La trama mediática

Marruecos, mon amour

Qué tiempos, cuando poner el pie presidencial en Rabat era ir a arrodillarse ante el sátrapa y ofender la Reconquista. Ahora que lo hace Rajoy, sin embargo, hasta los que rinden culto a Santiago Matamoros —lean ahí Cope— proclaman que es lo más normal y sano del mundo: "Hay motivos sobrados para que Mariano Rajoy empiece sus contactos exteriores por conocer personalmente a los nuevos dirigentes marroquíes, que a su vez, están ansiosos conocer las prioridades del Gobierno español". Loados sean Dios y Alá.
En La Razón, que ponía a Zapatero de vendido a los infieles para arriba cada vez que cruzaba el estrecho, ovación cerrada para el neopresidente: "A los dos países nos irá mejor en ámbitos como la seguridad y la lucha contra el terrorismo, la inmigración y la economía, y especialmente, la pesca. La recuperación de las cumbres de alto nivel es una iniciativa inteligente", dice el editorialista. Pero lo mejor de todo es que el rule fue una ganga, como se festeja en la primera página del diario azulón: "Viaje de alto nivel y bajo coste. Rajoy recupera las cumbres anuales con Marruecos suspendidas en 2008 y ofrece una imagen de austeridad al volar en un Falcon con un reducidísimo equipo". No se dice si el pontevedrés pilotó el aparato o si se encargó de repartir el catering, pero podría ser.

Perejil es una rodilla

También a ABC se le ha olvidado su inquina moruna de la era zapatérica. "Lo mejor que se puede desear en las relaciones entre España y Marruecos es que sean normales, como corresponde a dos países vecinos que comparten muchos intereses y que utilizan un espíritu constructivo para vivir con sus diferencias, por profundas que puedan ser", moraliza el editorialista. El supervisor de nubes de León debe de estar alucinando en estéreo.
Y para que lo hagan ustedes, grifa de la buena mercada por Luis María Anson, que empieza así su columna en El Mundo: "Pedro Sainz Rodríguez, consejero privado de Juan III, solía decir que en su juventud si una chica se dejaba poner la mano en la rodilla eso significaba que la ascensión hacia territorios más próvidos era posible". ¿A dónde quería llegar con esa rijosidad machirula marca de la casa? Véanlo: "El Rey de Marruecos puso los dedos sobre la rodilla española de Perejil pero la España de Aznar no se dejó meter mano y rechazó con furia el acoso. Mariano Rajoy rinde hoy visita a Marruecos. Hace bien".

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