Público http://blogs.publico.es/ Columnas y Blogs de Público <![CDATA[Otras miradas - Dios, patria y gimnasio]]> https://blogs.publico.es/otrasmiradas/88930/dios-patria-y-gimnasio/ Dios, patria y gimnasio
El influencer Llados. Imagen de X.
Pensé que había elegido mal el gimnasio, situado cerca de Puerta de Toledo y al ladito de un edificio donde trabajan ciertos funcionarios del Estado con poca fama de ser oyentes de La Raíz, y que por eso era tan habitual ese culto extrañísimo al cuerpo a caballo entre el erotismo narcisista, la disociación mental de creerse un templario y ver Cuarto Milenio durante la cena de los miércoles; sin embargo, más tarde descubrí que el territorio comandado por los chavales obsesionados con mirar a todo Dios por encima del hombro no era solo ese gimnasio, sino todo el mundillo fitness en general.   

Está fastidiado ponerse fuerte, chavales. Hablaba hace poco con unas amigas, de esas normales que no suelen tomar creatina para merendar, sobre lo incómodo que les resulta ir al gimnasio. Más allá de la eterna sexualización que sufre la piba media que quiere ir a hacer pesas, me comentaban que les incomoda mucho el ambiente general misógino que se respira en el gym, donde existen unos códigos de conducta concretísimos y se sienten como con los viejos chistes de hombres en los que se bromea sobre la mujer que se caga de miedo al conducir por el centro de una gran ciudad en hora punta. ¿Sabéis qué suelen hacer para evitar sentirse perpetuamente tuteladas y paternalizadas? Apuntarse a los centros deportivos públicos enfocados a la tercera edad, donde tienen muchísimas menos máquinas y herramientas para entrenar que en un gimnasio al uso, pero solo se cruzan con señoras que quieren hacer zumba en lugar de con fuertotes obsesionados con enseñarles a hacer press de banca y follárselas.  

Es cierto, obviemos ahora la hipérbole del primer párrafo, que el tema de hacer deporte se ha generalizado – para bien – y cualquier persona puede apuntarse a hacer pesas y correr un rato en la cinta, sin embargo, la narrativa del gimnasio, el trabajo duro y la cultura corporal se ha convertido en un elemento de distinción más de la derecha; con solo un vistazo a las redes sociales, donde proliferan centenares de creadores de contenidos especializados en el fitness y la hipervigilancia de la alimentación, veremos que la cultura gymbro se ha transformado en un arma arrojadiza más de la trinchera de los basaditos de Twitter.  

Al cometer el error de buscar información sobre gimnasios y disciplina alimenticia, el algoritmo de mi Instagram comenzó a recomendarme un montón de personas rarísimas, todos ellos – en masculino, claro – con unos trapecios como curvas de la AP-7 y una reincidente falta de densidad capilar pese a su juventud, que me trataban de colar entre la información deportiva que buscaba – rutinas de pecho, mejores ejercicios de cardio, series para brazos – un extraño discurso empapado en cera fascistoide y reaccionaria. 

Mediante lecciones simplonas de estoicismo – ¿por qué ninguno ha entendido a Epicteto? – o con discursos abiertamente supremacistas, desde la pantalla de mi teléfono trataban de convencerme de que me pusiera como un oso para convertirme en un hombre de provecho que se levantara a las seis de la mañana para ducharse en hielo, formar una familia con una mujer con un body count bajísimo y almacenar latas de magro en la despensa para prepararme ante la segurísima invasión por parte de Marruecos: os juro que por un momento estuve a punto de tirar las pesas por la ventana, pero me dio miedo matar a alguien y que vinieran los usuarios de mi anterior gimnasio a detenerme.  

La derecha internetera, desnortada y supremacista ha convertido el ejercicio en un arma cultural más; bajo el discurso de Dios, patria y gimnasio, se han apropiado del mundillo del fitness hasta reducirlo a un reducto de frikis insanos que se creen con la capacidad moral de juzgar a nadie por los rollos enfermizos de los fenotimos.  

Hay notables excepciones como el youtuber Mozo Yefimovich, evidente progre – o eso dicen en los comentarios de sus vídeos – que está como un rinoceronte y nos invita a levantar hierros hasta ponernos fuertísimos, pero chavales como él hay bastante pocos.  

Al haber cedido también este espacio, la ola reaccionaria ha encontrado en este campo, al que es perfectamente normal que se acerquen chavales corrientes con ganas de ponerse fuertes, un caldo de cultivo perfecto para convertir a gente interesada en echar espalda en auténticos incels reaccionarios: empiezas viendo los vídeos de estos influencers nacionalculturistas porque te interesa aprender alguna rutina efectiva, pero acabas convertido en un histriónico basadito que cree que solo echará un polvo el día que consiga invadir Jerusalén.  

Intentemos recuperarlo, por favor.  

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2024-11-26 06:50:19
<![CDATA[Barbijaputa - Cómo seguir aboliendo el género]]> https://blogs.publico.es/barbijaputa/2024/11/26/como-seguir-aboliendo-el-genero/ Cómo seguir aboliendo el género
Decenas de personas durante la protesta por la eliminación de la Cabalgata de les Magues de Gener, en Valencia. Jorge Gil / Europa Press.
Las feministas llevamos aboliendo el género desde que fuimos conscientes de que el machismo existía y nos organizamos para darle la batalla. Por eso, cuando escuchamos eso de "el género nunca desaparecerá" o "es utópico hablar de la abolición del género", siempre recordamos que -solo en España- las mujeres hemos conseguido derribar muchos aspectos del género: desde acabar con la tutela masculina hasta el derecho al aborto, pasando por la legalización del divorcio, leyes específicas contra la violencia machista, el derecho a la educación, el fin de los feminicidios por "honor" y un largo etcétera. Antes de que alguien nos diga que es utópico acabar con el género, recordémosles que hasta hace nada, las azafatas estaban obligadas a vestir falda para enseñar las piernas, solo porque nacieron con vulva, o que darle un cachetito en el culo a tu secretaria era gracioso y no un delito sexual, simplemente porque él era un hombre y tú una mujer.  

Quien dice que el género no se puede abolir, es porque ignora que el género es precisamente la herramienta del sistema patriarcal para colocarnos roles, mandatos y expectativas diferenciadas a unos y a otras, basándose en nuestro sexo al nacer. Porque incluso ese "¡Ha sido una niña!" genera un trato diferente a la bebé que al crío de "¡Ha sido un niño!". No es ninguna utopía abolir el género, como muestra la realidad. Las mujeres ganan terreno cada día, e incluso los espacios que nos estaban vetados, están ahora feminizados, sin ir más lejos, la medicina. 

Hay mujeres que están cada día poniendo su granito de arena para abolir el género y puede que ni siquiera sean plenamente conscientes. Criar a una niña sin querer encorsetarla en el género es participar activamente en la abolición. No repetir mensajes que a nosotras sí nos dijeron sin descanso, como que debemos comportarnos como señoritas, no mancharnos la ropa al jugar, no despeinarnos, tener cuidado de no enseñar las bragas y, en definitiva, fomentar nuestra libertad de pensamiento y de movimiento, es fomentar la igualdad, es darle la espalda al género, que va empequeñeciendo.  

Desde las charlas STEM hasta las docentes que rompen las expectativas, liberan a niñas y niños del yugo del género. El feminismo en las aulas es esencial para romper con la norma del azul y el rosa, del ser bruto y el ser cuidadosa, del ser valiente y el ser miedosa, del ser de ciencias y ser de letras... Cada minuto de feminismo, cada gesto, deja crecer a niños y niñas más libres, más ellas mismas, más rebeldes contra la dictadura de los mandatos del género. Hacer hoy que los niños vean a las niñas como seres humanos fomenta que los adultos del mañana no violenten de ninguna manera a las adultas que esas niñas van a ser. 

Dar la batalla también a las marcas de "juguetes" que fomentan roles sexistas, como los diseñados para niñas, centrados en la moda y la cosmética, que las hace preocuparse desde niñas por su aspecto, forma parte del activismo que pretende abolir el género. Antes eran juegos que nunca podían faltar, por suerte cada vez son más hogares los que se niegan a pedirlos en la carta de las reinas magas. Ser conscientes y señalar cómo estas industrias perpetúan roles muy dañinos no solo ayuda a la abolición, sino que también genera ruido y acaba educando a los adultos, que son quienes hacen que las niñas acaben pidiendo "juegos" que van contra sus intereses. 

El género también se abole organizando o asistiendo a talleres, charlas y actividades que nos hablan sobre lo dañino del género y cómo podemos empezar a desmantelarlo juntas. Desde desmontar la idea de la feminidad hasta entender por qué no hay masculinidad buena o mala, entre otras muchas cosas, porque por desgracia, el género es como el polvo tras una explosión, consigue entrar en todas partes, todo lo impregna, y aun cuando crees que acabaste con él, siempre viene más. 

Cuestionar las instituciones, como la educación, la medicina, los medios de comunicación, etc., forma parte de la abolición del género. Porque todas las esferas de la sociedad son patriarcales, y como tales, están llenas de actitudes, personas, protocolos, estructuras, etc., profundamente machistas, que perpetúan los roles y exigencias de género. Participar en colectivos que denuncien estas prácticas y exijan cambios estructurales es vital para avanzar, y la evidencia la tienen todo lo que han conseguido las asociaciones y comunidades de mujeres que, desde sus pequeñas parcelas, han presionado siempre al poder para la consecución de un mundo más justo. 

Abolimos el género cada día, a veces de forma muy consciente, pero también a veces casi sin darnos cuenta. Y si somos capaces de esto, es porque hay una capa de género que ya nos hemos quitado: la del miedo. El miedo al conflicto, al qué dirán, a esto no debería hacerlo o decirlo porque soy mujer... Ir perdiendo el miedo también es abolir el género que diseñaron para nosotras, es ir rompiendo un vestido que no nos deja andar, ni bailar, ni saltar. Abolir el género es rasgarnos unas vestiduras que nunca elegimos, es desnudarnos ante un mundo que, en parte, aún es puritano, y no quiere vernos desnudas, sino bien encorsetadas. Abolir el género es conseguir que los jirones que aún vestimos solo aparezcan en los libros de historia de las niñas del futuro. 

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2024-11-26 06:45:12
<![CDATA[Otras miradas - Razones para la exigencia de responsabilidades políticas]]> https://blogs.publico.es/otrasmiradas/88915/razones-para-la-exigencia-de-responsabilidades-politicas/ Razones para la exigencia de responsabilidades políticas
El presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, llega a una reunión con el nuevo conseller de Emergencias e Interior de la Generalitat valenciana, en el Palau de la Generalitat. Rober Solsona / Europa Press.
El tema de las responsabilidades políticas sigue muy vivo en la opinión pública, pues no paran los casos de altos políticos de nuestro país que no dimiten de sus cargos a pesar de incurrir claramente en este tipo de responsabilidades, provocando la decepción -a veces la ira- de la ciudadana. Hace poco el caso Ábalos, ministro y número dos del PSOE. Ahora el caso Mazón, presidente de la Generalitat valenciana perteneciente al PP. 

Hay quienes niegan la existencia de las responsabilidades políticas. Expresado de otro modo, la negación de las responsabilidades políticas comporta la defensa de un único tipo de responsabilidad, la responsabilidad penal. Otros no niegan la existencia de responsabilidades políticas, pero las condicionan a la previa demostración de la incursión en responsabilidades penales; de estas segundas derivan las primeras. Consideran que sostener la existencia de responsabilidades políticas, por sí mismas, previas a la constatación de las penales, es un atentado al principio de presunción de inocencia. 

Ni uno ni otro planteamiento considero acertados y contravienen los sólidos principios y fundamentos de un tema clásico de la ética pública: "Responsabilidades penales y responsabilidades políticas". Las responsabilidades políticas tienen validez por sí mismas; ni exigen, ni derivan, ni dependen de las responsabilidades penales. Son unas responsabilidades específicas de los representantes políticos y los gobernantes. En este medio expuse las diferencias entre ellas.  

Veamos ahora los fundamentos de las responsabilidades políticas 

El carácter permanente de la confianza del ciudadano en los políticos  

La gestión de los políticos debe estar siempre controlada por el pueblo, del que siempre son fiduciarios y mandatarios. La confianza no empieza o termina en el acto de las elecciones, sino que permanece antes y después del mismo. El político tiene que ganarse, día a día, esa confianza con su comportamiento irreprochable.  

Porque el político está sometido constantemente a la confianza del pueblo es por lo que debe ser solícito en la asunción de responsabilidades políticas por la gestión de su cargo, cuando se producen indicios de una merma de  esta confianza, sin retrotraer esta disposición a la legitimidad anterior de un acto de elección, o trasladarla a la posterior decisión de un juez sancionando su actuación. Esta eventual decisión judicial no es un presupuesto para la demostración de la pérdida de confianza del  político. En ocasiones no necesariamente se produce esta decisión del juez por la falta de recurso judicial, aún cuando la confianza se ha perdido. Además, la asunción de responsabilidades políticas puede hacer innecesaria o inoportuna una intervención judicial, con lo que sale ganando la salud de la vida pública y reforzado el sistema democrático. 

La distinta naturaleza de los cargos funcionarial y político 

El cargo funcionarial es un cargo para el desempeño de una profesión, la profesión dentro de las administraciones del Estado, en cada una de sus distintas esferas de necesidades sociales a las que atiende el Estado, más numerosas conforme se desarrolla el modelo de Estado social. Es la actividad ordinaria de una persona en el ámbito laboral, que suele durar toda la vida laboral de la misma. El cargo político es un cargo no profesional, sino de vocación de servicio público e interés por los problemas generales de la sociedad. Se refiere a una actividad no ordinaria sometida a plazo de caducidad. He defendido con numerosos argumentos también en este medio que la dedicación a la política en primera línea no debería superar los ocho años de cargos de gobierno y los doce de representación política.  

A diferencia de los cargos funcionariales, los cargos políticos están sometidos a unas reglas convencionales flexibles en función de su fundamento o justificación: la relación de confianza entre los ciudadanos y sus políticos, evidentemente más movediza que las estables normas de derecho reguladoras de los cargos funcionariales. El cargo funcionarial se desentiende de la persona que lo ocupa; está sujeto a reglas preestablecidas de acceso, permanencia y cese. Son reglas advertidas y ampliamente desarrolladas por el sociólogo Max Weber. Conquistas de un proceso de racionalización de la burocracia de la Administración.  

Así como las normas que regulan la permanencia  en los cargos funcionariales son normas objetivas y estables, precisamente para evitar la sujeción del funcionario a las arbitrariedades de los gobernantes (que en otro tiempo disponían de los funcionarios a su antojo), la más importante regla que regula la permanencia en los cargos políticos, la confianza ciudadana, está sometida a la dinámica de los sentimientos y las convicciones de la ciudadanía  en virtud del conocimiento de las actuaciones de los  políticos; y esta regla de la confianza es la que determina la permanencia en el cargo.  

La evitación de la judicialización de la actividad política y de la politización de la justicia 

La asunción de responsabilidades políticas evitaría dos riesgos: la judicialización de la política y la politización de la justicia.  Judicializar la política quiere decir transformar en cuestiones judiciales los intereses políticos, v. gr., la práctica de algunos partidos demandando a los adversarios o personándose en causas dirigidas contra ellos. Politizar la justicia es interferir en la independencia de la justicia desde otros poderes del Estado, v. gr., la práctica de nombrar a los altos jueces de nuestro país desde las instancias de los partidos políticos en el Parlamento. La asunción de responsabilidades políticas evitaría ambos fenómenos, porque impediría la celebración de procesos penales interpuestos por adversarios políticos y que jueces políticamente interferidos tuvieran que juzgar en procesos abiertos a políticos, adláteres y personas a ellos vinculadas.  

La inexistencia de responsabilidad política es un motor para la judicialización de la política, porque al no haber sido aquélla asumida con anterioridad se produce una carrera entre los políticos para interponer recursos contra los adversarios políticos.  

