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¿Cuándo reconocerán el dolor causado por una dictadura criminal y terrorista, y pedirán perdón?

Manuel Monge González

Preso político en 1968 y 1973. Forma parte del colectivo de presas y presos políticos de Galiza en la dictadura y participa en la Querella Argentina como víctima

3Los medios de comunicación recogen la petición del necesario reconocimiento del dolor causado por el terrorismo de ETA, diez años después de que este "Movimiento Vasco de Liberación" –así era definido por el presidente Aznar– anunciase el cese de su actividad. Pero se habla muy poco del carácter fascista del régimen de Franco y de los crímenes que cometieron, que siguen impunes.

Una dictadura criminal y terrorista

El carácter criminal y terrorista del llamado "Alzamiento Nacional" quedaba patente en las líneas de actuación que se deberían seguir y que enviaba el general Emilio Mola, conocido como El Director. Así, la Instrucción Reservada nº 1 de 25 de mayo de 1936 señalaba: "Producido el movimiento y declarado el Estado de Guerra...se tendrá en cuenta que la acción ha de ser en extremo violenta para reducir lo antes posible al enemigo, que es fuerte y bien organizado. Desde luego, serán encarcelados todos los directivos de los Partidos Políticos, Sociedades o Sindicatos no afectos al Movimiento, aplicándose castigos ejemplares a dichos individuos para estrangular los movimientos de rebeldía o huelgas".

Mola enviaba también instrucciones al general Yagüe el 24 de junio de 1936: "El movimiento ha de ser simultáneo en todas las guarniciones comprometidas y, desde luego, de una gran violencia". Yagüe siguió al pie de la letra esas indicaciones y asesinaba en la plaza de toros de Badajoz a 4.000 prisioneros.

Ya iniciada la sublevación contra el gobierno de la República, el general Mola afirmaba el 19 de julio de 1936: "Es necesario propagar una imagen de terror, eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todos los que no piensan como nosotros. Cualquiera que sea, abierta o secretamente, defensor del Frente Popular, debe ser fusilado".

Como recogía el auto del juez Garzón de 16 de octubre de 2008: "La Octava Orden de Urgencia, a cargo de la Junta de Gobierno, incitaba al terror y al asesinato de personas y a la destrucción de organismos: En el primer momento y antes de que empiecen a hacerse efectivas las sanciones a que de lugar el bando de Estado de Guerra, deben consentirse ciertos tumultos a cargo de civiles armados para que se eliminen determinadas personalidades, se destruyan centros y organismos revolucionarios".

Ese auto calificaba la acción militar desplegada a partir del 18 de julio de 1936 como crimen contra la humanidad, haciendo referencia al Estatuto de la Corte Penal Internacional de 17 de julio de 1998, que en su artículo 7 tipifica estos crímenes: "A los efectos del presente Estatuto, se entenderá por crimen de lesa humanidad cualquiera de los actos siguientes cuando se cometa como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque: asesinato; deportación o traslado forzoso de población; encarcelación u otra privación grave de la libertad física en violación de normas fundamentales de derecho internacional; tortura; persecución de un grupo o colectividad con identidad propia fundada en motivos políticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos, de género; desaparición forzada de personas".

Gestos de reconocimiento sólo para las víctimas de ETA

Estos son algunos gestos de reconocimiento del dolor causado por ETA. Pocos días después de su investidura como rey en 2014, Felipe VI recibía a representantes de una asociación de víctimas del terrorismo (de ETA, claro).

El 1 de junio de 2021se inauguraba en Vitoria el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, con la presencia, entre otros, de los reyes de España, presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el lehendakari, Íñigo Urkullu. Se crea este Centro, cumpliendo el mandato de la Ley de Reconocimiento y Protección Integral de las Víctimas del Terrorismo, aprobada en 2011 para: "preservar y difundir los valores democráticos y éticos que encarnan las víctimas del terrorismo, construir la memoria colectiva de las víctimas y concienciar al conjunto de la población para la defensa de la libertad y de los derechos humanos y contra el terrorismo". En el patronato de la fundación tendrán representación las víctimas del terrorismo (¿sólo las de ETA?).

Se realiza una recreación del zulo en el que estuvo secuestrado por ETA el funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, pero hay miles de "zulos" por todo el Estado (cárceles, comisarías de Policía, cuarteles de la Guardia Civil, Dirección General de Seguridad de Madrid), que se pueden visitar, por donde pasamos cientos de miles de demócratas, cumpliendo penas de prisión y sufriendo todo tipo de torturas. Todos ellos debían ser señalizados como Lugares de la Memoria.

La Delegación del Gobierno en Euskadi y el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo conmemoraban en Irún el 9 de noviembre de 2021 el Día de la Memoria, 10 de noviembre, recordando las víctimas del terrorismo, de ETA, y a las personas amenazadas y "privadas de libertad plena". Ninguna mención a las cientos de miles amenazadas, perseguidas y obligadas en muchos casos a vivir en clandestinidad y privadas de libertad durante el franquismo.

La represión y el terrorismo de Estado continuó durante la Transición

Desde el 5 de julio de 1976, que Rodolfo Martín Villa era nombrado ministro de Gobernación (de Interior desde 1977), hasta el 5 de abril de 1979 fueron asesinadas 35 personas por la Guardia Civil, Policía y extrema derecha, contando con la connivencia de sectores del propio Estado. Son muertes olvidadas y nadie habló de esto cuando el rey Felipe VI entregaba en las Cortes a Martín Villa el 28 de junio de 2017 la medalla conmemorativa del 40º aniversario das las Cortes Constituyentes.

