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Rajoy confirma que habrá un nuevo ‘hachazo’

Mariano Rajoy desveló ayer, en una entrevista a Efe, su motivo para no mantener una vicepresidencia económica en el organigrama del Ejecutivo. Pretendía, dijo, enviar la señal de que "aquí hay un presidente que da la cara y no se va a esconder". En otras palabras, que él iba a encarnar en el seno de su gabinete y ante la opinión pública las grandes decisiones económicas. El 29 de diciembre, sin embargo, Rajoy no compareció tras la reunión del Consejo de Ministros para explicar el mayor ajuste presupuestario en la historia reciente, por 8.900 millones de euros, en el que, además, hacía añicos su reiterado compromiso electoral de no subir impuestos. Ayer anunció que ese ajuste ascenderá en realidad a entre 37.000 y 40.000 millones, porque el déficit ha sido dos puntos más de lo previsto. ¿Lo dijo ante el pleno del Congreso, con el consecuente debate político que merece tal noticia? ¿O al menos en la entrevista a la agencia estatal? No: lo transmitió al grupo parlamentario de su partido.

Hay muchas cosas que el presidente debería explicar con detenimiento. Y dando la cara. Sostiene que, ante la necesidad de recortar un déficit más alto de lo previsto, intentó ser equitativo y recurrió a la subida del IRPF, que es un impuesto progresivo. Lo que no aclara es por qué no exigió sacrificios a las grandes fortunas, que apenas tributan a través de dicho impuesto. También podría explicar por qué, puesto que tanto se jacta de no recibir órdenes desde afuera, no defiende ante Bruselas y Berlín una ampliación de los plazos (por lo menos un año) para cumplir los objetivos de déficit y suavizar así la terrible asfixia que sufren la economía y los ciudadanos.

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