La admisión a tiempo de las responsabilidades políticas también evita la politización de la justicia y el consecuente enorme desgaste de los poderes públicos y de quienes los desempeñan, las recíprocas acusaciones por las interferencias de unos poderes en el ámbito de otros, la lluvia de descalificaciones a las que hemos asistido en nuestro país.  

La contribución a la salud de la moral pública 

Ésta es quizás la cualidad más destacable. Si se asumen responsabilidades políticas y éstas se convierten en uso habitual de la vida política, sale ganando la moral pública y con ello la vida política del Estado. Los ciudadanos confiarán en sus representantes y gobernantes. Los políticos procurarán ser honestos para evitar una pérdida de confianza ciudadana, que les obligue a dimitir de sus cargos. Si no se asumen responsabilidades políticas, si la dimisión no se convierte en un hábito necesario de la vida política ante actuaciones reprobables, ni existirá confianza de la ciudadanía en sus representantes, ni los políticos tendrán controles para obligarles a ser decentes. Con la asunción de responsabilidades políticas, tanto para unos como para otros, para los ciudadanos y los políticos, la política adquirirá la dimensión ética que ahora le falta. Los ciudadanos dejarán de ver a los políticos como unas personas sin vocación de servicio público interesadas en sacar un lucro o beneficio del ejercicio de sus cargos. Los políticos dejarán de ver a los ciudadanos como convidados de piedra, que intervienen cada cuatro años en las elecciones para después dejarles actuar con plena impunidad. 

Conclusión 

Cuando las actuaciones de los políticos no son correctas, deben dimitir de su cargo. No poniendo el cargo a disposición del partido político, que le propuso para ocuparlo, como frecuentemente se hace en nuestro país cuando se desea permanecer en el cargo y "quedar bien" al mismo tiempo, porque el político debe responder ante los ciudadanos/as, no ante su partido político. Es sabido, por otra parte, que los partidos políticos actúan con frecuencia como corporaciones de defensa de intereses de sus miembros, por lo que rendir cargos al partido es una mera concesión a la galería; y puede esconder cierta dosis de cinismo e hipocresía. 

Con la dimisión demuestra que el cargo político es un cargo de vocación (no profesional como el cargo funcionarial) y ligado a la confianza de los ciudadanos (no sujeto a reglas estrictas de derecho) 

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2024-11-26 06:30:12
<![CDATA[Otras miradas - Ante la catástrofe, volvamos al arte]]> https://blogs.publico.es/otrasmiradas/88903/ante-la-catastrofe-volvamos-al-arte/ Ante la catástrofe, volvamos al arte
Cartel de la exposición 'La mayor emergencia', comisariada por Santiago Zabala en el CBA.
Theodor Adorno diría en 1955 una frase convertida ya en un clásico del pensamiento sobre el siglo XX: "escribir poesía después de Auschwitz es un acto de barbarie". En este nuestro siglo, el XXI, otras son las formas de barbarie. La naturaleza se revuelve contra la voracidad y estupidez de la especie humana. Eso es la gota fría de entonces, hoy llamada DANA. En estos días en que nos envuelve la tristeza y la desazón provocadas por la destrucción y la incompetencia en Valencia, escribir poesía también resulta inimaginable, hay mucho dolor aún. Sin embargo, ante el desastre siempre podemos escuchar al arte. En él podemos encontrar ecos del futuro por venir, y de una forma menos vulgar e irritante que a través de tantos influencers, youtubers, presentadores enfangados a drede para el espectáculo televisivo y otros tipos de figuras del banal espectáculo virtual.

No nos urge ahora el arte del consuelo —del día antes—, sino el arte de la advertencia —del día después—. En un mundo entregado a la lógica deshumanizadora de la predicción algorítmica, que anula nuestro sentido común a base de órdenes automátizadas (incluso las alarmas por teléfono y tarde, como baza no inculpatoria), el arte nos conecta con lo humano, con lo material y lo sensible, con lo común pero desde la más profunda intimidad. Su poder: la métafora, como en la poesía, y la distancia irónica. La metáfora a veces conciencia, a veces advierte, a veces critica, pero siempre se relaciona con el mundo desde la honestidad de lo real. La alegoría huye del barrizal de la catástrofe, pero nos recuerda nuestro destino. No desinforma ni alecciona, como hemos visto tanto de los nuevos medios en el País Valenciano (en perfecta sincronía temporal con la ola desinformativa yankee del tándem Trump-Musk), sino que educa.

No siempre la metáfora y la alegoría tuvieron un uso político (ahí están las obras de Botticelli o Brueghel), pero sí lo tuvo la voluntad de denuncia de Picasso y de Duchamp, o de crítica sutil en Beuys y en Sierra. Está también el arte anticipador, que utiliza la metáfora o la alegoría para gritar en voz baja lo que la sociedad no quiere oir, como esa huella sutil e inagotable de los murales de Banksy, el gran descriptor durante las últimas décadas de ese tiempo neoliberal que ya no es el de hoy. Hoy vivimos un tiempo posneoliberal, extractivista, repleto de cárceles inmateriales. Un laberinto sin salida, solo con puertas de entrada a la esfera digital.

Una selección variada y escueta de obras anticipadoras nos presenta la exposición ‘La mayor emergencia’ (hasta el 12 de enero), organizada por el Círculo de Bellas Artes en Madrid y pensada por el filósofo y crítico cultural Santiago Zabala. En ella, Zabala propone una docena de obras artísticas contemporáneas multiformato y de la escena internacional sobre temas que nos afectan a todas como el cambio climático, la violencia de género, las crisis migratorias, la escasez de las fuentes de energía o la creciente desigualdad. Funcionan como prescriptores del estado actual del mundo: un mundo que vive bajo una emergencia permanente anestesiada a base de silencios, exculpaciones e inacciones irresponsables. Otra vez Valencia.

Zabala, que ha escrito en los últimos años sobre la emergencia y la advertencia (Solo el arte puede salvarnos. Estética y la ausencia de emergencia; Sin ataduras. La libertad en la época de los hechos alternativos), afirma que la verdadera emergencia es la ausencia de emergencia —podríamos matizar: la ausencia de pedagogías de la emergencia. El verdadero riesgo en esta era de continuas urgencias es no prevenirlas y, con mayor sadismo, sacar rédito de ellas, canalizarlas políticamente a través del extractivismo de la emoción. A ello se aferran grupos negacionistas y sádicos como Vox aquí o la banda de iliberales que rodean a Trump en los Estados Unidos.

Ante ellos, el arte nos enfrenta a nuestros propios fantasmas, a aquello que queremos hacer invisible. Esta relación fantasmagórica con la verdad queda apuntalada a la perfección en una de las obras de la exposición, Lines (57° 59 N, 7° 16 W), de 2018, proyectada por el artista visual Pekka Niittyvirta con la ayuda de Timo Aho. En medio de un paisaje oscuro, cercano al mar de las islas británicas de Outer Hebrides, aparece en la foto una casa aislada sobre la que se proyecto un haz de luz horizontal. No es un efecto gratuito: es el nivel del mar previsto para dentro de dos décadas, allá por 2050. Mediante el uso de sensores, la instalación interactúa con los cambios de mareas ascendentes, activándose cuando sube la marea. Mientras la obra nos recuerda lo que la ciencia ya advierte desde hace décadas —que el mar está conquistando la tierra, poco a poco, año tras año—, los gobernanetes de ciudades y costas vendan los ojos de millones de ciudadanos que siguen viviendo en hogares inundables. Otra vez Valencia.

El arte es, además, una red de creación sin límites. Su capacidad performativa alienta nuevas ideas. Así, los propios autores decidieron continuar el proyecto produciendo una herramienta más informativa que alegórica. La emergencia del planeta lo pide. La plataforma digital Coastline Paradox cartografía en un mapa mundi todas aquellas áreas críticas en que el mar llama a la puerta. Entro en el web y me acerco a España; prosigo el zoom in hacia el litoral mediterráneo; llego a Valencia. Una mancha blanca de alerta nos advierte de la extrema vulnerabilidad de toda la albufera valenciana. La mancha crecre y crece a ritmo bestial a medida que recorremos la línea del tiempo: año 2000, 2050, 2100...

El arte también permite fantasear, proyectar hacia el futuro. Sabiendo de los gustos culturales del presidente Mazón —rodeado de toreros, empresarios de la hostelería, etc.—, nos resulta evidente que el presidente no conocía a Niittyvirta ni a Aho. Tampoco yo les conocía, pero lo preocupante es saber que la clase dirigente seguirá sin escribir poesía ni tan siquiera escuchando los sutiles mensajes que nos lanza el arte para entender mejor este mundo presente y, sobre todo, para pensar con conocimiento el mundo futuro y así prevenir desastres como los pasados.

En los momentos de crisis social, civilizatoria, emergen las vanguardias para ofrecer destellos de luz y de esperanza con el futuro. Esas señales sutiles que nos envía el arte a veces las reconocemos a posteriori, porque el ser humano es falible. El único imperativo moral es aprender del pasado y rectificar. Ante la catástrofe, volvamos al arte.

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2024-11-26 06:20:18
<![CDATA[Dominio Público - Cuidemos a la víctima González Amador]]> https://blogs.publico.es/dominiopublico/65985/cuidemos-a-la-victima-gonzalez-amador/ Cuidemos a la víctima González Amador
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. EFE/Zipi
Tengo dudas sobre a quién atribuir el esperpento de lo que está ocurriendo con la pareja de Isabel Díaz Ayuso, Alberto González Amador, defraudador confeso y contrastado, amén de millonario gracias a las comisiones por venta de mascarillas que, en lo peor de la pandemia de covid, se vendían a precio de caviar beluga imperial, cuando las había. Desconozco si obedece a una estrategia perfectamente planificada y parida en la Puerta del Sol la imputación del fiscal general del Estado -nada más y nada menos- que se suma desde este lunes al carajal del registro ante notario de unas conversaciones entre el líder del PSOE en la Comunidad de Madrid, Juan Lobato, y su compañera de partido, Pilar Sánchez Acera, entonces jefa de Gabinete del director de Gabinete del presidente del Gobierno, Óscar López, hoy ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública. Esta noticia fue la portada de ABC este lunes y en Ferraz y La Moncloa aún están digiriéndola.

Contrariamente a lo que alguna gente piensa sobre ella, no tengo ninguna duda del talento de la presidenta madrileña y su asesor estrella, Miguel Ángel Rodríguez, para montar este tinglado por capítulos con tal de convertir al defraudador González Amador en víctima y a los colaboradores de Sánchez -caiga quien caiga, incluido el fiscal general-, en culpables y, encima, que el Supremo y otros jueces de Madrid les den la razón con imputaciones y testificaciones varias de quienes se atrevieron a insistir en el delito fiscal (confeso, de momento) de la pareja de la presidenta madrileña en una etapa tan oscura, con una necesidad colectiva a vida o muerte.

Sin embargo, incluso siendo consciente de la capacidad de Ayuso para dar la vuelta a todo y poner patas arriba la agenda de La Moncloa, me resulta especialmente disparatado imaginar que ha sido la presidenta la muñidora del tema de las conversaciones Lobato-Sánchez Acera registradas por pantallazos ante notario y publicado por Javier Chicote en ABC. Esta vez, no: me resisto a creerlo: ¿Un notario filtrando documentos de clientes por su devoción a Ayuso? ¿Algún secretario o empleado de ese notario, quizás? Este sería otro delito muy grave y me cuesta mucho visualizarlo, no porque me fíe de un funcionario al que no conozco de nada, sino por el riesgo que conlleva para su reputación. Los periodistas, es cierto que nunca se sabe, hemos tenido fuentes localizadas tanto en el paraíso como en el averno como en el purgatorio, lo mismo nos da, siempre que la información sea buena. Piensen en todas las grandes exclusivas que han incluido documentación oficial a lo largo de estos años, en España y fuera de ella, y podrán hacerse una idea.

Al final, lo más triste y frustrante de este caso, es que en lugar de poner el foco en un fraude fiscal de dimensiones considerables al calor de la fiebre del covid, que mataba a cientos de personas al día; en lugar de hablar del daño que hace al Estado el fraude fiscal y quienes lo ejecutan, estamos dirigiendo la lupa al ejercicio del periodismo (o no) y señalando a medios a los que se filtraron documentos desde la Puerta del Sol -falsificados para exonerar a González Amador- y desde La Moncloa -según ABC, aunque Lobato sostiene que esta información ya estaba en manos de la prensa-. Mientras, la Guardia Civil mantiene que el fiscal general imputado tuvo "un papel preeminente" en la filtración del documento que revelaba datos privados de González Amador, aunque esto lo haya desmentido el Supremo, y sin aportar prueba alguna de esa filtración por parte de Álvaro García Ortiz, más allá de las deducciones de los guardias civiles, que con todos mis respetos, nos piden un ejercicio de fe más que otra cosa en su último informe.
Total, que tenemos a Ayuso a punto de hablar de terrorismo de Estado contra su pareja, el defraudador confeso con el que comparte piso de lujo y origen confuso; al fiscal general imputado y con sus dispositivos en inspección de forma indiscriminada y sin pudor alguno, y al líder de los socialistas madrileños teniendo que testificar por ese acta notarial que nadie entiende, por más explicaciones que se den. Tampoco lo comprenden en Moncloa, y eso es lo de más para Lobato, que no hace mucho rechazaba descontento la posibilidad de dar un paso atrás en el liderazgo del PSOE de Madrid en lugar de... Óscar López. Todo muy entretenido, pero recuerden siempre que en política, las casualidades no existen. ]]>
2024-11-25 22:04:50 Ana Pardo de Vera,Ayuso
<![CDATA[Otras miradas - Caminando juntas contra las violencias machistas]]> https://blogs.publico.es/otrasmiradas/88924/caminando-juntas-contra-las-violencias-machistas/ Caminando juntas contra las violencias machistas
Las Kellys Madrid y Territorio Doméstico / Elvira Megías.
El sábado 23 por la noche –mientras se ultimaban muchas de las acciones que han recorrido este #25N las calles de muchos barrios, pueblos y ciudades–, María, de 46 años, era asesinada en su casa, en su pueblo, Estepa (Sevilla), por su marido, delante de su hijo de once años. En su casa, en su pueblo, por su marido, delante de su hijo de once años. Lo repito como una cantinela inverosímil pero que se repite una y otra vez, y no por cumplirse como un maleficio deja de ser más escalofriante. No por recurrente deja de evidenciar lo empapado de violencias machistas que tiene que estar el corazón de nuestra sociedad para que en su corolario, en lo que se conoce como punta del iceberg de la violencia machista, se reproduzcan una y mil veces estas insidiosas circunstancias. Todo tipo de mujeres siendo asesinadas por quien teóricamente tendría que ser compañero de vida, en un también presunto espacio de seguridad, en una calle céntrica de una comunidad, y dañando de paso de por vida la de los hijos. La prolongación de la violencia machista que toma cuerpo en el escenario de la violencia vicaria, las infancias como desdoblamiento de la misoginia más feroz, es una derivada especialmente dolorosa que cada vez identificamos con más claridad. Violencias que permanecen retumbando tras la muerte de las propias víctimas o amplificadas junto a las sufridas por ellas. O la infame prebenda de tener hasta la última palabra del asesino machista que se suicida. Observada la punta del iceberg de cerca, lo intolerable es que 2024 llevemos cuarenta y dos víctimas como María y no revienten hasta los cimientos sociales. Esa permanencia incólume de la violencia es la certeza –la última violencia es la naturalización de la misma– de que algo anda carcomido en la base de nuestra estructura social. Por no hablar del lujo de la negación, que por tener cuerpo, tiene hasta escaños en el Congreso, las Diputaciones y las Asambleas municipales. 

