La atleta que parecía tener adjudicado uno de los oros más seguros de los Juegos, Blanka Vlasic, se ha quedado sin su trono. Dominadora incontestable en el salto de altura durante estos dos últimos años, ha sido doblegada por una gran competidora, la belga Tia Hellebaut.

La propia Vlasic se daba como única favorita según se desprendía de una entrevista próxima a esta cita en la que manifestaba la imposibilidad de perder el más preciado metal. Pero ya en sus últimas apariciones se vio que su estado de forma no era el mismo que en el Mundial al aire libre de Osaka del año pasado o en el de pista cubierta de Valencia de hace cinco meses. Aun así, Vlasic ganaba con  suficiencia.

La croata, que acostumbra a celebrar sus saltos con un baile peculiar encima de la colchoneta, cedió ayer su afán de protagonismo a una modesta y recatada maestra belga: Tia Hellebaut, actual campeona de Europa al aire libre y en pista cubierta. Seguro que a una ganadora como Vlasic la plata le supo a poco.

El que no ha fallado ha sido el etíope Kenenisa Bekele. Emulando a su compatriota Tirunesh Dibaba, ha corrido y ganado las dos carreras de fondo en pista. Ayer, en el 5.000, salió con ganas de hacer el doblete y, de paso, historia. Si en Atenas hace cuatro años tuvo que rendirse ante otro portento como fue el marroquí Hicham El Guerrouj, esta vez ha aprendido la lección y no se ha dejado sorprender por los atletas más rápidos, a los que les ha hecho ver quién es el rey del fondo desde el primer  metro recorrido.