Buzón de Voz

Los mercados, a lo suyo

Se supone que la razón que llevó a Zapatero a pactar con Rajoy una reforma constitucional exprés a espaldas de su propio partido y del resto del arco parlamentario era en esencia la misma que invocó para justificar en mayo de 2010 el repentino giro en su política económica: evitar que España cayera al pozo sin fondo en el que hoy se encuentran Grecia, Irlanda y Portugal. Imposible demostrar lo que pudo haber sido y no fue. Lo cierto es que la prima de riesgo (madre de todos los baremos que miden la solvencia de un país europeo) volvió a superar ayer los 300 puntos, siguiendo clónicamente la misma montaña rusa por la que circulan la prima italiana o la francesa. Es decir, los mercados no parecían estar muy pendientes del vodevil negociador PSOE-PP-CiU en el Congreso ni del hábil veto de Gaspar Llamazares a las complicadísimas enmiendas transaccionales. En caso de que pudiera saberse lo que preocupa a los inversores más allá de sus ganancias inmediatas, cabría deducir que se trata de la debilidad del euro, de las dudas sobre el segundo rescate a Grecia o de la incertidumbre en EEUU. Si acaso, los mercados empiezan a sufrir ante la evidencia de que han apretado tanto la soga a los gobiernos que han ahogado el crecimiento, lo cual pone en riesgo sus propios intereses. De modo que la reforma constitucional no sólo es muy discutible en el fondo y en la forma, sino que (a la vista de los datos) tampoco sirve para el supuesto objetivo que perseguía.

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