Como en Orihuela ("tu pueblo y el mío..."). Porque solo veinticuatro horas después del asesinato de María, el domingo 24, plena víspera del #25N –a la misma hora en que muchas volvíamos de haber pasado la jornada en concentraciones, comidas populares, lecturas de manifiestos–, una adolescente de 15 años era encontrada por su hermano malherida de arma blanca. No se le pudo salvar la vida. Media hora después se detenía a su ex pareja, de 17, como presunto autor del crimen. Ayer tarde tuvo lugar una concentración en la puerta del consistorio de Orihuela (Alicante) a la que no acudieron los representantes de VOX, los mismos que gobiernan en esta localidad junto al PP. En el corazón de la bestia también hay cómplices necesarios que se convierten inmediatamente en revictimizadores, en segundos victimarios. Eso sí que es la (doble) muerte social. El remate. Dicen los estudios que fuera de las grandes ciudades es más difícil denunciar debido a la presión social que se da en las comunidades de menor tamaño. También dice el lema de la Comisión estatal 8M, replicado en un montón de grandes y pequeños territorios, y haciéndole un abrazo callejero y organizado a Giséle: Juntas el miedo cambia de bando. Juntas, caminamos ayer tarde por María y por la adolescente de Orihuela. Y por todas nosotras, juntas, para que la vergüenza y el miedo cambien de bando.  

Porque frente a la certeza paralizante de esa carcoma social, de esa dañina falta de reconocimiento, está la viveza de la resistencia de la lucha feminista. Su capacidad para estar alerta ante la capilaridad de las violencias dentro del sistema patriarcal, y nombrarlas: desde la militarización y complicidad de Europa frente al genocidio en Gaza a manos del ejército israelí y donde, según la ONU, el 70% de las víctimas son mujeres y niños; hasta la violencia racista institucional que niega el padrón a nuestras vecinas o la violencia habitacional que golpea con más fuerza a las mujeres empobrecidas y a las madres solas. Y en este punto, el hecho de que haya dos manifestaciones no me parece ni mucho menos lo más reseñable ni lo más preocupante. Solo tienes que haberte acercado a cualquiera de los actos inclusivos, donde cabemos todas las mujeres, de denuncia contra las violencias machistas de ayer #25N para encontrar miles de hilos comunes de los que tirar para contribuir a su eliminación, para empezar a ponerle el montón de cascabeles al gato que pelea panza arriba para no permitir que cambie ese estado de cosas. Este estado de muerte. Porque siendo mujeres, hay muchas maneras de ser devoradas dentro del patriarcado. De morir, Y muchas también de vivir. Y sobrevivir. Habitando, como decía Audre Lorde, la casa de la diferencia que puede ser la lucha feminista. 

Se escuchan, como todos los #25N, ecos de una renovación del Pacto de Estado, de una revisión de la Ley Integral. Yo propongo que en esa revisión se recoja una ampliación de la obligatoria mención al 016 –por cierto, mención de apoyo a las compañeras en huelga de la Red de Violencia de Género del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid y de los Espacios de Igualdad, porque si precarizan la atención, la atención será también precaria–. Junto a la obligatoria mención a los recursos institucionales de denuncia se lanzaría un busca a las mujeres de tu barrio, no estás sola, anímate, da un paso, un paso pequeño. No un paso quizá tan grande y de golpe como el de denunciar. Denunciar es un paso grande. Hablar a veces también lo es. Sobre todo hablar con la familia, no en vano nombrar la violencia machista en una casa dinamita siempre el seno de las lealtades familiares. Pero quizá puedas dar un paso chiquitito, salir de casa y unirte a cualquier acción cercana. Como la del próximo día 30 en el Museo Reina Sofía, donde se presenta el el proceso de trabajo de Territorio Domestico y Kellys Madrid por el reconocimiento de las enfermedades profesionales y la protección de la salud de las trabajadoras de hogar, cuidados, limpieza y camareras de piso, y del calendario Sin nosotras no se mueve el mundo, al cual pertenece la fotografía que ilustra esta columna. Pásate a verlas, a escuchar, a buscar ecos, espejos o rimas de tus vivencias, a ser aliada. O a hacerte con aliadas. Estamos caminando juntas. En la calle, en el barrio, en tu pueblo o tu ciudad. Haciendo ruido, impidiendo que las múltiples violencias se naturalicen, señalando la carcoma de las vigas. Y lo vamos a seguir haciendo. Disculpen las molestias, pero nos siguen asesinando. 

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2024-11-25 19:38:26
<![CDATA[Con M de... - La historia del Reglamento de extranjería]]> https://blogs.publico.es/conmde/2024/11/25/la-historia-del-reglamento-de-extranjeria/
El jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, habla durante una rueda de prensa este martes, luego de participar en la cumbre del G20 en Río de Janeiro (Brasil). EFE/ André Coelho
El jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, habla durante una rueda de prensa este martes, luego de participar en la cumbre del G20 en Río de Janeiro (Brasil). EFE/ André Coelho

Se acaba de aprobar una reforma del Reglamento de la Ley de Extranjería vigente desde el 2000. Es la tercera que lleva a cabo el Gobierno de Pedro Sánchez. Las dos anteriores tuvieron lugar en la legislatura anterior. Una de ellas tuvo lugar muy discretamente, evitando el debate social que seguramente habría sido devastador. La otra dio algo que hablar pero tampoco fue extremadamente relevante dentro del debate público. Esta tercera reforma no hace más que apuntalar lo que ha sido un cambio sustancial en la Ley Extranjería de José María Aznar, avanzando hacia un modelo de gestión migratoria más justo y más inteligente. Sin embargo, no nos equivoquemos, con esto España no se pone a la vanguardia de Europa ni en derecho ni en modelo de gestión, si no que se ajusta a lo que ya existe en otros países.

En octubre de 2021 se aprueba en Consejo de Ministros la primera reforma de la Ley de Extranjería que cambiaba específicamente el articulo 35.7 con el fin de modificar el régimen jurídico de menores y extutelados. El objetivo de este cambio es proteger a estos menores y favorecer su integración. Esta reforma se hace con una discreción tal que solo las personas especializadas o muy interesadas saben que ha tenido lugar. Los efectos de esta reforma son impresionantes, pero apenas se publicitan: prácticamente el 90% de los chavales menores y extutelados beneficiados están a día hoy trabajando y/o estudiando, con sus papeles en regla. El 60% estaban en situación de alta laboral, una cifra muy alta para las edades afectadas que van de 16 a 23 años de edad.

El 26 de julio de 2022 se aprueba la segunda reforma, que pretende agilizar las regularizaciones de personas sin papeles en nuestro país y mejorar sustancialmente las condiciones para permitir la contratación de personas extranjeras. Se introducen nuevos supuestos de sistemas de contratación temporal que dieron mucho más que hablar que el resto de las medidas. Es una reforma muy centrada en el carácter laboral de la migración que muchas partes consideran insuficiente en casos en los que la migración la protagonicen personas en situación de vulnerabilidad por razones de vulneración de sus derechos.

Esta tercera reforma que se acaba de aprobar compensa esa parte ampliando y simplificando las posibilidades de solicitud de arraigo. El arraigo es lo que compensa en España los derechos de nacimientos en otros países europeos. Por poner solo un par de ejemplos de cosas que no aplican en España: en Italia puedes solicitar tu nacionalidad si alguno de tus abuelos o tus padres es italiano o en Francia eres francés si naciste en Francia y alguno de padres nació en Francia, aunque sean los dos extranjeros, o a los 18 años si naciste en Francia y puedes demostrar que has pasado más de 5 años en el país. La ampliación del arraigo pretende promover la regulación de unas 100.000 personas adicionales a las previstas con las condiciones anteriores a esta reforma, lo que sumarían un total de 300.000 personas por año. Se incluye el arraigo social, que no implica tener un contrato de trabajo o desarrollar ninguna actividad laboral, y además se mejoran y facilitan los acceso al arraigo familiar, sociolaboral y formativo.

El proceso de reforma de la gestión está siendo por lo tanto un trabajo continuo de la administración de Pedro Sánchez que está poniendo en marcha grandes mejoras sobre lo ya existente. Pero eso no quiere decir que sea suficiente o que compense las desastrosas políticas de control migratorio de nuestro Gobierno. Es muy probable que tras esta reforma el Gobierno pretenda cerrar su etapa de debate de la regularización extraordinaria iniciada gracias al empuje de las organizaciones de migrantes sin papeles de nuestro país con el liderazgo de Regularización Ya. Esta reforma no asegura que los términos de la ILP se puedan cumplir y se corre el riesgo de dejar a una parte de la población que está en situación irregular sin papeles irremisiblemente. Por otro lado, el Gobierno de Pedro Sánchez está protagonizando las acciones de control migratorio más inhumanas, mortíferas y descarnadas de nuestra historia a través de una externalización feroz sin tregua que incluye matanzas en países limítrofes como Marruecos, como fue lo que sucedió en 2021 en la valla de Melilla, o los ya famosos abandonos en el desierto. De modo que aplaudir lo bueno, sí, pero sin confiarnos porque queda muchísimo todavía por cambiar y por hacer.

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2024-11-25 07:46:54
<![CDATA[Posibilidad de un nido - Hartas]]> https://blogs.publico.es/cristina-fallaras/2024/11/25/hartas/
Hartas
Varias mujeres durante una manifestación por el 8M, Día Internacional de la Mujer. Imagen de archivo. Juanma Serrano / Europa Press
La expresión que más se repite últimamente entre las mujeres es el hartazgo, cosa que no me extraña. Para que la población masculina —esa que se siente "molesta", "cabreada", "insegura", "señalada", "estigmatizada", "carne de linchamiento"...— asuma su responsabilidad en la violencia machista, nos hemos multiplicado en libros, manifestaciones, huelgas, asambleas, coloquios, jornadas, conferencias y hasta coreografías. Por si aun así no les quedaba claro, llevamos años relatando nuestros más íntimos daños, en general con bastante detalle y a lo largo y ancho de todo el planeta. Oh, pero ellos necesitan decir cómo se sienten ellos. O sea, ponerse otra vez en el centro, que el foco muestre sus sentimientos y sensaciones.

Así que ya estamos hartas. Sí, HARTAS es la palabra.

Hartas de repetir lo mismo desde hace décadas, exactamente lo mismo. Hartas de hacerlo y que no se nos escuche en absoluto.

Hartas de oír cómo se incomoda y se ofende José Luis. Hartas del #NotAllMen.

Hartas de su doble cara, de sus chats basura, de sus boys clubs, de saber —porque lo sabemos todo— cuál es su postura cuando están entre la manada.

Hartas de que cualquier causa "humanitaria" les resulte más fácil de apoyar que la lucha contra la violencia macho.

Hartas de que esos compañeros y camaradas que tantas "herramientas" tienen contra todos los males del capitalismo, la desigualdad y la opresión no encuentren ninguna para utilizar en este caso.

Hartas de que no sean ellos quienes se organizan, se rebelan y salen a la calle contra la violencia de sus semejantes.

Hartas de que se castigue cualquier forma de enriquecimiento de las mujeres, de que toda mujer que tenga éxito o medre en cualquier campo sea sospechosa.

Hartas de que se siga mirando con recelo al feminismo, cuando es el único movimiento que está plantando cara efectivamente al avance neofascista.

Hartas de que crean que tienen que "protegernos" en lugar de —esta vez sí— poner el foco en ellos y dejar de atacarnos.

Hartas de la peregrina idea de que las mujeres no sabemos cómo gestionar la violencia que recibimos. Hartas de que nos den lecciones de lo que tenemos o no tenemos que hacer con ella, y dónde, y cuándo.

Hartas de que el simple relato de la violencia que sufrimos les resulte incómodo, cuando no agresivo o amenazante.

Hartas de que el Estado —particularmente los poderes autonómicos y locales— devuelva el dinero, poquísimo dinero, que no invierte, porque no le sale de la punta, en atención a las mujeres.

Hartas de que nos conviertan en impostoras y encima nos endosen el supuesto "síndrome".

Hartas de llegar con ansiedad al colegio, a la universidad, al trabajo, debido a las violencias recibidas durante el trayecto. Hartas de que eso nos haga más pobres.

Hartas del Poder Judicial y de los interrogatorios en dependencias donde deberían atenderse las denuncias de las agredidas.

Hartas de cómo miran a las muchachas jóvenes, a las niñas, a las adolescentes, incluso a sus propias hijas, nietas, sobrinas, alumnas.

Hartas del "ponte así", de su pornificación universal.

Hartas de que no asuman la cultura de la violación, de que finjan que no va con ellos.

Hartas de seguir cuidando nosotras, y solo nosotras.

Hartas de tener que andar con paños calientes y suavizar la realidad para que Paco no se sienta agredido por lo que Paco hace.

Hartas de ver penes en calles, plazas, transportes públicos, coches, discotecas, parques, dormitorios familiares, gimnasios y consultas médicas.

Hartas de cobrar menos que ellos. Todavía, sí, todavía.

Hartas de no poder denunciar a los padres agresivos sin pena de terminar condenadas o con una retirada de custodia.

Sí señores y señoras, estamos saturadas, hastiadas... llegadas a este punto, definitivamente HARTAS. Lo cual me parece un estado muy interesante. De la hartura hay que salir, es el paso previo a algo. Nada ni nadie permanece en el hartazgo. Así que vamos a ver qué pasa ahora.

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2024-11-25 06:35:56 feminismo
<![CDATA[Punto de Fisión - Pablo Motos contra un ciervo]]> https://blogs.publico.es/davidtorres/2024/11/25/pablo-motos-contra-un-ciervo/ Pablo Motos contra un ciervo
Pablo Motos en una imagen de archivo. Isabel Infantes / Europa Press
Creo que El Hormiguero, el programa de entrevistas de Pablo Motos, lleva un montón de años en antena, aunque no tantos como llevo yo sin verlo. No es que yo vea mucha televisión -por no decir que no veo ninguna-, pero la grima que me da ese vertedero catódico compite seriamente con el reguetón, el Valle de los Caídos y la pizza con piña. A veces he tenido que escribir de Pablo Motos, sí, pero ha sido en defensa propia, después de ver -en diferido y en las redes sociales- un fragmento de esas repgnantes entrevistas en las que pregunta a una mujer por su ropa interior o por cómo hace por mantener el culo en forma. La verdad es que, conociendo a Motos, difícilmente puede preguntar otra cosa.

La pasada semana Pablo Motos volvió a ser noticia por sus peculiares métodos de trabajo, cuando David Broncano, el presentador de La Revuelta, confesó ante las cámaras que no podían ofrecer la entrevista al campeón de Moto GP, Jorge Martín, porque desde el programa de Antena 3 habían presionado para que Martín acudiera antes a El Hormiguero. En lugar de la entrevista prometida, el equipo de Broncano ofreció un documental sobre la berrea del ciervo, uno de esos documentales de naturaleza de los que Prado del Rey debe tener un almacén lleno a rebosar. Por lo que fuese, alguien eligió un vídeo de ciervos en lugar de uno de leones, osos o tiburones blancos. Todavía tuvo suerte Motos de no tener que competir contra un documental de zarigüeyas o babosas.

El caso es que, finalmente, El Hormiguero se impuso aquella noche a La Revuelta en los índices de audiencia, aunque sólo por un pelo. Da que pensar que, entre un ciervo mugiendo y Pablo Motos, los telespectadores se lo haya pensado bastante, sobre todo porque al lado de Motos estaba Hugh Grant, uno de los invitados más interesantes que han pasado por allí últimamente. Habría sido épico que el cruce de testuces hubiese tenido lugar, por ejemplo, con el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, la misma noche en que reconoció que su último gesto romántico fue quitar la ropa del tendedero de la cocina. Entre el ciervo berreando y Almeida haciéndose el romántico, vete a saber lo que hubiese podido ocurrir. Probablemente, cualquier cosa.

