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Frente a la tentación del dedazo

El Comité Federal del PSOE dará hoy el pistoletazo de salida para la sucesión de Zapatero con la convocatoria del 38º congreso para los primeros días de febrero. La tentación de un sector del aparato de convertir el encuentro en un acto de nominación de Rubalcaba parece haberse desinflado, lo que constituye una buena noticia para el partido. No porque el candidato a las últimas elecciones carezca de dotes políticas o de legitimidad para aspirar al liderazgo, sino porque si algo necesita en estos momentos el PSOE, tras la fuga de más de cuatro millones de votantes en las catastróficas elecciones del 20-N, es que se garanticen las mejores condiciones para la confrontación de ideas y el ejercicio democrático en la selección de su próximo líder. Entre la designación a dedo del sucesor (método propio del PP) y unas primarias abiertas a toda la militancia (propuesta por el líder socialista madrileño Tomás Gómez, que exigiría una modificación de los estatutos y vencer las reticencias de los aparatos territoriales), se ha optado por la fórmula "intermedia" aplicada en el 35º congreso, en el que los casi mil delegados eligieron a Zapatero entre cuatro candidatos. Podrá presentar candidatura todo aquel que consiga el aval del 15% de los 246 miembros del Comité Federal –o sea, 37 apoyos–, un umbral que no debería obstaculizar el necesario debate. Lo importante para el PSOE es que gane quien mejor ofrezca desarrollar el artículo segundo de sus estatutos, que lo define como un partido "de la clase trabajadora y de los hombres y mujeres que luchan contra todo tipo de explotación, aspirando a transformar la sociedad para convertirla en una sociedad libre, igualitaria y en paz".

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