Finalizado el somnífero catódico de los 580.000 euros, tocaba que los palmeros diestros se subieran a la palma a proclamar el triunfo inapelable del Churchill de Pontevedra. "Rajoy presidente", ganaba el concurso de gritos alborozados La Razón, donde José Antonio Vera se despachaba a gusto contra el presunto derrotado: "Rubalcaba demostró con creces que es un auténtico especialista en la trapacería, los codazos, los puntillazos, la mala educación y la demagogia".

Lo que no sabía el de Solares es que Mariano contaba con el arma definitiva para convertirlo en fosfatina ante los televidentes. ¿Su verbo acerado? No, el cuello de su camisa, según escribía en el diario azulón una tal Ana Locking: "Mariano Rajoy escogió para su impecable camisa un cuello francés que proviene del clásico inglés cerrado pero con la pala más abierta. Esto permite dejar más visión a la corbata y ayuda a que su cabeza, más cuadrada, ofrezca una imagen más amable".

ABC: perder es ganar

Atuendo aparte, vean qué cosa más curiosa ocurre en ABC. El editorialista empieza alardeando: "Rajoy gana". Sin embargo, tras un eslalom gigante entre párrafos, acaba cantando la gallina: "Rajoy sale reforzado porque no perdió y por sus propios méritos". No perder no es exactamente igual a ganar. Pero, ni eso, oigan, porque según el columnero en jefe del vetusto periódico, Ignacio Camacho, ocurrió esto: "Al final, los debates no los gana el que más complace a sus hinchas, sino el que mejor coloca sus mensajes. En ese sentido quizá logró algo mejor su objetivo, por soltura y porque sembró dudas sobre el adversario, el que menos tenía que perder". Traducido: palmó Mariano y lo demás es literatura voluntariosa.

El editorialista de Libertad Digital vuelve a negar la mayor. Que no, que ganó Mariano. Rubalcaba ni siquiera quedó segundo en la liza: "Rajoy derrotó a Rubalcaba y empató con Campo Vidal. El resultado final, una victoria que catapulta al gallego al Palacio de la Moncloa. Vaya una cosa por la otra".

De acuerdo, venció el de la camisa de cuello francés. ¿Y por cuánto? Tienen para elegir el porcentaje. Según El Mundo, fue un ajustado 51-44. ABC lo eleva a un 60-34. Según La Gaceta, fue algo más: 67-33. ¿Sólo el doble? Ni soñarlo. La paliza fue épica, de acuerdo con La Razón: 73 por ciento a favor de Rajoy frente a un raquítico 23 por ciento de Rubalcaba. Haciéndole precio de amigo.