama Mariano Rajoy y el líder de la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero". Jo, un marciano, qué gran ocurrencia.

No le va a la zaga en brillantez la comparación vacuna de Carlos Dávila en ese divertido montoncito de hojas plegadas llamado La Gaceta: "Le pueden aplaudir los presentes perdedores, pero España lo repudia y le ha dicho ya 'no vuelva usted mañana'. Es patético. Es como las vacas escuálidas: en vez de dar leche, dan pena". Nostálgico de un pasado con bigote que no volverá -¡esperemos!-, Federico Jiménez Losantos reseñaba en El Mundo el debate... de hace siete años: "Recuerdo la última sesión parlamentaria de Aznar, que se fue porque quiso y no porque le echaran los suyos, y el miserable trato que los sociatas, con Zapatero a la cabeza, le dispensaron. Aquella vileza, coronada por la felonía del 13-M, se la perdonó ayer Mariano Rajoy".

Capital culturETA

En medio de la siesta parlamentaria, Donostia -antes Odonlandia- fue elegida capital europea de la cultura en 2016. "Premio a Bildu", se apresuró a etiquetar Libertad Digital. Viendo que ahí faltaba un matiz de tres letras, La Gaceta corregía y aumentaba, endiñándole la concesión a quien pasaba por allí: "El Gobierno proclama a la San Sebastián de Bildu-ETA Capital Europea de la Cultura".

También La Razón se sumaba a la algarabía con un editorialillo escocido: "Es un sarcasmo difícilmente digerible que San Sebastián haya sido elegida Capital Europea de la Cultura 2016. Hay que rendirse a la evidencia: se ha cometido un grave error porque nada hay más antagónico a la cultura que los batasunos". Y el editorialista de El Mundo remataba la faena: "La Eurocámara y la Comisión han puesto en manos de los sucesores de Batasuna -los que durante más de 40 años han jaleado los cerca de 900 asesinatos de ETA- un inmejorable instrumento de propaganda de sus tesis".

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