El óxido

El Suresnes de Eduardo Madina

A nadie se le escapa que el PSOE está pasando por el que probablemente sea su peor momento en democracia. No solo porque las encuestas le dan unos resultados particularmente pobres sino porque en esos mismos sondeos queda patente que los votos que pierde el PP no los gana el PSOE sino que van a otras alternativas electorales, especialmente UPyD e Izquierda Unida. Los motivos de este descalabro son de sobra conocidos. Una inmensa mayoría de los españoles responsabilizan al PSOE de las consecuencias de la crisis. En el imaginario colectivo se ha instalado la idea, un tanto injusta, de que ha sido Zapatero el culpable de la situación económica, del desempleo y de todos y cada uno de los desastres que sufren los ciudadanos. Zapatero representa así a la Pandora que ha abierto la caja de todos los males.

Ahora se empieza a especular con la intención de Eduardo Madina de presentarse a las primarias del PSOE. Y probablemente esta sea la única alternativa que tienen los socialistas españoles para remontar en las elecciones y poder optar a arrebatarle a Rajoy la Presidencia del Gobierno. En primer lugar se trata de uno de los pocos líderes del PSOE no contaminados por el zapaterismo. A diferencia de Chacón y Rubalcaba no ha tenido responsabilidades en ninguno de los gobiernos socialistas con lo cual no está lastrado por las políticas antisociales que aplicó Zapatero a partir de Mayo de 2010.

Madina representa además a una nueva generación de políticos. Con sus 37 años puede conectar bien con un sector de jóvenes que sufren particularmente las consecuencias de la crisis y que han protagonizado las protestas contra los recortes. Una generación de entre 25 y 40 años, con un porcentaje alto de graduados universitarios que engrosan las listas del desempleo a pesar de su preparación. Una generación que aun no ha tenido la posibilidad de protagonizar la vida política española y que ya va siendo hora de que se le permita hacerlo. El perfil de Eduardo Madina, igual que el de Alberto Garzón en Izquierda Unida, representa para el PSOE un puente hacia los sectores de jóvenes más preocupados por lo que sucede en este país. La elección de Madina como candidato socialista abriría una nueva etapa en la historia del PSOE, como en su día lo hizo Zapatero ganando sorpresivamente las primarias y firmando el certificado de defunción del felipismo. Como también lo hizo un joven Felipe González en el Congreso de Suresnes en 1974 relevando a la vieja guardia del PSOE representada por la generación que perdió la Guerra Civil.

La condición de víctima de ETA de Eduardo Madina puede resultar atractiva para un sector de votantes del PP que tradicionalmente ha sido especialmente sensible al fenómeno del terrorismo. Y aunque este ya no es, por motivos obvios, un problema prioritario para los españoles, no hay que olvidar que los próximos gobiernos tendrán que lidiar con el desarme y la disolución definitiva de ETA y con el problema territorial en Euskadi y Catalunya. Y ser vasco y víctima del terrorismo le proporciona a Madina un plus de legitimidad para afrontar esos retos.

En definitiva la irrupción de Eduardo Madina en la primera línea de la política podría poner las cosas muy difíciles a Rajoy para conseguir una reelección. Porque si el PSOE está tocado, el PP está hundido, a pesar de lo que indican las encuestas. Si un milagro invocado por Rouco Varela no lo remedia, los populares llegarán a las elecciones muy desgastados por la corrupción y los recortes, con UPyD como alternativa conservadora presionando por detrás y sin la posibilidad de jugar la baza del relevo. Y si el asunto Bárcenas estalla por los aires y el ex tesorero tira de la manta, la situación para los populares puede ser aun peor que la que está sufriendo el PSOE a día de hoy.

Es evidente que la actitud de los dos grandes partidos españoles deja muchísimo que desear. PP y PSOE se han ganado a pulso y por méritos propios la enemistad de una parte de la sociedad que considera que gane quien gane son los ciudadanos los que pierden. Pero más allá de las consignas sería faltar a la verdad decir que ambos partidos son iguales. Solo a quien no le preocupan las políticas en materia de inmigración, el derecho de las mujeres a la interrupción voluntaria del embarazo o la situación legal de las parejas del mismo sexo, por poner solo algunos ejemplos, le puede resultar indiferente quien gane las elecciones. Nos guste más o menos los españoles votan mayoritariamente a los dos grandes partidos y a día de hoy la única alternativa al PP con capacidad real de llegar a la Moncloa es el PSOE. Por eso parece razonable desde una óptica de izquierdas que incluso quienes no les votamos deseemos que los socialistas levanten cabeza y puedan hacer frente a la derecha en las urnas. Lo contrario sería dejar el camino libre a los conservadores para acabar con el poco Estado del Bienestar que aun queda en España. Y para vencer al PP, Eduardo Madina es probablemente la única carta que puede jugar el PSOE. Si hay vida inteligente en Ferraz, cosa que está por ver, Madina será el candidato a Presidente del Gobierno en las próximas elecciones generales.

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