A estas alturas nadie puede sorprenderse al descubrir las prácticas mafiosas de Pablo Motos, más que nada porque, justo un año atrás, Facu Díaz reveló que la productora de El Hormiguero había amenazado, censurado o presionado a un tropel de cómicos que decidieron hacer chistes a su costa. También hubo invitados que confesaron haber recibido llamadas de advertencia tras denunciar el mal rato que pasaron en el programa. Sin embargo, lo que me parece realmente significativo es que un montón de gente decidiera cambiar de canal y contemplar la berrea del ciervo en lugar de contemplar a Pablo Motos. Sospecho que, de haber emitido un programa de bricolaje, un especial de los Teleñecos de hace cuatro décadas o una carta de ajuste, el resultado habría sido muy parecido. La gente cambió de canal con tal de no ver a Pablo Motos.

Esto me lleva a preguntarme si TVE no se habrá equivocado radicalmente en su intento de arrebatar el liderazgo de Antena 3 a la hora de emisión de El Hormiguero. Es verdad que Broncano suele invitar a artistas, actrices o deportistas mucho más interesantes que Pablo Motos, también que hace preguntas bastante más inteligentes, pero da la impresión de que podría entrevistar a un ciervo y seguir quitándole espectadores. De hecho, podía subir las apuestas y entrevistar a Jesús Urceloy, reciente Premio Internacional de Poesía José Hierro, a Álvaro Muñoz Robledano, un poeta excelso que nunca ha ganado ningún premio y se los merece todos, o, ya jugando al límite, a mí sobre mi última novela. De momento, habrá que conformarse con el ciervo y la berrea.

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2024-11-25 06:30:02 El Hormiguero,Pablo Motos
<![CDATA[Dominio Público - De Ana Orantes a hoy: 20 años de compromiso]]> https://blogs.publico.es/dominiopublico/65940/de-ana-orantes-a-hoy-20-anos-de-compromiso/ De Ana Orantes a hoy: 20 años de compromiso
Varias personas sujetan carteles durante una manifestación contra las violencias machistas, en Santander. C. Ortiz / Europa Press.
En 2004, hace apenas veinte años, robar un objeto valorado en 400 euros era delito, pero amenazar a una mujer en el contexto de una relación de maltrato se consideraba una simple disputa sentimental. Este contraste refleja cómo, durante décadas, se ignoró la violencia machista en nombre de la privacidad o el silencio. Si hay un mensaje letal en nuestro vocabulario es la recomendación de no meterse en asuntos de pareja, cuando es precisamente en la esfera de las relaciones afectivas donde el terreno se vuelve tan resbaladizo que nos permitimos -en demasiadas ocasiones- ejercer el control sobre el otro, aunque se disfrace de preocupación excesiva u otras coartadas igualmente insidiosas.

El caso de Ana Orantes es, sin duda, un antes y un después en la lucha contra esta lacra. El 4 de diciembre de 1997, Ana, una mujer separada de su agresor, pero obligada a convivir con él en la misma casa, acudió a un programa de la televisión pública andaluza a contar su historia. Seguro, ese día había cuidado el aspecto de quien se sabe en la obligación de estar lo más guapa posible, para relatar, con la preocupación de la asediada, las amenazas constantes que sufría. Lo hizo con una valentía desgarradora, anticipando el fatal desenlace que ocurriría 13 días después de ese programa: el día que su exmarido recibió una notificación judicial por amenazas e insultos, la asesinó brutalmente quemándola viva. Ese crimen, que nos escupió en la cara una pregunta ineludible —¿cómo no se tomaron medidas para protegerla? —,impulsó un cambio legislativo sin precedentes en España.

En 2004, con 70 mujeres asesinadas en un año, el primer Gobierno paritario de nuestra democracia aprobó, de manera unánime, la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. Hasta entonces, el Código Penal mencionaba los malos tratos solo si eran "habituales" y bajo el paraguas de la violencia doméstica, dejando fuera a mujeres separadas, jóvenes en relaciones no convivenciales o noviazgos en los que no existía un vínculo formal.

Esta ley, que se especializó en las relaciones de pareja o expareja, reconoció lo que especialistas y activistas llevaban años denunciando. ¿Cómo se explica permanecer en una relación tan dañina, por un promedio de 8 años? Estaba claro, los vínculos afectivos y el mandato del silencio garantizaba la impunidad del agresor y convertía a las víctimas en las únicas en esa condición que se sienten culpables por recibir una agresión.

Imaginemos cualquier acto agresivo, tenemos tres opciones: huir, pedir ayuda, o hacerla frente. Ninguna de estas opciones representa una salida para las víctimas de violencia, es más, son las únicas que rehabilitan a su agresor: "es una falta de control" o "la presión de su trabajo".

La violencia machista, como acreditan los informes de Naciones Unidas, no entiende de territorios, estratos sociales ni edades. Es, de hecho, el mayor problema de salud pública para las mujeres. En este contexto, la Ley de 2004 fue un punto de inflexión porque no solo reconoció la gravedad del problema, sino que estableció herramientas concretas para abordarlo. Desde el sistema VioGén para valorar el riesgo, hasta el desarrollo de recursos especializados en cuerpos policiales y fuerzas de seguridad, casas de acogida, atención desde ayuntamientos, colegios profesionales de psicología, medicina, judicial y asociaciones. Además, la creación del Observatorio de Violencia de Género permitió algo esencial: diagnosticar la realidad con datos y estadísticas, pues sin ellos no es posible diseñar políticas públicas eficaces.

Una ley que fue consultada al máximo con el afán de la rigurosidad, necesitábamos anticiparnos a las dificultades de su aplicación. Para ello, nos reunimos con fiscales, jueces, colegios profesionales de médicos, de psicólogos, entidades sociales que recibían en sus locales las primeras señales de auxilio.

Sin embargo, es habitual escuchar críticas que achacan a la ley la existencia de nuevas víctimas, algo que no ocurre con otras normativas como las de tráfico, pese a los accidentes, o las fiscales, pese a los casos de corrupción. Las leyes no eliminan el problema de raíz, pero sí garantizan derechos y recursos para combatirlo. Su eficacia depende, en última instancia, del grado de aplicación y del compromiso político y social.

Hoy, veinte años después, seguimos enfrentándonos al horror de mujeres asesinadas a manos de quienes deberían ser su hogar o su espacio de confianza, pero también hemos avanzado en la conciencia colectiva, en la atención institucional y en los recursos para protegerlas. Este 25 de noviembre, como cada año, recordamos a todas las víctimas, como Ana Orantes, cuya voz y valentía no fueron en vano.

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2024-11-25 06:25:32
<![CDATA[Otras miradas - El odio a mi cuerpo fue mi Ozempic]]> https://blogs.publico.es/otrasmiradas/88834/el-odio-a-mi-cuerpo-fue-mi-ozempic/ El odio a mi cuerpo fue mi Ozempic
Imagen de Instagram-blokegorde
¿Qué estarías dispuesto a hacer para adelgazar? Durante casi toda mi vida, aunque no fuera capaz de formularlo conscientemente, mi respuesta hubiera sido: cualquier cosa. La presión sobre los cuerpos gordos es tal que la mayoría de nosotros arrastramos un largo historial de dietas, rutinas en gimnasios, estafas piramidales y periodos de ayuno a nuestras espaldas. Y aunque nada de esto nos ha funcionado –porque, aunque hayamos puesto nuestra vida en juego, no nos esforzamos lo suficiente–, ya no hay que preocuparse porque el futuro ha llegado. La esperada pócima mágica adelgazante es una realidad.

En las últimas semanas, han aparecido dos grandes noticias en torno a la semaglutida, el principio activo detrás de Ozempic y derivados: el premio Princesa de Asturias recogido por sus investigadores y la intención de Reino Unido de usar el fármaco en desempleados gordos para que encuentren trabajo. Mientras tanto, nos vamos acostumbrando a ver cada día celebrities con el cuerpo que tenían hace veinte años y a que en los centros de cirugía estética se demanden las operaciones para mitigar la ‘cara de Ozempic’, es decir, el rostro resultante de una velocísima bajada de peso.

Así es como una sociedad que odia profundamente los cuerpos gordos y que pasa buena parte del día mostrándonos y vendiéndonos toda clase de hábitos, fórmulas y productos para esos kilos de más (da igual cuánto peses, siempre hay unos kilos de más) celebra que, por fin, ahora sí, ser gordo va a pasar a ser una elección. Porque si con una simple inyección semanal se nos garantiza la delgadez, ¿quién querría ser gordo?

Garantizar la delgadez, eso sí, no es garantizar la salud. Según su propia página web, los efectos secundarios más comunes de Ozempic "pueden incluir náuseas, vómitos, diarrea, dolor de estómago y estreñimiento". A estos hay que sumar "pancreatitis, cambios en la vista, hipoglucemia, insuficiencia renal, reacciones alérgicas graves, problemas de la vesícula biliar" y, leyendo el texto completo, encontramos "posibles tumores en la tiroides, incluso cáncer". Todos los medicamentos tienen una larga lista de contraindicaciones, podríamos pensar. Pero no todos los medicamentos los usan personas sanas para lograr un objetivo estético.

La preocupante extensión de este fármaco debería servir al menos para acabar con la mentira de que a los gordos se nos ordena adelgazar para mejorar nuestra salud. Nunca fue verdad, pero que se nos prescriba una sustancia que puede trastocarla para siempre ha acabado por romper el encantamiento. Por supuesto que el llamado sobrepeso es un factor de riesgo para ciertas enfermedades y dolencias. Pero también lo es el estrés y no decimos que quien está estresado es porque quiere, y también lo es habitar ciudades contaminadas y no ponemos el mismo empeño en adelgazar que en mejorar la calidad del aire que respiramos.

La gente no quiere estar delgada para estar más sana, aunque se convenza de ello con la firmeza hercúlea con la que yo estaba convencido hasta hace poco tiempo. Deseamos estar delgados porque deseamos que nos quieran, porque deseamos resultar atractivos, porque deseamos evitar incomodidades, porque deseamos que nos quepa la ropa de las tiendas, porque deseamos que nos den trabajo. Porque no nos queremos sentir juzgados, porque no queremos que crean que somos unos vagos, porque queremos ser reconocidos por nuestros méritos y porque, si nos da un infarto, no queremos que piensen que ha sido nuestra culpa.

Esa es la realidad. El mandato social que impone la delgadez se disfraza de discurso sobre la salud para no reconocer que es una estructura discriminatoria que coloca unos cuerpos por encima de otros. Una discriminación que además,  al contrario de otras, puede afectar a todo el mundo: más allá de la sexualidad, del género, del color de piel o de la posición social, uno siempre puede adelgazar y engordar, modificando así su valor a ese respecto. Por eso, la gordofobia no se proyecta solo sobre los cuerpos gordos; los delgados siempre pueden dejar de serlo. Es imposible escapar.

Hemos aprendido a admirar a las personas que no se acaban la comida, que priorizan el deporte a la vida social o que renuncian a los placeres de la gastronomía para llevar una dieta más parecida a la de un astronauta. Hemos normalizado que personas delgadas se muestren descontentas con su peso, que un kilo perdido se celebre sean cuales sean las circunstancias o que los alimentos sean "sanos" o no dependiendo en exclusiva de sus calorías. Y, antes de reflexionar sobre todo lo que esto provoca en nuestra salud y en nuestros cuerpos, nos lanzamos al nuevo invento con la esperanza de que sea el definitivo.

Porque, desde luego, no es el primero. El Ozempic no promete más que lo que ya esperábamos conseguir con las operaciones de reducción de estómago (que consisten en amputar un órgano sano para que el paciente no pueda comer casi nada) o con los balones gástricos. La diferencia es que ahora el cambio es hormonal, porque la semaglutida provoca un desajuste en las hormonas que regulan el apetito que hace que quien la toma, básicamente, nunca tenga hambre. Sin importar las necesidades del cuerpo, ni las apetencias, ni los estados de ánimo. Convirtiendo la comida en un enemigo al que por fin somos capaces de vencer.

Cuando tenía veinte años yo también dejé de comer. Faltaba mucho para que llegara el Ozempic, pero no hizo falta: el odio hacia mi cuerpo fue suficiente. Odio que sentía desde fuera y desde dentro, porque había acabado por convencerme de que mi cuerpo estaba mal, de que era horrible y nadie me iba a querer siendo así, y de que, para colmo, yo era culpable de todo lo malo que me pasara si no lo cambiaba. Claudiqué ante lo que me repetían pantallas, revistas, personas desconocidas y personas muy queridas: que el que está gordo es porque no hace lo suficiente, y que si le pasa algo malo, pues que se hubiera cuidado.

El resultado de dejar de comer fueron treinta kilos menos en seis meses. No solo de grasa, claro, porque cuando uno come lo mínimo, por más que haga ejercicio (si es que tiene fuerzas), los kilos se llevan por delante también la masa muscular que nos sostiene. Recuerdo tardes enteras tumbado en la cama, sin energía ni para salir de mi cuarto. Pero los elogios que recibía de los demás me convencían de que estaba haciendo lo correcto y de que el sufrimiento merecía la pena. Estoy seguro de que ni ganando yo mismo el Princesa de Asturias me felicitarían tanto como durante aquellos meses de ayuno.

El resultado visible de ese maltrato extremo al que me sometí compensaba mi deterioro de salud. No es solo que me convirtiera en un fantasma sin ganas de nada; el hecho de que hacerme daño de esa manera fuera un triunfo a ojos de los demás trastocó mi percepción hasta tener una imagen totalmente deformada de mí mismo –que acabó derivando en una depresión–, y redujo mi vida a una pelea interna con la comida y el ejercicio que fortificaron un trastorno de la conducta alimentaria con el que sigo conviviendo. Mientras todo esto ocurría, el mundo me insistía en que yo estaba mejor que nunca.

Doy gracias al universo porque la llegada del Ozempic me haya pillado tras casi una década de terapia y de trabajo personal y colectivo para entender y controlar mi gordofobia interiorizada. Porque aquel chico que dejó de comer habría estado mucho más en peligro si esa restricción kamikaze hubiera venido en forma de medicamento. No puedo ni imaginar lo que les costará desmontar la falacia que equipara delgadez y salud a quienes enfermen de verdad a raíz de consumir este fármaco. Personas que todavía no saben hasta qué punto van a ser capaces de ponerse en peligro cuando tengan que responder a la pregunta ¿qué estarías dispuesto a hacer para adelgazar?

Pero hay esperanza. Mientras los científicos cuyas investigaciones han derivado en la comercialización de la semaglutida recogían su galardón en Oviedo, el colectivo Bloke gorde llevaba a cabo una performance en la que desplegaba en la capital asturiana el mensaje "la gordofobia perjudica gravemente la salud". Desde luego lo hizo con la mía hace quince años, y me temo que lo hará con la de las personas que, al no poder resistir la presión social, comiencen a inyectarse una sustancia para la que todavía no hay estudios a largo plazo y que no promete más que la anulación del apetito. El odio a la gordura seguirá ahí, el miedo a no ser suficiente seguirá ahí, la autoimagen trastocada por el discurso gordófobo seguirá ahí. Y a eso, en algunos casos, habrá que sumar un cáncer de tiroides.

Mi salud no mejoró con las dietas ni con las infusiones ni con los batidos de proteínas ni con el deporte a cualquier precio. Incluso aceptando el beneficio de eliminar los factores de riesgo derivados del sobrepeso, los riesgos mucho más numerosos y graves de gestionar la ingesta de alimentos a través de una alteración hormonal deberían hacer que nos echemos las manos a la cabeza. El disparadero de trastornos alimentarios y de problemas psicológicos que van a derivar de adelgazar así de rápido y fácil constituirán una auténtica crisis de salud pública. Lo sé porque ya he pasado por ahí. Y porque nunca se ha tratado de conseguir cuerpos sanos; se trata de lograr cuerpos delgados.