Desde 1975, muerte del dictador Franco, hasta 1983 hubo 591 muertos por lo que se denomina violencia política producida por el terrorismo de extrema izquierda, extrema derecha, guerra sucia y represión, según recoge Mariano Sánchez en La Transición Sangrienta (Editorial Península, 2010). De estos muertos, 188 fueron víctimas de la llamada violencia política de origen institucional, que Sánchez explica así: son asesinatos "desplegados para mantener el orden establecido, organizados, alentados o instrumentalizados por las instituciones del Estado". Sólo en 1977, con Martín Villa de ministro de Interior, la Policía cargó violentamente en 788 manifestaciones (76% del total).

La nueva Ley de Memoria Democrática y cientos de miles de víctimas del franquismo

El proyecto de ley de Memoria Democrática señala como víctimas: "Las personas fallecidas como consecuencia de la Guerra y la Dictadura, que sufrieron privaciones de libertad o detenciones arbitrarias, tortura o malos tratos como consecuencia de la Guerra, la lucha sindical y actividades de oposición a la Dictadura; que padecieron deportación, trabajos forzosos o internamientos en campos de concentración, colonias penitenciarias militarizadas, dentro o fuera de España y padecieron torturas, malos tratos o incluso fallecieron como consecuencia de la Guerra y la Dictadura, especialmente los españoles y españolas deportados en los campos de concentración nazis; que se exiliaron como consecuencia de la Guerra y la Dictadura; que padecieron la represión económica con incautaciones y pérdida total o parcial de bienes, multas, inhabilitación y extrañamiento; personas LGTBI que sufrieron represión por razón de su orientación o identidad sexual; que fueron depuradas o represaliadas profesionalmente por ejercer cargos y empleos o trabajos públicos durante la Segunda República o por su oposición a la Dictadura. Las niñas y niños sustraídos y adoptados sin legítimo y libre consentimiento de sus progenitores como consecuencia da la Guerra y la Dictadura, así como sus progenitores, progenitoras, hermanos y hermanas. Las personas que participaron en la guerrilla antifranquista, así como quienes les prestaron apoyo activo como colaboradores, en defensa de la República o por su resistencia al régimen franquista en pro de la recuperación de la democracia. Las personas represaliada o perseguidas por el uso o difusión de su lengua propia. Las personas represaliadas y expulsadas de las Fuerzas Armadas por pertenecer a la Unión Militar Democrática. Las personas que sufrieron persecución y violencia por razón de conciencia o creencias religiosas, así como aquellas personas represaliadas o perseguidas por pertenecer a la masonería o a las sociedades teosóficas y similares. Las personas que hayan sufrido daños o represalias al intervenir para prestar asistencia a víctimas en peligro o para impedir la victimización".

Somos cientos de miles la personas que podríamos formar parte de ese colectivo de víctimas. ¿Por qué no estamos reconocidos? ¿Por qué continúan los restos de franquismo en forma de calles y distinciones honoríficas a significados golpistas, servidores de la dictadura y criminales? Por qué continúan las fundaciones franquistas, y no sólo la del dictador Franco? ¿Por qué los grupos fascistas desenvuelven con total impunidad sus actividades y manifestaciones, ante la pasividad del gobierno?

Entre esas víctimas del terrorismo de Estado están los cientos de miles de personas asesinadas por el fascismo desde 1936 (más de 5.000 en Galiza, entre ellas 50 alcaldes y presidentes de diputación); las más de 150.000 personas ejecutadas por el fascismo acabada la guerra; las 750.000 que estuvieron en cárceles y cientos de campos de concentración (si, como en la Alemania nazi). El Grupo de Expertos sobre Desapariciones Forzadas de la ONU señalaba en un informe de julio de 2014, recogiendo datos del juez Garzón, 2.382 fosas en todo el Estado con 114.226 desaparecidas entre el 17 de julio de 1936 y diciembre de 1951. Los 30.000 niños y niñas robados a familias de demócratas y republicanos, cambiando su identidad; las cientos de miles de personas que tuvieron que exiliarse; los millones de personas que fueron despedidas de su trabajo, entre ellas 60.000 profesoras/es...

¿Para cuándo el reconocimiento de las víctimas de la dictadura y del terrorismo de Estado?

Ya va siendo hora de que, además de recordar, justamente, a las 800 víctimas de ETA, se explique en los medios de comunicación, en los centros de enseñanza, y que sea recogido en los currículos escolares, que el llamado Régimen, que se inicia en 1936 con una sublevación militar contra el gobierno legítimo y democrático de la República, fue en realidad una dictadura criminal y fascista, como señalaba la Resolución 39 de la Asamblea General de Naciones Unidas de 12 de diciembre de 1946: "De acuerdo con su origen, naturaleza, estructura y conducta general, el régimen de Franco es un régimen fascista basado en el modelo de la Alemania nazi de Hitler y la fascista de Mussolini, y establecido en gran parte gracias a la ayuda recibida de los mismos".

¿No habrá llegado la hora de que Felipe VI, como Jefe de Estado, el Gobierno, el Congreso, el Senado, la Iglesia Católica, la Policía, la Guardia Civil, el Ejército y el Poder Judicial reconozcan solemnemente los crímenes de lesa humanidad cometidos por el régimen fascista después del 18 de julio de 1936; por una dictadura criminal durante más de 40 años y por el terrorismo de Estado, el peor de los terrorismos? ¿No habrá llegado la hora de que pidan perdón?

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