La Universidad del Barrio

El exilio republicano como un margen crítico. Entrevista a María Paz Balibrea.

María Paz Balibrea doctora por la Universidad de California, San Diego y profesora de literatura española moderna y estudios culturales en la University of London, Birkbeck College, nunca estudió el exilio ni la Guerra Civil española en los 25 años de formación que tuvo en España. Fue en Estados Unidos donde, de la mano de Carlos Blanco Aguinaga, descubrió el legado del exilio para desmantelar los residuos de franquismo que aún existen en la historiografía literaria. Sostiene que desde la posguerra, la versión liberal de la historia literaria se ha narrado como una reconstrucción de la conciencia crítica y democrática desde dentro del país y que el poder cultural y político del exilio concede el protagonismo de la lucha antifranquista a los que se quedaron. Se interesa en especial por la figura y la literatura de Max Aub como hilo conductor, para hacer visibles otras maneras de contar la historia de España. Le entrevistamos en su paso por Madrid donde ultimaba detalles de la edición del proyecto colectivo Líneas de fuga. Hacia otra historiografía del exilio cultural republicano español, que será editado por Akal en 2017.

¿Cómo llega a interesarse por el exilio republicano?

Yo también me tuve que "exiliar" de alguna manera para descubrirlo. Tuve que salir de España para conocer no solo el tema del exilio sino el tema que lo motiva que es la Guerra Civil Española. Había estudiado Filología Española en la Universidad de Barcelona y no había tenido ningún contacto con la Guerra Civil y su cultura alrededor. Fui a San Diego, donde conocí a uno de los profesores de la Universidad de California, Carlos Blanco Aguinaga, un niño del exilio de la segunda generación que llegó a México. A través de sus clases, fui descubriendo el exilio así como todo ese corpus tremendo de obra desconocida  que no solo era literario sino también una parte de la historia traumática de España. A través de esa relación recuperé conocimiento y perspectivas críticas para abordar las razones por las cuales se desconocía tanto el exilio en España y se hablaba tan poco de él, al menos en mi generación. Pero no solo el exilio, en mi generación no se hablaba de la guerra. Me formé 25 años en España, en contextos en los que se podría haber perfectamente hablado de ese tema y no se habló. Era una ausencia. Pertenezco a una generación en la que esa memoria no existe.

Después de unos años descubrí el Grupo de Estudios del Exilio Literario (GEXEL) de la Universidad Autónoma de Barcelona y comencé a ponerme en contacto con la complejidad del mundo del exilio, pero también con una inquietud teórica y ética muy fuerte sobre la necesidad de pensar una relación relevante del exilio con España. En el contexto del franquismo es muy fácil entender las limitaciones del conocimiento del exilio por razones obvias, pero cuando ya entramos en la transición y en la democracia ya no es tan obvio "no hablar del exilio" y las condiciones del olvido, de la limitada presencia, requieren de algún tipo de acercamiento.

¿Cómo se ha abordado el exilio republicano después del franquismo?

Con una política de olvido y de zanjamiento del tema. Es como pensar ya está, hemos recuperado a algunos, se han hecho algunos homenajes, hicieron su vida fuera de España y entonces ponemos punto final. Pero el grupo del exilio que descubrí estaba investigando con una intención política y ética muy clara: había que recuperar esa memoria políticamente ya que merecía pertenecer a la narración de la cultura española. Eso había que pelearlo y el frente teórico que me interesaba consistía en cómo encajar, cómo relacionar un corpus que se produce en la diáspora, que por definición no permite ser recogida en grandes narrativas y homogeneizaciones. Estos condicionantes juegan completamente en su contra y es muy difícil tratarlo con unas coordenadas de homogeneidad y coherencia. Todo esto es lo que me ha llevado a investigar cómo establecer esa relación. Me interesa establecer el exilio republicano como un margen crítico, no se trata de un olvido, sino de reconocer a los exiliados, su diferencia y buscar maneras de incorporarlos como visiones críticas de la narración principal y de lo que pasó en el interior.

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¿Por qué se ha interesado por la figura de Max Aub? Es que para explicar esto último la figura de Max Aub es ideal porque es una persona hiperconsciente de las políticas de la historia, muy preparada intelectualmente para entender lo que le estaba pasando. Aub entendía muy bien por qué se había borrado el exilio de la historia y las razones históricas por las cuales la república había sido abandonada por las democracias liberales. Entendía porqué después, en el contexto de la Guerra Fría no interesaba quitar al franquismo, eso lo entendía perfectamente, pero al mismo tiempo no se conformaba. Todo ese trabajo literario tenía que ver con una denuncia directa y lo hacía a través de estrategias literarias: subvertir y llamar la atención de una manera deconstructiva de cómo funciona la historia.

Es muy iluminador porque nos permite reconocer a través de lo que explica, los mecanismos concretos de funcionamiento político de la historia, pero además da herramientas teóricas para explicar que eso no pasaba solo en ese momento sino que pasa constantemente. Aub es un personaje riquísimo. Paradójicamente es un protagonista, un judío alemán en la Francia de la Primera Guerra Mundial que salió expulsado con su familia, vino a España y luego vuelve a ser expulsado como republicano, lo vuelven a expulsar de la historia. Es una persona que está siendo afectada a nivel privado por discursos que están definiendo las épocas. No existen tantas personas que sepan articular con esa complejidad lo que estaba pasando en su tiempo, por eso me parece que Aub es una figura que siempre hay que tener ahí, un intelectual con una estatura muy grande y muy infravalorado, pese a que se ha hecho muchísimo en los últimos años. Todo el mundo debería leer algo de Max Aub.

101207164039_sp_exilio2_other_466¿Existen grandes diferencias en torno al exilio republicano hacia América y el que se queda en Europa?

El gran exilio es el mexicano y el argentino, donde en los primeros años los intelectuales tuvieron mucha más libertad porque América estaba libre de guerras. A pesar de eso, tampoco fue dorado, porque los literatos no consiguen integrarse, estaban un tanto aislados, continúan en guetos intelectuales. En Europa fue distinto, no solo por el idioma sino por la influencia de la Segunda Guerra Mundial. Se quedan muchos de los intelectuales políticos, gente que durante la Segunda Guerra Mundial está intentado influir para que haya una visión favorable al exilio republicano y en contra del franquismo, intentando que haya una intervención aliada en España. Existe una mayor disolución en Europa desde el punto de vista cultural y literario, si se le compara con el exilio a América Latina, donde se publican las grandes revistas del exilio, las editoriales, unas posibilidades que no existieron en Europa. No hay una comunidad, aunque sea un gueto, como sí existía en América Latina.

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 ¿Están doblemente borradas las mujeres intelectuales exiliadas?

Bueno, pasa lo de siempre. María Zambrano es una exiliada completamente excepcional y es de los exiliados que tiene mayor incidencia. Pero por lo general no es así, las exiliadas tienen mucho menor reconocimiento. Lo que pasa con las exiliadas en la cultura del exilio tiene una continuidad con lo que estaba pasando en el interior, por ejemplo, María Teresa León ya era la compañera de Alberti antes de salir y en el exilio sigue teniendo ese papel secundario. No ha sido sino después que se ha hecho un trabajo desde la perspectiva de género, de recuperar ese tipo de figuras. Rosa Chacel es otro caso, ya en España nunca fue considerada como tendría que haber sido por un desprecio de género. Y en el exilio fue peor, en Brasil estuvo aislada. Pero en el caso de las mujeres exiliadas insisto en que casi se produce una continuidad, lamentablemente. El exilio les deteriora aún más una condición que ya tenían.

 

Carolina Espinoza Cartes

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