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Galiza pone en cuestión los negocios del franquismo

Goretti Sanmartín ReiVicepresidenta de la Diputación de A Coruña entre 2015 y 2019

Los colectivos para la recuperación de la memoria histórica, de manera especial la Comisión para la Recuperación de la Memoria Histórica de A Coruña (CRMC), tuvieron como objetivo desde hace años que la sociedad conociese cómo fue el proceso de apropiación del Pazo de Meirás por parte de Franco. Un grupo de activistas lleva años realizando marchas, acudiendo con pancartas a las puertas de la propiedad y denunciando los oscuros procedimientos con los que Franco y sus herederos actuaron con total impunidad, antes y después de la llegada de la democracia. La historia construida por los vencedores ocultaba la extorsión, las recaudaciones obligatorias, las listas negras, las expropiaciones, e imponía un relato de donaciones voluntarias sobre el que no cabía realizar ninguna acción de recuperación. Carlos Babío y Manuel Pérez documentaron en su monumental obra Meirás. Un pazo, un caudillo, un espolio cómo se diseñó un plan para dejar todo atado y bien atado y garantizar que la propiedad pasase a formar parte del patrimonio personal del dictador. El proceso de recaudación auspiciado por los círculos afectos al régimen, que habían constituido una Junta pro Pazo del Caudillo para obtener prebendas, resultó un fracaso. El dinero no llegaba y hubo que planificar nuevas fórmulas para conseguir juntar la cantidad necesaria, como informa un teniente coronel y recogen Babío y Pérez (página 146):

"La forma de hacer la recaudación, después de fracasar la suscripción voluntaria. De esto ha resultado que han contribuido al regalo, no los buenos españoles que le quieren, sino todos, buenos y malos, saliendo como es habitual de estos últimos los disparates mayores y las censuras para quien lo merece todo".

La publicación de Meirás. Un pazo, un caudillo, un espolio en 2017 (ya por la cuarta edición y próximo a publicarse en español), por empeño de la Fundación Galiza Sempre, fue imprescindible en la divulgación de la verdad sobre Meirás. Teníamos ya una rigurosa investigación sobre lo acontecido con abundantes pruebas documentales.

Y la movilización social tuvo su continuidad con una ocupación pacífica, una acción reivindicativa ejercida por l@s 19 de Meirás, a través de una foto con una pancarta y el lema "O Pazo é do pobo galego. Franquismo nunca máis" que consiguió que todo el mundo mirase para uno de los símbolos del franquismo y quisiese saber más. A la deseada internacionalización del conflicto han contribuido también las propuestas de Ana Miranda desde Europa, con iniciativas para que se divulgase la verdad fuera de Galiza, para instar a la ilegalización de la Fundación Franco o para realizar una visita con una comisión de expert@s europe@s que conocieron de primera mano lo que sucedía en los interiores del Pazo.

Para poder llegar al momento actual fue especialmente relevante que el Ayuntamiento de Sada, con Abel López Soto, del BNG, de alcalde, consiguiese que Meirás fuese declarado BIC en 2008, con la Consejería de Cultura en manos del nacionalismo. Así, los Franco se vieron obligados a abrir el Pazo al público algunos días. Este hecho será crucial porque años después la familia encargó la gestión de las visitas a Meirás a la Fundación Franco, que las usó –y continúa usándolas– para hacer apología del genocida. A finales de julio del 2017, en medio del conflicto sobre esta gestión, de las reclamaciones para que la Xunta de Galiza no entregase dinero a la Fundación Franco, ésta expresa en un provocador comunicado su agradecimiento a la Diputación de A Coruña por el papel que cumplió durante décadas desde 1938:

"Dicho Pazo fue donado por el pueblo gallego a Francisco franco mediante suscripción pública. Gracias a ese generoso donativo Galicia ha contado con la presencia veraniega de quien fuera jefe del estado durante la totalidad de su mandato, honor al que ninguna otra región española tuvo acceso, y que demuestra que la Diputación de La Coruña que gestionó la donación fue no sólo generoso, sino inteligente".

Pero no sólo la Diputación había participado en la Junta pro Pazo sino que también continuó su colaboración a través de ayudas para el mantenimiento y extensión de los terrenos de Meirás:

      • Actuaciones en carreteras interiores de comunicación con Meirás
      • Acondicionamiento de la que fue llamada "la carretera más bonita de Europa" que iba desde Santa Cruz de Oleiros a Meirás, el trayecto que hacía Franco para acercarse al Pazo.
      • Adjudicación a Francisco Franco a través de su secretario de la parcela "sobrante de la carretera provincial de Meirás al puerto de Santa Cruz, en las inmediaciones de el Pazo de Meirás", por la que un vial de propiedad pública pasa a engordar la extensión del patrimonio de Franco. Recordemos que alrededor del Pazo, en la misma parroquia de Meirás, la familia del dictador se hizo con 80.000 metros cuadrados de terreno.
      • Colaboración en la encuadernación de libros de la biblioteca del Pazo.

