Buzón de Voz

Bildu y la indignación

Las protestas de los indignados marcaron ayer el mayor trasvase de poder municipal de las últimas dos décadas, que deja casi el 70% de los ayuntamientos en manos del PP. Los discursos de quienes tomaban posesión en grandes capitales y en decenas de poblaciones se confundían con las voces que desde el exterior exigían "una democracia más transparente y participativa" o clamaban contra la corrupción. Varias decenas de electos implicados en procesos judiciales fueron abucheados por grupos de ciudadanos que les reclamaban la renuncia a sus actas de concejales. Ni caso. No sólo no han renunciado sino que utilizan el respaldo electoral como una especie de absolución anticipada de lo que puedan decidir los tribunales. En lugar de escuchar ese clamor de la calle para recuperar el prestigio y el valor de la política, los principales dirigentes conservadores expresaron su propia "indignación" ante el hecho de que la coalición Bildu se hiciera con el mando en un centenar de municipios vascos, incluido Donostia. Al parecer, los resultados en las urnas son respetables donde ganan presuntos corruptos, pero no donde salen elegidos candidatos independentistas aunque no tengan ninguna causa pendiente con la justicia. En cualquier caso, Bildu cometería un enorme error si utilizase de forma torticera la parcela de poder institucional que democráticamente ha conseguido. Desde ayer tiene un argumento más para exigir a ETA que desaparezca.

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