Estamos a tiempo de detener el grave problema que supondrá la normalización de estos fármacos. Porque sí es posible mejorar la relación de los cuerpos gordos con la salud; soy un ejemplo. Lo he logrado aceptando la diversidad corporal, entendiendo que mi cuerpo es el que es y que el peso no es algo sobre lo que uno pueda intervenir de manera saludable (solo un cambio de hábitos logra una mejora real en el largo plazo, y eso únicamente se logra sin buscar cambios vistosos). Y sí, ser gordo hace que tenga más riesgo cardiovascular, pero eso depende mucho más de la genética y nadie me exige que cambie mis genes. Además, si volver a convertir mi vida en una lucha contra mi cuerpo es lo que me libraría de ese hipotético infarto, no me merece la pena.

Solo ahora, con una aceptación y un cariño plenos por mi cuerpo, tengo una vida que me daría rabia que se acortara. El despojo humano que resultó de aquellos meses de tortura autoimpuesta llegó a fantasear con acabar con la suya, porque, total, muy poco de ella estaba viviendo ya. A pesar de los qué guapo estás y de los ya era hora y de los es que me tenías preocupado. Nos guste o no, y digan lo que digan los anuncios de la tele e incluso algunos profesionales sanitarios, la salud va mucho más allá del tamaño de nuestro cuerpo. Y no merece la pena ponerla en riesgo para encajar en unos estándares sociales, esos sí, totalmente enfermos.

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2024-11-25 06:20:23
<![CDATA[Viñetas - Crímenes de guerra]]> https://blogs.publico.es/vinetas/2024/11/25/crimenes-de-guerra/ ]]> 2024-11-25 06:12:55 <![CDATA[Dominio Público - Y llegó la querella contra el emérito]]> https://blogs.publico.es/dominiopublico/65961/y-llego-la-querella-contra-el-emerito/ Foto de noviembre de 2012 del rey Juan Carlos I, que saluda junto con otros dirigentes latinoamericanos durante el posado para la foto de familia de la Cumbre Iberoamericana celebrada en Cádiz (España). REUTERS/Jon Nazca
El rey Juan Carlos I, dos años antes de su abdicación, en la Cumbre Iberoamericana celebrada en Cádiz. REUTERS/Jon Nazca
Un grupo de juristas, constitucionalistas y periodistas, bajo la dirección letrada del magistrado emérito José Antonio Martín Pallín y el abogado Eduardo Ranz (autor de No matarás. Memoria civil, editorial Catarata) y en el ejercicio de la "acción popular" han puesto una querella criminal contra el rey emérito, Juan Carlos de Borbón, a la que ha tenido acceso Público. La querella ha sido interpuesta ante la Sala Segunda del Tribunal Supremo, ya que, como recordarán nuestros lectores, antes de su abdicación en 2014, forzada por la peste a corrupción y la estafa de sus cuatro décadas como jefe de Estado, el rey emérito fue aforado ante el alto tribunal (art.55 bis de la Ley Orgánica del Poder Judicial), tal y como recuerda el texto de la querella conocida este lunes.

Y ustedes se estarán preguntando cómo es posible una querella criminal contra el emérito si ya se concluyó que Juan Carlos había regularizado su situación tributaria o sus delitos estaban prescritos. El propio emérito reconoció éstos cuando ejecutó varias regularizaciones fiscales; también lo hizo su hijo y jefe de Estado sucesor cuando decidió que su padre debía irse de España. Por supuesto, y en su línea, Juan Carlos se instaló en Abu Dabi, en Emiratos Árabes Unidos (EÁU), un Estado off shore donde el emérito tiene a buen recaudo, gracias a los dictadores emiratís, sus hermanos, su fortuna desconocida pero que se presume abultada.

Los querellantes afirman y exponen de forma muy bien argumentada, al margen de lo que vaya a decidir el Supremo, que "los efectos de la regularización" de su situación tributaria que llevó a cabo Juan Carlos I y que prevé el art. 305.4 del Código Penal, "se han aplicado indebidamente" y, por tanto, no se dan los elementos que absuelvan al emérito de los delitos contra la Hacienda Pública, los cuales, según el texto conocido por este periódico, "vulneran no sólo los preceptos del Código Penal que invocaremos sino también los principios de igualdad y de solidaridad, además de obligaciones legales y éticas exigibles especialmente a aquellas personas que ostentan cargos públicos de relevancia constitucional". En concreto, la querella cita cinco defraudaciones delictivas "según las autoliquidaciones complementarias presentadas en febrero de 2021, en las declaraciones tributarias correspondientes a los años 2014 a 2018", y ninguno de estos delitos habría prescrito.

Basándose en las circunstancias del fraude cometido gracias a un entramado de las fundaciones Zagatka y Lucum, con sedes en Liechtenstein y en Suiza, que pretende ocultar la cuantía total de la fortuna defraudada, los querellantes apelan al "art. 305 bis del Código Penal, que establece una pena de dos a seis años de prisión" y "multa del doble al séxtuplo de la cuota defraudada" (modalidad agravada), por lo que, "en consecuencia, la prescripción se produce a los diez años" que no han transcurrido. O sea, pruebe a hacer usted lo que hizo el emérito, a ver si consigue que le declaren prescritos estos delitos fiscales sin que haya pasado la década legal.
Además, los querellantes insisten y razonan que esa regularización a la que apeló la Fiscalía Anticorrupción para cerrar la investigación a Juan Carlos de Borbón no se realizó "de conformidad con las exigencias legales establecidas en el artículo 305.4 del Código Penal. La regularización de las defraudaciones tributarias se produce después de haber tenido conocimiento formal de la existencia de unas Diligencias de Investigación de la Fiscalía que le advirtió de la existencia de irregularidades en las declaraciones tributarias, con anterioridad a su regularización". El emérito, por tanto, fue advertido de la investigación del fraude -aunque se apelara a su "derecho de defensa" desde la Fiscalía- y, entonces, regularizó; no antes, lo cual es contrario a la ley.

Los delitos fiscales agravados del emérito y la pretendida regularización con aviso añadido por parte del Estado -o sea, que a ti no te permitirían regularizar nada una vez fueras avisado de la apertura de una investigación tributaria, pero al Borbón sí- conforman el núcleo de una querella que ha tardado en llegar y que desafía, con razón, la impunidad de Juan Carlos de Borbón y la complicidad de un Estado, que no solo lo habría protegido en la comisión de esos delitos, sino que siguió haciéndolo al insistir en la prescripción de los delitos y en el derecho a la defensa del emérito para avisarle de la investigación.

Cuando Juan Carlos abdicó en Felipe VI y fue despojado de su inviolabilidad, PP y PSOE construyeron una nueva armadura para el monarca, que perpetúa su estatus jurídico privilegiado. Mediante una reforma legal que provocó divisiones en las filas del PSOE (el Grupo terminó absteniéndose ante la mayoría absoluta del PP), críticas muy duras por parte de Izquierda Unida y los nacionalistas, y hasta la calificación de "chapuza" por parte del entonces presidente del Congreso, Jesús Posada (PP), el rey emérito, las reinas Letizia y Sofía y la princesa de Asturias pasarían a estar aforadas en el Tribunal Supremo: solo éste podría juzgarle, incluso, de sus actos privados. Ningún cargo público tiene semejante prebenda: un aforamiento vitalicio.
El Supremo, el mismo que no acepta la amnistía de los líderes independentistas del procés, es el responsable de admitir esta querella criminal contra Juan Carlos, por lo que muchas esperanzas, al menos yo, no tengo. Al fin y al cabo, fue uno de sus magistrados más destacados -a punto de jubilarse, por cierto- quien nos confirmó  a los tres periodistas que escribimos el libro La armadura del rey (Ediciones B, Ara Llibres en catalán) que este Tribunal era el muro donde se diluiría siempre una de las frases más famosas y polémicas del emérito: "La ley es igual para todos" (discurso de Nochebuena, 2011). Es hora de comprobar cómo. ]]>
2024-11-25 06:02:52 Ana Pardo de Vera,emerito,Juan Carlos de Borbón,rey
<![CDATA[Pato confinado - Receta de ragú de berenjenas con cuscús]]> https://blogs.publico.es/recetas-caseras-nutricion-saludable/2024/11/24/receta-de-ragu-de-berenjenas-con-cuscus/
Ragú de berenjenas con cuscús.
Ragú de berenjenas con cuscús.
El ragú de berenjenas es una forma de cocinar esta hortaliza al estilo de un pisto, con una base de tomate. Se suele comer con pasta, arroz blanco o, como en la presente receta, con cuscús.

Una mezcla suculenta que se combina con el tomate frito y las especias, y que cuenta con otras hortalizas, como el pimiento rojo y la cebolla. Se cocina la berenjena directamente en la sartén o se asa al horno antes, junto con el pimiento rojo, para incluirse más tarde en el sofrito.

Para darle más sabor, usa algún tipo de caldo y vino tinto o blanco. Si lo quieres más contundente, hay cocineros que le añaden lentejas cocidas. Después, una vez que haya reposado el ragú de berenjenas, sírvelo encima del cuscús o sobre la pasta según tu gusto.

Ragú de berenjena con cuscús

Ingredientes (para 4 personas):

Para el ragú:

  • 2 berenjenas medianas, cortadas en cubos
  • 1 cebolla grande, picada finamente
  • 2 dientes de ajo, picados
  • 1 pimiento rojo
  • 2 tomates maduros, pelados y picados (o 1 taza de tomate triturado)
  • 1 cucharada de tomate concentrado (opcional)
  • 200 gr. de champiñones (opcional), en láminas
  • Un chorro de caldo de verduras
  • 1 vaso de vino tinto (opcional)
  • Aceite de oliva
  • 1 cucharadita de pimentón dulce o picante
  • 1/2 cucharadita de comino
  • 1/2 cucharadita de tomillo seco
  • Sal y pimienta al gusto
  • Perejil o albahaca fresca para decorar
Para el cuscús:
  • 1 taza de cuscús
  • 1 taza de agua o caldo de verduras
  • 1 cucharada de aceite de oliva
  • Sal al gusto

Prepara el ragú de berenjenas:

  1. Lava y corta la berenjena en cubos. Ponla en un colador, espolvorea sal y deja reposar durante 20 minutos. Esto elimina el exceso de amargor. Luego, enjuaga bien y seca con papel de cocina.
  2. Calienta el aceite de oliva en una sartén grande o cazuela a fuego medio.
  3. Sofríe la cebolla, el pimiento rojo, y el ajo durante cinco minutos.
  4. Incorpora las berenjenas y los champiñones. Cocina durante 10 minutos, removiendo ocasionalmente.
  5. Añade el pimentón, el comino y el tomillo y sofríe por unos minutos.
  6. Incorpora el tomate (si lo quieres más fuerte y de un color rojo más vivo, puedes reforzarlo con una cucharada de tomate concentrado), el vino tinto, y el caldo de verduras.
  7. Cocina a fuego lento durante 15 minutos hasta que las verduras estén tiernas y la mezcla tenga una textura espesa. Salpimienta al gusto.

Cocina el cuscús y monta el plato:

  1. Hierve el agua o caldo con una pizca de sal.
  2. Retira del fuego, añade el cuscús y un poco de aceite de oliva, y tapa la olla. Deja reposar 5 minutos.
  3. Remueve el cuscús con un tenedor para separar los granos.
  4. Sirve una porción de cuscús y cubre con el ragú de berenjenas. Remueve si lo quieres todo integrado.
  5. Sírvelo caliente o templado y decora con perejil o albahaca fresca picada.

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2024-11-24 06:58:02
<![CDATA[Pato confinado - Receta de sopa de espinacas, lentejas rojas y arroz]]> https://blogs.publico.es/recetas-caseras-nutricion-saludable/2024/11/24/receta-de-sopa-de-espinacas-lentejas-rojas-y-arroz/
Sopa de espinacas con lentejas y arroz.
Sopa de espinacas con lentejas y arroz.
Hay sopas que son un verdadero tesoro cuando hace frío. Caldos saludables, vegetarianos, sin apenas grasa, que restauran el espíritu y el paladar. Con un poco de cereal y de legumbre, y con unas pocas hortalizas y caldo, es sencillísimo preparar un manjar que sirva para calentarnos en invierno, salvaguardando las necesidades nutricionales.

La sopa de espinacas con lentejas rojas y arroz cumple con este paradigma. Contiene todos los aminoácidos esenciales y es además sabrosa. Partiendo de la receta base, siempre puedes añadir además nuevos ingredientes, incluso un poco de carne (pollo, cerdo, o huesos de ternera) si no te sientes con el corazón muy vegetariano hoy.

Para que tenga más sabor, usa un caldo de verduras que tengas ya preparado (inclusive, si has cocido unas judías verdes o preparado un puré el día anterior), o cómpralo directamente en el supermercado.

Sopa de espinacas, lentejas rojas y arroz

Ingredientes (4-6 personas):
  • 150 gr. de lentejas rojas
  • 150 gr. de arroz blanco largo
  • 1 cebolla grande (finamente picada)
  • 2 dientes de ajo (picados o machacados)
  • 1 zanahoria grande (pelada y cortada en cubos pequeños)
  • 400 gr. de espinacas frescas (lavadas y picadas)
  • 1 litro de caldo de verduras
  • 1-2 huevos cocidos
  • Aceite de oliva
  • 1 cucharadita de comino en polvo o especia al gusto (tomillo, por ejemplo)
  • 1 cucharadita de cúrcuma en polvo (opcional, para un toque de color y sabor)
  • 1/ 2 cucharadita de pimienta negra molida
  • 1 hoja de laurel
  • Sal y pimienta al gusto

Prepara la base de la sopa:

  1. Calienta el aceite de oliva en una olla grande a fuego medio.
  2. Sofríe la cebolla hasta que esté transparente (unos 5 minutos).
  3. Agrega el ajo, la zanahoria, el comino y la cúrcuma.
  4. Cocina por 5 minutos más, removiendo para liberar los aromas.

Cocina las lentejas y el arroz:

  1. Añade las lentejas rojas y el arroz a la olla, mezclando bien con los vegetales y especias.
  2. Vierte el caldo de verduras y agrega la hoja de laurel.
  3. Lleva la mezcla a ebullición, luego reduce el fuego y cocina durante 15 minutos, removiendo ocasionalmente, hasta que las lentejas y el arroz estén casi tiernos (que no se pase el arroz).

Incorpora las espinacas:

  1. Cuece el huevo durante 10 minutos en agua hirviendo, mientras tanto.
  2. Retira la hoja de laurel y agrega las espinacas lavadas y cortadas y mezcla bien.
  3. Añade el huevo pelado y partido en cuartos. Remueve de nuevo.
  4. Cocina por 5 minutos más, hasta que las espinacas estén tiernas y el huevo repartido.
  5. Prueba y ajusta la sal y la pimienta al gusto. Comprueba el estado del arroz.
  6. Deja que repose y sirve caliente en tazones, que cada plato tenga su porción de caldo, huevo, espinacas, lentejas y arroz.

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2024-11-24 06:45:07
<![CDATA[Otras miradas - Bronca no, libertad 2.0 ]]> https://blogs.publico.es/otrasmiradas/88891/bronca-no-libertad-2-0/ El presentador de 'La Revuelta', David Broncano.- RTVE
El presentador de 'La Revuelta', David Broncano.- RTVE
La batalla televisiva entre La Revuelta (RTVE) y El Hormiguero (Antena 3), entre Broncano y Motos, esta semana ha marcado un hito en la historia catódica patria.  

Por si eres de los pocos que no se han enterado: Motos le sacó a Broncano el invitado del camerino a media hora de empezar el programa. Llamó a uno de los patrocinadores del motorista, Jorge Martín, reciente campeón del mundo, para que le obligara a no conceder ese día la entrevista acordada y dársela antes al Hormiguero y así lo hizo. La respuesta del equipo Broncano fue contarlo, tras casi una década de invitados forzados/extorsionados/secuestrados, y emitir más de doce minutos de imágenes de animalitos con músicas varias para llenar el hueco. La audiencia les premió la valentía. Sus ciervos casi empatan con Hugh Grant, que era la estrella invitada por Motos ese día. El anquilosado dinosaurio RTVE corrió como un cervatillo, con una cintura inesperada, y asumió el riesgo de jugar a otra cosa mucho más arriesgada.  

