Al aire libre

Isabel no puede irse así

isabel.jpgEl día pintaba bien en el tatamí del gimnasio universitario donde se desarrolla la competición de judo. La norcoreana Kye, la rival que más temía Isabel Fernández, caía en el primer combate ante la francesa Harel. Isabel se enteró de la noticia por uno de los pasillos del gimnasio. Si unimos eso, a que tenía un cuadro bastante asequible hasta las semifinales, parecía que la tercera medalla española estaba cerca.

Sin embargo, ayer la Isabel que apareció ante el tatami no es la campeona que conocemos. Es cierto que no es tan agresiva como antes, pero ayer Isabel se pasó en su templaza. En los tres combates que hizo (ganó el primero ante la kazaja Uralbayeva y perdió ante la holandesa Grevenstijn y la brasileña Quadros) sólo hizo un gesto técnico. En el resto agarres, agarres y más agarres sin ningún tipo de resultado. El Shido (penalización por impedir el combate) con el que perdió el último combate -¡qué paradoja, porque ganó el oro en Sidney con un shido que le pitaron a su contrincante cubana!- mostró lo que fue ayer Isabel.

Una luchadora que no se encontró en ningún momento. Dice que ya no volverá a disputar unos Juegos, que quiere tener familia y que ya lo ha demostrado todo. Es cierto. Pero estoy convencido de que Isabel no cerrará su vida deportiva con un resultado tann pobre. Seguro que en el Mundial del próximo año, Isabel se dará una despedida como se merece. No se merece una puerta tan falsa como por la que salió ayer de los Juegos.

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