En respuesta clara y urgente a la provocación de la Fundación Franco, la Diputación de A Coruña, que había decidido en 2015 que la memoria histórica fuese una prioridad en las líneas de gobierno de esta institución, convocó a los ayuntamientos más afectados (Sada, A Coruña), universidades, Real Academia Galega, asociaciones a favor de la memoria histórica (CRMHC e Iniciativa Galega pola Memoria) y personas expertas el 9 de agosto de 2017. Se crea la Xunta pro Devolución do Pazo –el reverso de la Junta pro Pazo del Caudillo en que la Diputación había participado-, que encargó informes históricos y jurídicos a equipos coordinados por Emilío Grandío y Xabier Ferreira, siempre con la colaboración fundamental de Carlos Babío y Manuel Pérez.

Tras recibir numerosos apoyos de otros municipios e instituciones, en febrero de 2018 la Diputación presenta el informe jurídico que señala el camino de la venta simulada a Franco en 1941, posterior e incompatible con la ya efectuada en 1938 a la Junta, momento a partir del que hubo reuniones oficiales con claras evidencias de que el Pazo se había cedido a la jefatura del Estado y no a su titular.

Conseguimos así ejercer la presión necesaria –en momentos en que los Franco ponían el Pazo a la venta– para que otras instituciones se posicionasen y para lograr la unanimidad política que hasta el momento no se había producido. Tanto la Xunta de Galiza como el Estado reaccionaron a continuación y la propia Abogacía del Estado, que decide interponer demanda en 2019, utiliza la sólida línea de defensa que desde la Diputación habíamos indicado (el Pazo funciona como residencia oficial de verano de Franco y la venta de 1941 es un engaño, un fraude).

A partir de ese momento, y después de conseguir una declaración unánime en la propia Diputación para recuperar Meirás, nos dirigimos al gobierno gallego, a todos los grupos parlamentarios, tanto en Galiza como en el Congreso, y directamente a diferentes ministerios, cargos públicos y al propio Patrimonio Nacional. No todas las instancias actuaron con la celeridad debida ni acogieron bien la propuesta (y esa intrahistoria es también relevante) pero, feliz y finalmente, la Abogacía del Estado acordó presentar la denuncia que dio paso a la histórica sentencia del 2 de septiembre de 2020. La sentencia no es firme. Es evidente que habrá recursos y que hay que continuar con la movilización social pero ya hay un resultado positivo en el clamor popular que exige la devolución de Meirás y conoce la verdad de los hechos, así como en la sólida argumentación de la sentencia tenemos un importante apoyo para que por fin se abran las ventanas y corra el aire y la dignidad entre en las casas de tant@s familiares de víctimas.

Meirás no es únicamente un Pazo; es un símbolo de la continuidad del franquismo, de un pacto de silencio por el que continúan las prebendas y donde se paga vigilancia y mantenimiento hasta 1990, una anomalía que demuestra cómo la Transición se asentó en la impunidad y los privilegios de las élites dominantes. La sentencia del pasado 2 de septiembre es histórica porque inicia el camino para declarar no válidos negocios del franquismo y cuestionar importantes patrimonios conseguidos durante la dictadura, de los que continúan siendo beneficiarias familias del régimen. El activismo social, la divulgación de la investigación y el compromiso institucional se dan la mano para abrir una nueva etapa que sólo acabará con Meirás transferido al pueblo gallego.

Como es sabido, el patrimonio gallego robado y actualmente en propiedad de los Franco no acaba aquí. Está la Casa Cornide, en la Cidade vella de A Coruña, adquirida por Pedro Barrié de la Maza en 1962 por menos de 45.000 pesetas en una subasta a la que solo asistieron él y el jefe del Movimiento. Están también las pilas bautismales de Moraime y dos figuras del siglo XII del Mestre Mateo que fueron adquiridas por el Ayuntamiento de Santiago al Conde de Ximonde en 1948 a cambio de que no abandonasen nunca la ciudad. Tras una denuncia interpuesta por el Ayuntamiento de Santiago en 2017 y una sentencia surrealista que incluso duda de si las estatuas que poseen los Franco y las del Ayuntamiento son las mismas, el proceso está pendiente de un recurso de casación ante el Supremo. Pero en los últimos tiempos, las aportaciones de otro investigador, Francisco Pardo-Vilar, incluyeron documentos inéditos que prueban el origen y los movimientos de esas estatuas y su pertenencia al Ayuntamiento. Por eso el BNG auspició iniciativas en el Ayuntamiento de Santiago y en el Parlamento para conseguir que otras instituciones presentasen una nueva demanda incorporando la nueva documentación, una iniciativa que fue bien recibida en las diferentes instituciones y continúa la senda de buscar los consensos necesarios para recuperar lo que pertenece al pueblo gallego y al conjunto de la humanidad como patrimonio a proteger y del que gozar.

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