Así que qué putada, qué reflejos, qué honestidad, qué osadía y qué bonito resultado. Responder al juego sucio con honestidad y surrealismo y no salir perdiendo fue una maravilla que, por otro lado, estaba cantada.  

Porque su nombre dice Bronca no y sus actos lo ratifican y el Motos roba al motero -porque la cabra tira al monte y lo mismo pasa con el motociclismo- y el pacifista, hasta de nombre, le responde con animalitos. Luego la audiencia, que no sé si siempre es sabia pero sí que en esto es la que manda, le da la razón al zen y se traga en prime time más de doce minutos de berrea y otros bichos con canciones que dicen cosas como: "me gustan más las plantas que las personas". Con esta audacia, la paz consiguió quedarse a solo dos puntos de audiencia de la bravuconada. Con esta jugada se abre la vía al surrealismo como respuesta al Malismo que a ratos nos acorrala. Recomiendo leer el libro de Mauro Entrialgo, con ese título, para ampliar las ideas sobre este fenómeno social tan extendido. 

Y es que lo de este jueves en La Revuelta pasará a los anales de la historia de la televisión, estará en los manuales de las facultades de comunicación y nos dará que hablar en el mundillo, pero sobre todo, y más importante, dejará rastro en las entendederas de los que lo vieron o se enteraron. El episodio calentará las esperanzas de los que creen que en este medio (el televisivo) y en este país -y, por extensión, en el mundo entero- hay alternativa a sobrevivir/crecer/competir a codazos o a hostias -si lo lees en horario no protegido-.   

Además, lo ocurrido nos hace mirar de frente a los otros límites de la libertad de expresión, ésos que no se hacen notar, ésos de los que hablamos poco. Cuando pensamos en los límites de esta libertad fundamental pensamos en los grandes poderes económicos tutelando a los medios de comunicación que financian y éstos, a su vez, censurando a sus periodistas para no contrariar a los que pagan.  Pensamos en el control del continente y no en el control del contenido. Pero es que resulta que los deportistas, artistas, científicos, los astros que son entrevistados, los que protagonizan los contenidos, que son tan famosos, que parecen la cima de todos nosotros, no van a dónde quieren ir, no contestan a lo que querrían contestar y no cuentan cómo su libertad de expresión está limitada por el poder económico, amordazada por su cobardía.  

Todos esos triunfadores -o casi todos- pasan por aros que no salen en la foto. Los vemos bailar, pero no vemos a quienes les imponen la música y el decorado. Les suponemos menos servidumbres que las propias y nos equivocamos. No son solo los bancos, las multinacionales, los intereses políticos o comerciales, los grandes medios los que limitan la libertad de expresión; son también cada uno de los que tragan con esos recortes, toda esa élite que vive solo medio libre de expresión. 

Con lo aprendido por lo desvelado por Broncano y compañía, cada vez que veamos una moto con muchas pegatinas pensemos cuál de ellas es la que está hablando y qué dice y qué hace callar al pegatinado. Y recordemos que David puede ganar a Goliat y que además puede hacerlo a golpes de ingenio, sin pedradas. 

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2024-11-24 06:30:47 Marta Nebot
<![CDATA[Rosas y Espinas - Es que las tías van provocando]]> https://blogs.publico.es/rosa-espinas/2024/11/24/es-que-las-tias-van-provocando/ Es que las tías van provocando
Jenni Hermoso en una imagen de archivo. AFP7 / Europa Press
Leo en un titular de La Razón que "Jenni Hermoso se queda sin un pabellón con su nombre por no mostrar su amor a España". La machosfera no perdona que Jenni Hermoso denunciara a Luis Rubiales por plantarle un beso en los morros sin consentimiento. "Un pico que provocó un auténtico tsunami que dinamitó la Real Federación Española de Fútbol y provocó una purga sin precedentes", dice el diario de La Sexta y Antena 3, sin demasiado cuidado con la prosa.

No sé si es torpeza literaria o intencionalidad, pero el verbo provocar aparece dos veces en una frase de 20 palabras. O sea, en un 10% de la frase, Jenni Hermoso provoca. Será porque no juega al fútbol con falda plisada, como una chica decente.

Ya os he escrito muchas veces que Victor Hugo decía que la esclavitud humana no terminará hasta que desaparezca la prostitución. Esta es una de las escasas circunstancias en que no me molesta repetirme. La prostitución tiene muchas formas. Y no todas son de callejón oscuro y perfume a semen, y a un billete arrugado de 20 euros. A veces huele a papel de periódico, a radio y televisión. Prostituir es decir que Jenni Hermoso provoca y afirmar que desencadena "una purga sin precedentes".

En resumen, lo que tenía que haber hecho Jenni Hermoso es dejar que Rubiales le besara el coño, porque cuando eres tía y ganas un campeonato del mundo es que vas provocando. A mí ya no me besa casi nadie, y aun así prefiero mi absentismo labial a cualquier beso de Luis Rubiales. Pero como soy tío y no voy provocando, Rubiales no me lo da nunca. Así que me despreocupo.

Si trasladamos el debate de lo lingual a lo lingüístico, creo que es más denunciable el titular y el texto de La Razón que el beso de Luis Rubiales. Yo no me puedo meter en la piel de Jenni Hermoso, pues ella la tiene mucho más bonita. Pero es prostituirla el afirmar que no tiene amor a España y que ha provocado una purga sin precedentes. ¿Quién mide el amor a España? ¿La Razón?

Supongo que los dueños de Atresmedia, de La Sexta, de Antena 3, de Onda Cero y La Razón tendrán un medidor de amores patrios, de provocaciones y de purgas. Ha dado usted un 100% en desamor a la patria, y por eso, por mucho que usted sea campeona del mundo de la selección española, el PP y Vox y La Razón le desconceden el honor de que se le ponga su nombre a un pabellón deportivo en Carabanchel. Eso le pasa por ir provocando. Y por organizar purgas entre los amigos varones de Pedro Sánchez a los que incomoda la ley del solo sí es sí. Por cierto, antes de hacer aquella afirmación, ¿le preguntó Pedro Sánchez a sus amigas mujeres? Con lo guapísimo que es, tendrá alguna mujer amiga a la que preguntar. Pero esas mujeres no salieron en la charla de nuestro progresista presidente. Será que se le olvidó un 50% de los habitantes de la tierra. Suele pasar en política.

Yo no sé, ni me importa, si Jenni Hermoso tiene más o menos amor a la patria. Lo que sí sé es que estos señores de La Razón, de Atresmedia, fomentan el odio a la mujer que no se llame Ana Patricia ni les compre publicidad. Espero que Jenni Hermoso no tenga en cuenta sus tonterías. Y que los descerebrados que se informan por Atresmedia no la insulten por la calle. Pero me parece que es demasiado pedir.

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2024-11-24 06:30:40 Anibal Malvar
<![CDATA[Dominio Público - Ni en el Senado ni en ningún lado]]> https://blogs.publico.es/dominiopublico/65929/ni-en-el-senado-ni-en-ningun-lado/ Ni en el Senado ni en ningún lado
Decenas de personas portan carteles, durante una manifestación por el 25N, en Barcelona. Lorena Sopêna / Europa Press.

Por Sara Bailac *, Pilar Vallugera*, Diana Riba*, Tània Verge*, Raquel Sans* y Laura Castel*

Los derechos que tenemos hoy son fruto de una larga lucha para conquistarlos. Los derechos de las mujeres y los derechos del colectivo LGBTI+ han sido reconocidos después de siglos de opresión y a partir de la reivindicación y la movilización social para hacerlos valer. La legislación actual reconoce el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, los derechos de las personas LGTBI+ a casarse y tener hijos o el derecho a morir dignamente.

Por eso, es alarmante que se abran las puertas de las cámaras parlamentarias a grupos ultraconservadores que promueven el retroceso en los derechos de las mujeres o del colectivo LGTBI+, derechos que han costado mucho conseguir. Es una amenaza que las sedes de la soberanía popular se llenen de discursos que entran en conflicto con los derechos fundamentales, y que muy a menudo incitan el odio, la discriminación o la violencia hacia las mujeres y las personas LGBTI+, especialmente, contra las personas trans.

Vivimos esta tensión a diario en las cámaras parlamentarias cuando los partidos de extrema derecha, niegan la existencia de las violencias machistas, y los recursos que hay que dirigir para combatirlas, cuestionan el derecho de las mujeres a decidir sobre el propio cuerpo, o ponen en entredicho el derecho de las personas LGBTI+ simplemente a existir. También, cuando los discursos ultraconservadores amenazan claramente la igualdad y los derechos que, como decía Simone de Beauvoir, "nunca son adquiridos", sino que "basta con una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres sean cuestionados".

El enésimo ataque a estos derechos es el activismo político ultraconservador organizado a escala global para influir en las cámaras legislativas y la política internacional. No es menor que el Partido Popular abra las puertas del Senado español para acoger una cumbre de la Red Política de Valores, un lobby contrario a los derechos de las mujeres, que no respeta el Convenio de Estambul del Consejo de Europa, y que niega derechos a las personas del colectivo LGBTI+. La cumbre, que tendrá lugar el 2 de diciembre en la cámara alta, servirá de altavoz de las tesis reaccionarias de políticos de todo el mundo, desde el partido del presidente húngaro Víctor Orbán, del ex presidente brasileño, Jair Bolsonaro, o del actual presidente argentino Javier Milei, hasta diputadas de Uganda, donde recientemente se ha aprobado una de las leyes anti-LGBTI+ más duras del mundo con penas que incluyen la cadena perpetua, pasando por ex líderes del PP, como por ejemplo Jaime Mayor Oreja. También, a otros líderes políticos de todo el mundo que han manifestado su apoyo a las dictaduras de Augusto Pinochet en Chile o de Francisco Franco en el Estado español.

Como parlamentarias comprometidas con los derechos de las mujeres y de los colectivos LGTBI+, que defendemos sociedades plurales donde todo el mundo pueda desarrollar con libertad sus proyectos de vida, consideramos que las instituciones democráticas no tienen que ser un espacio de promoción de aquellos grupos que amenazan estos derechos que por fin reconoce y contempla la legislación y que hay que garantizar. Por eso, la autorización por parte de la Mesa del Senado para la celebración de esta cumbre reaccionaria, nos obliga a responder y reclamar que las cámaras parlamentarias tienen que ser, ahora más que nunca, un baluarte de defensa de los derechos humanos y un espacio de confrontación a los movimientos ultraconservadores y, en ningún caso, una plataforma desde donde amplificar discursos que atentan, incluso, contra la democracia.

Decimos no a la cumbre anti-abortista, anti-LGBTI+ y anti-derechos: ni en el Senado ni en ningún lado.

*Senadora, *Diputada, *Europarlamentaria, *Diputada, *Vicepresidenta del Parlament, *Senadora y miembro de la PACE (Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa). Todas las firmantes son de ERC

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2024-11-24 06:20:07
<![CDATA[Comiendo tierra - Volver a pensar la revolución ]]> https://blogs.publico.es/juan-carlos-monedero/2024/11/24/volver-a-pensar-la-revolucion/ La Libertad guiando al pueblo.-Eugène Delacroix
La Libertad guiando al pueblo.-Eugène Delacroix

Los retos del mundo

Hay consenso entre los "demócratas", esto es, entre la gente que acepta que sus objetivos de vida no deben perder de vista los del resto de la humanidad, acerca de los grandes retos que tiene el mundo por delante. Sin ser exhaustivos, ahí tendríamos:  

(1) el calentamiento global y sus urgencias devastadoras.  

(2) el desarrollo tecnológico, que, principalmente con la Inteligencia Artificial (IA), va a generar un cambio antropológico en términos laborales, de salvaguarda de los derechos individuales, de organización del tiempo y de mantenimiento de la paz. 

(3) la rearticulación geopolítica del mundo y la crisis de gobernanza mundial, con el declive americano y europeo en edad, tecnología, economía y defensa, y el ascenso del mundo BRICS. El crecimiento de las guerras en casi todos los continentes tiene como una de sus explicaciones esta rearticulación que dificulta las relaciones norte-sur tal y como se han desarrollado en el siglo XX.

(4) la lucha contra las desigualdades (de género, clase y raza, tanto dentro de los países como en el ámbito internacional, lo que lleva, entre otros asuntos, a las migraciones). 

(5) el agotamiento de los recursos naturales, incluyendo el agua. 

(6) la pérdida de confianza en la democracia, el auge de la extrema derecha y el crecimiento del iliberalismo, especialmente en las fuerzas de derecha y extrema derecha. 

Revolución o barbarie 
El calentamiento global en verdad expresa una crisis medioambiental general. Ahí está 2014 como el primer año en alcanzar una temperatura 1,5 º por encima de las temperaturas preindustriales; el estrés térmico del sur de Europa (60 días con temperaturas superiores a los 32º); el  calentamiento de los océanos, con un salto exponencial en 2023 y 2024, con el cambio en las corrientes marinas y de aire; el consecuente aumento de tormentas extremas y, al tiempo, de sequías extremas: la emisión mantenida de gases de efecto invernadero (un 8% más en 2024 que en 2015); la reducción de los hielos y el aumento del nivel del mar; la pérdida de biodiversidad, etc. Piénsese que, vinculado a los problemas medioambientales, están el encarecimiento de los alimentos, el riesgo de hambrunas y las epidemias zoonóticas (las que los animales trasladan a los humanos, como en el reciente COVID, y los pasados SAR, ébola, vacas locas, SIDA, etc.). Es evidente que con salidas neoliberales que priman el beneficio en el corto plazo y niegan el problema es imposible solventar estos desafíos. Muy al contrario, se van a agravar. Porque el auge del negacionismo va de la mano de la primacía política de la extrema derecha que, a su vez, apoya el capitalismo extremo. El tándem Trump-Musk es una prueba evidente de esto y de los riesgos para EEUU y el planeta (los estadounidenses son el 5% de la humanidad y emiten el 25% de dióxido de carbono). Los problemas medioambientales son una clara prueba de que no hay solución que no implique soluciones revolucionarias, es decir, que ataquen a la raíz del problemas, novedosas, a favor de las mayorías y que primen el bienestar del conjunto y del futuro de la humanidad por encima de los intereses de las grandes compañías, los fondos de inversión y la proporción de la ciudadanía beneficiada o que está dispuesta a asumir el destrozo porque cuenta triunfar mañana. La alternativa a una solución radical es primar la tasa de beneficio de los multimillonarios al tiempo que se traslada a las mayorías -por ejemplo, en forma de inflación- el costo de no cambiar las cosas. 

Por su parte, el desarrollo tecnológico va a aumentar la brecha entre los países que desarrollen Inteligencia Artificial propia y los que dependan de la IA norteamericana, china, rusa o europea. El uso de la IA, junto con el resto de desarrollos tecnológicos, va a aumentar la vigilancia en manos de gobiernos autoritarios, va a aumentar la condición mortífera de las armas, va a destruir al menos el 70% de los empleos existentes y va a construir monopolios invencibles que van a hacer imposible la competitividad de, prácticamente, cualquier empresa en cualquier país que no cierre su economía. En una dirección contraria, la IA puede hacer real el sueño de la humanidad de trabajar menos horas, repartir la productividad, crear una comunicación libre, veraz, plural y objetiva, mejorar la sanidad, luchar contra las desigualdades, terminar con la corrupción en los Estados, etc. Una salida revolucionaria democratizaría la tecnología. Porque todos estos avances terminarían radicalmente con los privilegios de los que ahora mismos controlan los principales monopolios del mundo (tecnológico, armas, información, finanzas, medicinas, energía, alimentos, auditoria, consultoría y servicios fiscales). 

