Un paso al frente

El teniente general Gómez de Salazar: "El mejor sindicato es el conducto reglamentario"

El teniente general Gómez de Salazar manda la Fuerza Terrestre y tiene 40.000 militares bajo su mando. Es lo que ABC definiría como un militar demócrata, lo que supone de la mayoría de los que dirigen las Fuerzas Armadas en la actualidad. Hay unas pequeñas dificultades, por llamarlo de alguna forma, en eso de demócrata. Para empezar, tal como se narra en la entrevista, ingresó en las Fuerzas Armadas en 1974, cuando Franco todavía vivía y, hasta donde llega mi memoria, el Salvador de la Patria murió en la cama y no acorralado por los múltiples demócratas que parece ser existían en nuestro país según se desprende de diversos relatos.

No se tienen noticias de su presencia o adhesión en organización alguna de militares demócratas, de los que se jugaron la vida por la democracia, ni tampoco existe constancia de su rechazo al 23-F o al golpe de octubre de 1982. Es de esos generales que ahora se proclaman demócratas, pero que habrían sido lo que hubiera hecho falta.

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Para este alto mando, los militares no son apolíticos, sino que tienen que estar despolitizados. Es decir, tienen que estar a lo suyo: Irak, Afganistán, Libia y lo que se tercie. Nada de pensar y nada de participar en política. Igual un presidente elegido democráticamente que un dictador o un rey que juega a derrocar al presidente, o casi mejor esto último. Más fácil todo. Aumentar el presupuesto y gastar más en armas y acudir a más guerras. Cuanto más, mejor. No se atisba ni la más mínima autocrítica o prudencia por la geopolítica desarrollada por Occidente en las últimas décadas y la enorme responsabilidad de nuestro país, como otros, en esa guerra invisible que ya suma 65 millones de desplazados. Gómez de Salazar se limita a repetir el discurso que le dictan, ese que habla de terminar con el terrorismo, el enemigo externo, y con el independentismo, el interno.

¿El mayor peligro para la Patria? Pues para este teniente general es complejo, no sabría afirmar qué es más peligroso si la secesión catalana o el terrorismo internacional. Ello se debe a que tiene su "corazoncito" español. Para él, que Catalunya se independizara sería tan peligroso para los ciudadanos como que se produzca otro 11-M y mueran otras doscientas personas. O un 11-S y mueran tres mil personas. Más o menos lo mismo.

El mejor sindicato es el conducto reglamentario

El déficit democrático de su discurso se convierte en abismo autoritario cuando afirma que "el mejor sindicato para los militares es el conducto reglamentario, nuestro mando". De sindicatos en las Fuerzas Armadas, nada, la disciplina es el mejor sindicato. Y tanto. Y treinta días de arresto y unos tiros en el Congreso de los Diputados, le falto decir.

Esta frase, que se sitúa a medio camino entre lo ocurrente y lo grotesco, es la que define la mentalidad de nuestros generales. En lugar de tener altos mandos que implementen las mejoras que en otros ejércitos del mundo ya son habituales desde hace años y décadas (sindicatos, libertad de expresión, afiliación política, medidas de protección para los soldados, etc.), lo que tenemos son personajes siniestros que dieron sus primeros pasos con Francisco Franco apurando sus últimos días en la cama.

Para hacernos una idea de lo horripilante que es el conducto reglamentario y la justicia militar, es suficiente pensar lo que tuvieron que pasar las mujeres que fueron acosadas sexualmente y tuvieron que dirigirse a sus propios jefes, a los que las acosaban, para informarles de su acoso. Imaginar lo que ha sido y es tener que confirmarle a tu jefe que pretendes denunciarle por corrupto o que vas a informar de su conducta inapropiada a su jefe superior. Y ahora aparece el teniente general Salazar, desde las entrañas del Jurásico para afirmar que es mejor el conducto reglamentario que un sindicato. ¡Y que dos!

¿Se sirve comida caducada? Explicale a tu jefe que vas a informar a sus superiores. ¿Te sientes humillado en el trabajo? ¿Haces más horas de las que deberías hacer? ¿Hay corrupción con los comensales o las raciones de comida o el combustible? ¿Los tribunales médicos te otorgan menor discapacidad que la que tienes? ¿Tienes problemas sicológicos? ¿Se pone la vida de los militares en peligro por negligencias?... ¡Conducto reglamentario! Informa a tu jefe directo y... ¡Todo solucionado!... ¿Como en el Yak-42? Catorce quejas por escrito y dos preguntas parlamentarias funcionaron a las mil maravillas: 62 cadáveres (75 con la tripulación).

Esperar a que desaparezcan

Gran parte de los ciudadanos decidieron esperar pacientemente a que generales como este fuesen sustituidos por militares más progresistas, con ideas que fueran al menos del Pleistoceno, pero han pasado más de cuarenta años de la muerte de Franco y aquí siguen. Al menos un meteorito se llevo a los dinosaurios por delante, pero los generales parece que resisten cualquier hecatombe. Lo que es peor, son ellos los que han educado y ascendido a los que les sucederán (cuando no son sus padres), y son ellos los que llevan guiando nuestro destino desde tiempos inmemoriales. Los últimos trescientos años, todo sea dicho con respeto y subordinación militar, de forma bastante desastrosa.

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Los Gómez de Salazar presumen de estirpe con razón. Ahí está Federico Gómez de Salazar, teniente general, el último gobernador español en el Sáhara y presidente del Consejo de Guerra a los golpistas del 23-F. Casi nada. En el reportaje de El Mundo, se puede leer con asombro unas declaraciones muy parecidas a las que ha pronunciado el teniente general de la Fuerza Terrestre hace pocos días. ¡Un siglo les separa y defienden lo mismo!: "Las ideas de mi padre estaban muy claras: Nunca se metió en política, lo suyo era el Ejército" afirma su hijo. Supongo que lo ocurrido en 1936 no se considera participación en política, sino salvación nacional.

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Para los Gómez de Salazar, como para la mayoría de los altos mandos militares, como para Juan Comas, el anterior teniente general del CGTAD, como para el teniente general Mena o como para Jaime Domínguez Buj, actual JEME, los militares no deben intervenir en política porque ellos son más de sublevaciones militares, golpes de estado, insinuaciones de intervenciones militares en Catalunya, criticas o amenazas al Estado por su debilidad o afirmaciones grotescas como que el conducto reglamentario es el mejor sindicato que existe. Normal, los sindicatos son propios de rojos, comunistas y del centro y norte de Europa (Alemania, Países Bajos, etc.), nosotros mejor nos quedamos con lo rancio, con la justicia militar arbitraria, el conducto reglamentario y el toque de corneta. ¡Y olé!

 

Luis Gonzalo Segura, exteniente del Ejército de Tierra.

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Tal vez te puedan interesar las novelas "Código rojo" (2015) y "Un paso al frente" (2014).

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