Firmas Olímpicas

Un día doloroso y pasado por agua

Hoy nos hemos levantado en la villa con la triste noticia del desastre ocurrido en el aeropuerto de Barajas. Qué lástima. Parece que cuando escuchas este tipo de noticias por la televisión siempre te queda lejos, pero esta vez nos ha dado de lleno y aquí, en la villa, estamos todos terriblemente afectados. A mí, personalmente, estas noticias te dejan frío y me cuesta trabajo volver a pensar en la competición. Es como si su importancia ya no fuese la misma.

Además, el día tampoco ha acompañado, no ha dejado de llover y hemos ido a todos sitios con el paraguas, el chubasquero y las bolsas que nos dan los voluntarios para que no nos mojemos cuando vamos del comedor hacia nuestros aposentos. Es un trayecto breve, de unos 200 metros tan sólo, pero cuando llueve no hay quien te libre de empaparte.

Por lo que se refiere al entrenamiento, sólo he realizado una sesión de 50 minutos con mi amigo Tete (Juan Carlos de la Osa), y mientras charlábamos íbamos corriendo cada vez más deprisa. Así que el rodaje ha sido entre 3.35 y 3.25 cada kilómetro, lo que ya es demasiado. Ya le he dicho que a partir de mañana no voy con él. A mí ahora me toca ir muy suave. Sólo me quedan dos entrenamientos. Faltan tres días para el maratón, estoy en capilla y no puedo malgastar fuerzas. Por cierto, mañana contaré mis rutinas con la comida. Son las mismas que en España, incluida la fruta, claro está.

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