En cuanto a los cambios geopolíticos, hay hitos que demuestran la decadencia occidental, la evidente crisis de los organismos internacionales -especialmente la ONU-  y los riesgos claros de una nueva guerra mundial (que ya ha empezado, pero que aún no tiene los contornos con los que se piensan estos conflictos, esto es, que afecten directamente a los países más poderosos del planeta). Solo señalar: el desafío económico, comercial y tecnológico a EEUU por parte de Chinala guerra en Ucrania, que es improbable que se hubiera dado sin el avance hacia el este de la OTAN y que ha regresado la guerra en Europa después de 35 años (no olvidemos también la voladura del Nordstrean II  que buscaba disciplinar a Alemania, lo que finalmente lograron y que es causa de su actual recesión); el genocidio en curso en Palestina que se está extendiendo a Líbano, Siria e Irán, junto al veto estadounidense en la ONU a poner sanciones a Israel; la pérdida de influencia de Francia, España, Alemania, Inglaterra, Japón en América Latina, Asia y África, sustituidos por la creciente influencia china, rusa o iraní; la cercana irrelevancia mundial del sistema bancario SWIFT (que le da el control a EEUU de todas las transacciones financieras), del FMI y del Banco Mundial (arrinconados por la creación de organismo homólogos por parte de los países BRICS); la creciente irrelevancia del G7 (claramente sustituido por el G20); o las tensiones migratorias que van a sufrir las envejecidas Europa -desde África- y EEUU -desde América Latina- que, por las presiones política, van a querer solventar vulnerando los derechos humanos de los migrantes. De la misma manera, tanto la entonces responsable del Comando Sur de los EEUU, Laura Richardson, como Musk con el litio o Trump con el petróleo venezolano, han dejado claro que los recursos naturales son necesarios para el modo de vida norteamericano y, por tanto, enajenables a través del simple despojo. Si esto ha sido evidente en la invasión de Irak o de Libia y en el acoso a Venezuela, podemos imaginar que se incrementaría en el caso de una crisis que afectara al agua. 

Cuanto peor no es mejor 
La solución a estos cambios puede ser revolucionaria, es decir, si se rompe la hegemonía de siglos de Occidente. Pero es difícil creer que los que pierdan privilegios no fuercen, usando su fuerza militar, para mantenerlos. Todo esto confluye con el aumento de las desigualdades dentro de los países y en el mundo. La globalización ha golpeado a los sectores populares de occidente (no así en China) y el presumible repliegue proteccionista norteamericano va a dejar más abandonados a los países retrasados. Propuestas como las de EEUU de aplicar la IA al Estado norteamericano van a ir, de la mano de Elon Musk, en la dirección neoliberal de construir un Estado al servicio de las empresas, no a favor de la ciudadanía pobre (a la que Trump quería impedir incluso que votaran). La ausencia de sindicatos fuertes y el abandono por parte del Partido Demócrata de la clase obrera no parece que prometan grandes avances para los trabajadores. Y algo similar puede enunciarse para Europa, donde una parte de los sectores populares están yéndose a la extrema derecha. Por eso, la salida aquí sólo puede ser también revolucionaria. También aquí se hace evidente la elección entre "socialismo o barbarie". 

Todo esto nos lleva a la crisis de confianza en una democracia que está muy lejos de merecer ese nombre. Por un lado, porque, como venimos diciendo, lo que realmente tenemos son gobiernos representativos, donde la Constitución, que es la encargada de garantizar la armonía del conjunto ha renunciado a ese objetivo. Muy lejos de juzgar para reducir las desigualdades, el poder  judicial es un brazo del privilegio antes que una herramienta de la igualdad y la libertad de todos y cada uno de los ciudadanos y ciudadanas. Incluso, con el lawfare, con la guerra judicial, se ha convertido en muchos países en un partido judicial que trabaja para la derecha sin presentarse a las elecciones. Y por otro, porque la idea liberal de pretender que de la confrontación entre partidos que representan intereses diferentes va a conseguir el interés colectivo es ciencia ficción. Tenía sentido en el marco de la teoría liberal, cuando sólo eran ciudadanos los burgueses propietarios, de manera que el Parlamento era una suerte de abogado matrimonial que solventaba los conflictos particulares de la burguesía para garantizar sus intereses conjuntos. También se acercó cuando, después de la Segunda Guerra Mundial, sindicatos y partidos de izquierda doblaron el brazo al capital tras la derrota de una derecha que se había hecho fascista y que dejó  un saldo de más de 50 millones de cadáveres. Pero el modelo neoliberal desplegado con la crisis del keynesianismo tras la crisis de 1973 tuvo como principal logro ideológico un sentido común que ganó para su casa, por un lado, a la socialdemocracia con la tercera vía, y por otro, al mundo del trabajo con la promesa aspiracional del consumo y el cuestionamiento de lo colectivo y público. Basta un ejemplo: ¿alguien piensa sinceramente que de la confrontación entre el Partido Demócrata y el Partido Republicano -fagocitado además por el millonario Donald Trump- va a salir el interés conjunto de los y las norteamericanas?  

Trump es el primer presidente condenado de los EEUU. Ser un ladrón, un mentiroso y consumidor de prostitución no es un problema para alcanzar la más alta magistratura en las democracias occidentales (en España, el líder de la oposición veraneaba con un narcotraficante y su potencial sustituta dejó morir a 7291 ancianos en residencias al tiempo que ayudaba a que sus familiares y pareja se enriquecieran). Es imposible que la izquierda gane unas elecciones en los EEUU, igual que en tantos otros. Y cuando se gana, gobernar es un deporte de alto riesgo, cuando no una actividad prohibida. Con las armas melladas de lo existente es imposible transformar nuestras sociedades para lograr, ya no profundizar la democracia sino simplemente mantener sus condiciones mínimas. Sin una repuesta revolucionaria -no violenta, sino radical en su petición transformadora- la democracia se muere, bien en manos de la extrema derecha, bien derivando en formas autoritarias que vacíen la formalidad democrática liberal en nombre de la búsqueda de la igualdad material (modelo chino, por ejemplo, que tiene un enorme apoyo popular en el país). 

La revolución será democrática o no será 
Sin politizar la sociedad no hay solución. Y sin hacerlo con radicalidad, le ocurre como al ecologismo sin política, que se convierte en jardinería. Cualquier "-ismo" sin política transformadora es maquillaje que tiende a desactivar la potencia transformadora de las reivindicaciones.

Las revoluciones tienen que ser, por tanto, democráticas, de manera que se eviten los excesos propios de los grandes cambios, que terminan alimentando la contrarrevolución. La revolución viene con el reformismo (lo que Deng Xiaopin llamaba "cruzar el río tanteando las piedras") y con la rebeldía (la horizontalidad libertaria que sostiene la idea de partido-movimiento). Solo siendo revolucionarios, reformistas y rebeldes podemos luchar con la contradicción de disputar el Estado y, al tiempo, heredar invariablemente Estados que llevan inercias enormes de clase, género y raza.

Como en una suerte de tautología, todas las soluciones reales son revolucionarias precisamente porque pasan por reinventar la democracia de manera participativa. Todas las soluciones reales para la democracia en el siglo XXI son respuestas revolucionarias: el decrecimiento, la paz interna y externa, el fin del patriarcado, la integración de los inmigrantes, el derecho a la vivienda, la renta básica universal, la cooperación tecnológica, la creación de un nuevo orden comunicacional, la conversión en medios públicos -no estatales, sino públicos- de las redes sociales, la democratización de Naciones Unidas, la creación de partidos-movimiento, la participación política directa, el fin de los paraísos fiscales y la tributación progresiva de las empresas, la regulación de las multinacionales y los fondos de inversión, etcétera.  

Por eso, volver a pensar en la revolución es la única forma de conservar la democracia. Es la idea revolucionaria la que puede "prestarle su voz al sufrimiento". Aunque produzca vértigo asumir que estamos trabajando políticamente con herramientas incapaces. Tenemos que ser reformistas, rebeldes y revolucionarios. O la izquierda vuelve a pensarse también como revolucionaria, que es la gran olvidada hoy de las almas de la izquierda, o seguirá siendo una mera gestora de un sistema que condena a la depredación medioambiental, a la guerra, a la ignorancia, la enfermedad y, en suma, a las desigualdades. 

 

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2024-11-24 06:20:01
<![CDATA[Un poco de ciencia, por favor - ¿Cómo funciona un radar? (1)]]> https://blogs.publico.es/ignacio-martil/2024/11/24/como-funciona-un-radar-1/ Ignacio Mártil
Catedrático de Electrónica de la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Real Sociedad Española de Física

¿Cómo funciona un radar? (1)

Imagen tomada en la estación de radar de Douvres-La-Delivrande, Normandía, Francia. Conserva reconstruida lo que era una estación de radar completa de los años de la Segunda Guerra Mundial. En la imagen, la antena de un radar Würzburg Gigante

Recojo aquí un extracto del contenido del Apéndice A de mi libro "El Radar en la historia del siglo XX. Una de las armas decisivas de la Segunda Guerra Mundial".

En los próximos dos artículos voy a describir en términos muy cualitativo cómo funciona un radar moderno. Pare ello y como paso previo, en este primer texto analizo algunas propiedades de las ondas sonoras, que permitirán entender mejor el funcionamiento de un radar.

1. Propagación de ondas sonoras
El principio de funcionamiento del radar se basa en hacer incidir una onda electromagnética sobre un objeto donde se refleja para volver al emisor y, de ahí, deducir una serie de magnitudes del objeto sobre el que incidieron. Eso es muy similar a lo que ocurre cuando una onda sonora incide y se refleja en un objeto; dado que estas últimas nos resultan más familiares, voy a comenzar por describir qué sucede y cómo se comportan estas ondas.

Si se emite un sonido en dirección a un objeto que lo refleja, como por ejemplo las paredes de un cañón rocoso o una cueva, es posible escuchar el eco, es decir, el retorno al emisor de la onda sonora. Además, conociendo la velocidad del sonido en el aire y el tiempo que tardamos en escuchar el eco, se puede calcular la distancia a la que se encuentra el objeto, mediante una sencilla relación que liga esas magnitudes:                                                      ¿Cómo funciona un radar? (1)

Donde:

vs: Velocidad del sonido (340 m/s).

t: tiempo transcurrido entre la emisión de la onda y la llegada del eco.

R: distancia entre la fuente emisora y el objeto. En inglés a esta magnitud se la denomina rango. A lo largo del texto, he utilizado indistintamente rango, distancia o alcance para nombrar a este parámetro.

El factor 2 del denominador se debe a que el sonido recorre la distancia de la fuente al objeto dos veces, ida y vuelta. La figura lo ilustra.

¿Cómo funciona un radar? (1)

Transmisión y reflexión de una onda sonora tras impactar y reflejarse en un objeto. En esencia, describe el principio de funcionamiento de un radar

 

2. Efecto Doppler
Otro efecto del comportamiento de las ondas sonoras con el que estamos familiarizados –aunque no sepamos ponerle nombre científico– es el denominado efecto Doppler, que debe su nombre al físico austríaco Christian Andreas Doppler. Este efecto ocurre cuando una onda sonora es reflejada en o generada por un objeto en movimiento. Su fundamento se explica recurriendo a un ejemplo familiar, observando el cambio en el tono del sonido de la sirena de una ambulancia cuando esta se acerca o aleja de un observador: cuando se acerca, el tono se hace más agudo; cuando se aleja, más grave. Ese cambio en el tono se debe a un cambio en la frecuencia con la que el observador escucha el tono de la onda sonora en ambos casos, como ilustra la figura.

¿Cómo funciona un radar? (1)

Ilustración del efecto Doppler: la persona situada enfrente de la ambulancia (a la derecha) escucha un sonido de la sirena agudo, ya que se está acercando a él. La persona situada detrás de la ambulancia (a la izquierda) lo escucha más grave, al estarse alejando

 

Combinando la medida del tiempo que tarda en llegar el eco y el cambio en la frecuencia debido al efecto Doppler, es posible determinar tanto la distancia a la que se encuentra el objeto que refleja las ondas como su velocidad y si se acerca o aleja de nosotros. En efecto, supongamos que emitimos una onda sonora hacia un vehículo que se acerca o aleja de nosotros; parte de esta se reflejará en el vehículo, de manera que, midiendo el tiempo de retardo según la ecuación (1), determinamos la distancia del vehículo. Además, si el vehículo se acerca, las ondas reflejadas volverán "comprimidas" y su frecuencia será más alta que en el viaje de ida; si se aleja, las ondas volverán "expandidas" y su frecuencia será más baja que a la ida. Este cambio de frecuencia se utiliza para calcular la velocidad del objeto en movimiento. Este cambio de frecuencia se denomina en ocasiones "desplazamiento Doppler".

En los radares modernos, el efecto Doppler se utiliza para determinar la velocidad de un objeto en vuelo acercándose o alejándose del radar, al obtener de manera precisa la diferencia de frecuencia entre las ondas emitida por el radar y la recibida proveniente del objeto iluminado. Obviamente, esto solo es posible cuando el objeto iluminado se acerca o aleja del radar en la dirección perpendicular al plano de la antena emisora. Es un equipo más completo que el radar tradicional, ya que no solo mide distancia, altura y trayectoria del objeto, sino también su velocidad.

En el próximo artículo, entraré de lleno en las peculiaridades del funcionamiento de un radar moderno.

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2024-11-24 06:00:56
<![CDATA[Pato confinado - Receta de estofado de merluza]]> https://blogs.publico.es/recetas-caseras-nutricion-saludable/2024/11/23/receta-de-estofado-de-merluza/
Estofado de merluza
Estofado de merluza.
Aunque, cuando pensamos en estofado o guiso, nos viene a la cabeza la carne, ya sea de ternera, cordero o pollo, el pescado puede ser igualmente un buen aliado en este tipo de platos, especialmente si hablamos de la merluza, el rape y el bacalao (todos ellos carnosos y jugosos).

Más allá de la merluza en salsa verde o de una caldereta, hay recetas que están igualmente deliciosas y para mojar pan. Un estofado de merluza, con patatas y zanahorias, es, sin duda, uno de esos platos monumentales que servir en domingo.

Si quieres que salga redondo, necesitarás un caldo de pescado o fumet. Puedes hacer uno simple cociendo una cabeza de merluza con hortalizas, por ejemplo. Recuerda 'chascar' las patatas para que se suelten su almidón y espesen así un poco el guiso. Cuando las cortes con el cuchillo, arranca la parte final con la mano o de un golpe para que quede irregular.

Estofado de merluza

Ingredientes (para 4 personas):
  • 4 filetes de merluza (fresca o congelada)
  • 3 patatas medianas
  • 2 zanahorias
  • 1 cebolla
  • 2 dientes de ajo
  • 1 pimiento verde
  • 2 tomates maduros (o 200 ml de tomate triturado)
  • 500 ml de caldo de pescado
  • 1 hoja de laurel
  • 1 cucharadita de pimentón dulce o picante
  • Unas hebras de azafrán
  • Sal y pimienta al gusto
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Perejil fresco picado (opcional)

Prepara las verduras:

  1. Pela las patatas y córtalas en rodajas gruesas o en trozos chascados (rompiendo los últimos cortes para que suelten almidón y espesen el caldo).
  2. Pela las zanahorias y córtalas en rodajas finas.
  3. Pica finamente la cebolla, el ajo y el pimiento verde.

Haz el sofrito:

  1. Enharina los trozos de merluza y sofríelos en la cazuela grande con un buen chorro de aceite. Agrega pimienta y sal. Retira y reserva en cuanto el pescado cambie de color.
  2. En la misma cazuela añade la cebolla, el ajo y el pimiento verde, y sofríe a fuego medio hasta que estén tiernos (unos 5-7 minutos).
  3. Espolvorea el pimentón.
  4. Incorpora el tomate rallado o triturado y cocina durante 5 minutos más, removiendo de vez en cuando.

