Tres por semana

¿Mar o piscina?

Retrocedamos unas semanas. Es aún pleno verano. Estamos de vacaciones. En compañía. Y la noche calurosa invita a desnudarse, meterse en el agua, y fundir los cuerpos excitados. La teoría es perfecta, pero la mayoría de los mortales no vamos a tener las facilidades (ni la experiencia) de los actores a los que filma Mark Yasenchak, el director de porno acuático del que Isa escribe hoy, para practicar el sexo acuático sin interrupciones. Emular cualquiera de sus cortometrajes parece misión imposible.

sexo

¿Has probado alguna vez mantener relaciones sexuales sumergido? Si tienes que salir cada minuto a la superficie puede durar casi eternamente... ¿Y equipado con unas gafas de buceo y respirando por un tubo de snorkel? Una amiga me contó que a la que empiezas a excitarte te mueves sin querer y se te llena el tubo de agua. En su caso, decidió dejarlo cuando tenía ya cuarto y mitad de piscina en el estómago y no paraba de toser. Pero ahora que se ha aficionado al submarinismo quiere volver a intentarlo.

En la superficie la dificultad disminuye, pero no desaparece. "Las olas te medio ahogan y la resaca te arrastra e impide coger un ritmo constante" -dice un amigo con experiencia en el Cantábrico. O "te mueres de frío y empiezas a tiritar" -incido yo, que soy una friolera y tiendo a arrastrar a mis amantes hacia la orilla. O "te corta el rollo algún vecino si estás en la piscina comunal"- añade un tercero.

¿Tú prefieres en el mar o en la piscina? ¿Has tenido experiencias exitosas o han sido un desastre del que aún te ríes? ¿Algún truco para ponerse un preservativo bajo el agua?

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