La trama mediática

Plumas bajo cero

El frío polar ha debido de dejar fuera de uso las catapultas carpetovetónicas, mientras los alpistados diestros hacen faenas de aliño al resguardo de sus cuarteles de invierno. Vamos, que hoy no van a echar muelas leyendo los copia-pegas de estas líneas, salvo que a estas alturas les provoque algún escozor la bilis de Hermann Tertsch vertida en ABC. Prueben: "¿Quién es más nazi, un nazi o un comunista? Quien plantee así la pregunta no es desde luego un nazi, pero mucho menos un comunista. En las sociedades democráticas actuales se ve a diario que la vocación violenta e intimidatoria es la misma entre neonazis que entre los autodenominados antifascistas".

Ni un rasguño, ¿verdad? Pues lo que sigue tampoco les va a hacer cosquillas, salvo que se llamen Carme Chacón y les importe media higa la opinión del eternamente rebotado con el puño y la rosa Joaquín Leguina. Aventada, para más recochineo, en La Gaceta, órgano del socialismo por excelencia: "Que una dirigente del PSC y, por lo tanto, corresponsable de la persecución del español y de la inmersión lingüística catalana, se presente ante sus compañeros andaluces como la mejor opción, si no es descaro es pura amnesia". Antes la llamaba "Carmen de Merimée" e ingeniosidades por el estilo.

Dos Españas... socialistas

Se han puesto muy literarios los columneros a cuenta del 38 Congreso del PSOE. Va otro ejemplo más, a cargo de Santiago González que exageraba así en El Mundo lo que se pone en juego en Sevilla: "Dos Españas divididas por la memoria histórica, por los nacionalismos, por la lengua, ambas empobrecidas por su gestión de la crisis económica y enfrentadas entre sí como las de Machado, qué digo como las de Machado, como las dos familias socialistas que hoy van a disputarse el legado".

En la primera de La Razón, junto a la consabida imagen bucólica del temporal, un aviso a los tiburones: "El Gobierno da hasta fin de año a los bancos para que aflore el ladrillo oculto". Está Botín que no duerme, sobre todo desde que ha leído al editorialista azulón que no habrá piedad: "Y tendrá que ser a cuenta de sus propios resultados anuales, y no con aportaciones de dinero público". El Mundo completa el chiste en su portada: "Fulminante 'plan Guindos' para que haya crédito y bajen los pisos". ¿De qué se ríen?

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