Añade las patatas y las zanahorias:

  1. Agrega las patatas, las zanahorias y el azafrán a la cazuela. Remueve bien para que se impregnen de los sabores del sofrito.
  2. Vierte el caldo de pescado caliente en la cazuela hasta cubrir las patatas y las zanahorias. Añade la hoja de laurel.
  3. Deja cocinar a fuego medio durante unos 20-25 minutos, o hasta que las patatas y las zanahorias estén tiernas y el caldo se haya reducido.
  4. Prueba y ajusta la sal y la pimienta, si es necesario.

Cocina la merluza:

  1. Coloca los filetes de merluza encima de las patatas y las zanahorias.
  2. Cocina a fuego lento durante 5-7 minutos más, dependiendo del grosor del pescado y si está congelado o no. La merluza debe quedar tierna y jugosa.
  3. Retira la cazuela del fuego, espolvorea perejil fresco picado, deja que repose.
  4. Sirve caliente en platos hondos.

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2024-11-23 06:48:05
<![CDATA[Pato confinado - Receta de tortilla de aguacate: un manjar súper saludable]]> https://blogs.publico.es/recetas-caseras-nutricion-saludable/2024/11/23/receta-de-tortilla-de-aguacate-un-manjar-super-saludable/
Tortilla aguacate.
Tortilla aguacate.
Esta receta sirve tanto para un desayuno como para una cena ligera. Es cómoda, muy sencilla de preparar, bastante saciante y saludable. Con un chorrito de aceite de oliva virgen extra y unas rebanadas de pan integral, tendrás más que suficiente en cuanto a propiedades nutricionales sin renunciar al máximo sabor. Además, siempre puedes acompañarla con ensalada o unos tomates cherry salteados en la sartén con un poco de sal y aceite (un verdadero vicio).

Se trata de preparar una tortilla con trozos de aguacate en su interior. Para hacerla aún más sustanciosa, puedes echarle un poco de queso para fundir. Una vez esté lista, otra idea sería añadir hojas de rúcula o incluso trozos de salmón ahumado.

Aunque puede elaborarse de diversas maneras, lo ideal es cuajar la tortilla antes de agregar el aguacate. Luego se cierra como si fuera un crêpe, y así te aseguras de que haya un mayor contraste entre el huevo cocinado y el fruto fresco.

Receta de tortilla de aguacate

Ingredientes  2-4 personas:
  • 4 huevos
  • 1 aguacate maduro (pero firmes)
  • Queso para fundir
  • 1 cebolla pequeña, picada finamente
  • 1 diente de ajo, picado finamente (opcional)
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • Sal y pimienta al gusto
  • Hojas de cilantro o perejil para decorar

Cocina la tortilla:

  1. Pela y corta los aguacates en cubos pequeños. Reserva.
  2. En un bol grande, bate los huevos hasta que estén bien mezclados. Agrega una pizca de sal y pimienta al gusto.
  3. Calienta una sartén antiadherente a fuego medio y añade el aceite de oliva.
  4. Sofríe la cebolla (y el ajo, si lo usas) hasta que esté transparente, aproximadamente 5 minutos.
  5. Vierte los huevos batidos sobre la mezcla de cebolla.
  6. Cocina a fuego medio-bajo, dejando que la tortilla se cuaje lentamente.
  7. Agrega un poco de queso para fundir. Usa una espátula para despegar los bordes mientras se cocina.

Agrega el aguacate:

  1. Cuando los bordes estén firmes y el centro casi cocido, agrega los trozos de aguacate (triturado, o en daditos o rodajas pequeñas) en un lado de la tortilla y ciérrala desde la otra cara con la ayuda de una espátula.
  2. Retira la tortilla del fuego y decora con hojas de cilantro o perejil.

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2024-11-23 06:47:57
<![CDATA[Otras miradas - Mi casa no está en llamas, pero no es mi casa]]> https://blogs.publico.es/otrasmiradas/88867/mi-casa-no-esta-en-llamas-pero-no-es-mi-casa/ Mi casa no está en llamas, pero no es mi casa
Varias personas durante una manifestación por el derecho a la vivienda, en Valencia. Rober Solsona / Europa Press.
Resulta que tengo que irme de mi casa. Esto pasa porque, en realidad, mi casa no es mi casa. Mi casa es la casa de otra persona. Esa persona ha decidido que tengo que irme de casa. Es un tipo majo, que siempre me ha tratado bien, que no abusa, que es el dueño de mi casa y, ahora, ha decidido que tengo que marcharme.

Buscar piso en Bilbao es prácticamente imposible –como en tantas ciudades– porque muchas casas no son de las personas que viven en ellas sino de otras personas que tienen otras casas en las que viven ellas. De esa odisea, de la rabia de alquiler, ya habló aquí Enrique Aparicio. En muchos casos, además, cambiarse de casa significa desarraigarse, tener que empezar una nueva vida en un nuevo barrio, volver a tener que buscar una farmacia y una frutería de confianza, modificar las rutas del día a día, dejar de ver a la gente con la que te cruzas al salir del portal. Es una mierda, la verdad.

Estos días he estado leyendo Miss Major toma la palabra. Vida y legado de una revolucionaria trans negra, un libro en el que Toshio Meronek dialoga con la activista estadounidense Miss Major. Dice que no ha llegado a ser octogenaria por ser "dulce y comedida" sino porque es "un cactus". Ella, que lo ha vivido prácticamente todo, habla de la "piromanía inmobiliaria". No es una metáfora, es la descripción de un fenómeno. Cuenta cómo muchos propietarios de viviendas en New York decidieron dejar arder sus casas para evitar tener que hacer frente a las leyes de control de alquiler. Esos procesos de expulsión a los que se ha llamado gentrificación afectan especialmente a la gente que más precaria, al lumpen, a quienes viven en casas que no son suyas.

En el libro cuenta cómo "distintas partes de la ciudad se fueron volviendo irreconocibles": "El efecto combinado y superpuesto de la política local, las fuerzas del orden, los magnates inmobiliarios y los banqueros de Wall Street" despojaron la ciudad de sus "puntos de referencia queer": "La renovación urbana, como la llamaba la clase gentrificadora, se llevó por delante puntos emblemáticos de cruising como los cines para dueltos de Times Square y los muelles de Chelsea, donde la activista Sylvia Riviera pasó sus últimos años viviendo en la calle".

En Bilbao está pasando algo similar. Hace unos meses, desde AZET Etxebizitza Sindikatua, denunciaban el aumento de los pisos turísticos de la ciudad okupando uno de ellos. El objetivo de la "acción simbólica" era "señalar, en general, a la industria del turismo y, en particular, a todos esos buitres capitalistas (bancos, fondos de inversión, agencias turísticas y especuladores privados) que se lucran a costa de nuestra desposesión". Según los datos de este sindicato, el número de pisos turísticos en Bilbao ha aumentado más de un 35% en los últimos años. La clase trabajadora, cada vez más endeuda, asiste en directo a la desaparición de sus barrios y, con ellos, de su propia idiosincrasia. "La gentrificación es un sistema que nos arrebata la memoria", dice Sarah Schulman.

En 2013 publicó The Gentrification of the Mind [La gentrificación de la mente], un ensayo en el que aborda cómo la crisis del sida modificó completamente la zona de Lower East Side. El escrito Pol Guasch recoge que se trató de una "excusa que sirvió para mutilar un barrio vibrante, vivísimo, plural, lleno de cultura queer emergente, en un palmo de suelo triste, conservador, consumista y de masas". Seguro que muchas de las personas que fueron expulsadas entonces de Lower East Side llegarían a la zona buscando un espacio de seguridad y libertad. Algunos barrios, generalmente céntricos, han acogido históricamente a personas queer que llegaban a las grandes ciudades expulsadas de sus territorios de origen. Este proceso de expulsión, que se ha llamado sexilio, no es el único al que se enfrentan todas esas personas que no tienen casa. La urbanista Malembe Dumont Copero denuncia que en el diseño de las ciudades se ven reflejadas "estructuras y mecanismos sistémicos de opresión como el patriarcado y el racismo". Esto tampoco es una metáfora, ni una coincidencia: "Aquellos que han estado en el poder para tomar decisiones políticas, legislativas y de diseño de ciudades, históricamente y hasta la actualidad, son quienes están en situación de privilegio, en general, los hombres blancos".

En Bilbao no arden casas, que yo sepa, pero la "piromanía inmobiliaria" de la que habla Miss Major sí que toma aquí forma de metáfora. Arden ante nosotras las posibilidades de seguir habitando los barrios en los que nos sentimos seguras, en los que han estado históricamente eso que hemos llamado "bares de ambiente"; arde ante nosotras el futuro mientras seguimos aumentando con ansiedad el número de visitas a Idealista. Arden alrededor todos nuestros recuerdos que, ahora, buscan dónde instalarse mientras tratamos de convencer a algún propietario de que somos merecedoras de, al menos, poder hacer una visita al piso, mientras exponemos nuestras cuentas y tratamos de mantenernos firmes y seguras delante del comercial de la inmobiliaria: "Sí, sí, podré pagar sin problema", decimos. Arden las posibilidades mientras tratamos de convencernos de que sí, de que merecemos tener dónde vivir y, mientras, nadie hace nada. No hay en esta ciudad, ni en ninguna otra, bomberos ni bomberas suficientes para apagar tantos incendios.

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2024-11-23 06:40:23
<![CDATA[Otras miradas - Un 'Retrato de Ciudad' dentro del dónut]]> https://blogs.publico.es/otrasmiradas/88816/un-retrato-de-ciudad-dentro-del-donut/ Un 'Retrato de Ciudad' dentro del dónut
Ámsterdam, imagen de X
Ámsterdam se convirtió en la primera ciudad en publicar su Retrato de la Ciudad, en abril de 2020, y lo adoptó como una visión de futuro para la ciudad. Portland o Filadelfia también han creado ya los suyos. Esta herramienta, que surge de una colaboración entre el DEAL (Doughnut Economics Action Lab) y Biomimicry 3.86, ha podido ser aplicada en las tres ciudades a través de un programa piloto de la TCI (Thriving Cities Initiative). Su puesta en práctica parte de una pregunta: ¿cómo hacer que nuestra ciudad sea un hogar en el que prosperen todas las personas, respetando el bienestar de todas ellas y la salud del planeta?

El Retrato de Ciudad Próspera se propone reconocer tanto lo que hace que un lugar sea único como su influencia y responsabilidad global. Para ello, persigue el objetivo de aplicar, con una reducción de escala, la economía del dónut a una ciudad concreta. Acababa de publicarse el libro Economía rosquilla que ponía sobre la mesa las repercusiones sociales y medioambientales de la economía y de cómo tenerlas en consideración en su totalidad. Con forma de rosquilla, la economista Kate Raworth representa el espacio ecológicamente seguro y socialmente justo en el que la humanidad puede prosperar. En este diseño, el dónut está enmarcado en su interior por una base social basada en las prioridades sociales que establecen los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, y definen el nivel de vida mínimo al que todo ser humano tiene derecho. Por otro lado, en la parte exterior se sitúa el techo ecológico que comprende los nueve límites planetarios, procesos críticos para mantener la estabilidad de la Tierra y que no deberían exceder ciertos umbrales. Mantener a la humanidad dentro del dónut implica satisfacer las necesidades básicas de todas las personas dentro de los límites del planeta. La economía del dónut, además, tiene un enfoque sistémico (de forma que los diferentes elementos están interconectados entre sí), y se orienta a generar diseños regenerativos (que implica desarrollar prácticas económicas que no solo sean sostenibles, sino que también restauren los ecosistemas dañados), abogando por indicadores económicos, más allá del PIB, que reflejen el bienestar humano y la salud del planeta. En este marco conceptual nace la propuesta del Retrato de Ciudad, para el que la prosperidad urbana se mide con indicadores basados en el cuidado tanto de las personas (ODS) como del hábitat natural en el que se inscriben (desempeño ecológico).

La aplicación práctica de esta metodología ofrece como resultado una instantánea del desempeño de la ciudad a través de cuatro "lentes" que surgen de la combinación de dos dominios (social y ecológico) y dos escalas (local y global). Y está basada en cinco criterios: los resultados deben ser relevantes a nivel local; deben permitir comparar los desempeños deseados con los actuales; ofrecer una oportunidad para rastrear el progreso y diseñar políticas; mostrar una instantánea del conjunto que permita debatir cuestiones complejas; y diseñar con perspectiva de largo plazo. En el caso de la ciudad de Ámsterdam, bajo las cuatro lentes se han realizado diagnósticos y trazado objetivos, que van desde experimentar con paredes verdes para absorber los contaminantes en puntos calientes como intersecciones de carreteras; crear sustratos de ostras para apoyar una barrera de arrecifes y reforzar la protección contra la erosión; hasta la reducción del 50% en el uso de materia prima bruta para el 2030, y apuntar a ser una economía completamente circular para 2050. Otras ciudades, como Copenhague, Bruselas o Barcelona, también están explorando cómo pueden aplicar los principios de la economía del dónut para enfrentar desafíos locales.

Esta metodología abre la posibilidad, además, de pasar del retrato al selfie. El Retrato de Ciudad se basa en la utilización de datos e informes disponibles públicamente, produciendo esencialmente un retrato público de la misma. Pero, si se incluyen todas las iniciativas que están ayudando a llevar la ciudad al dónut y haciéndola prosperar, se crearía el "Selfie de Ciudad". Una representación que, además, sumaría los desafíos, las organizaciones involucradas, o las políticas y prácticas transformadoras que hay en curso.

Actualmente, se prevé que más de 600 millones de personas en todo el mundo se enfrenten al hambre en y seis de los nueve límites planetarios han sido rebasados por la actividad humana. Si en el año 2009 eran tres los límites superados (la integridad de la biósfera, el cambio climático y los flujos biogeoquímicos), en 2015 se añade el límite de los cambios en el uso del suelo, y en 2023 se superaron dos más: el cambio del agua dulce y la incorporación de nuevas entidades. Lograr mantener a la humanidad en un espacio justo y seguro exige medidas multiescalares urgentes, especialmente en las ciudades que, en la actualidad, son responsables de entre el 60 % y el 80 % del consumo energético y del 75 % de las emisiones de carbono. En ellas habita el 54% de la población mundial actual y se prevé que para 2050 sea el 66%. El IPCC tiene previsto publicar un Informe especial sobre Cambio Climático y Ciudades en 2027 ya que, como afirma la Guía para crear Retratos de Ciudad, "las ciudades tienen un papel singular y una oportunidad única para dar forma a las posibilidades que tiene la humanidad en este siglo de prosperar en equilibrio con el resto del planeta vivo". Esta herramienta se ofrece como punto de partida para explorar las dinámicas socioeconómicas y ecológicas de nuestros actuales entornos urbanos, y diseñar soluciones creativas y flexibles, ajustadas a las características de cada territorio.

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2024-11-23 06:30:46
<![CDATA[Otras miradas - La Boda Roja y la Reforma Fiscal]]> https://blogs.publico.es/otrasmiradas/88855/la-boda-roja-y-la-reforma-fiscal/ La Boda Roja y la Reforma Fiscal
La vicepresidenta primera y ministra de hacienda, María Jesús Montero, atiende a los medios durante una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados. Eduardo Parra / Europa Press.
La Boda Roja es un acontecimiento traumático que marca para muchos el momento más importante a nivel dramático de la saga Canción de Hielo y Fuego, o en su versión televisiva, "Juego de Tronos".  Sucede en el tercer libro de la serie, Tormenta de Espadas, y supone la culminación de la venganza de la familia Frey, aliada con los malvados Lannister, contra los protagonistas de la saga, los Stark. Ya sé que en Juego de Tronos las cosas son siempre un poco más complejas que "los buenos y los malos", pero simplifico para entendernos.

Los Frey son una familia de poco poder que, sin embargo, controla un territorio clave en el desarrollo de la guerra entre los Stark y los Lannister. El control de ese territorio es una ventaja estratégica que le confiere a la familia Frey una importancia capital. A pesar de su relativo poco peso en el conjunto de las grandes familias nobles de los Siete Reinos, gracias a ese control estratégico, los Frey han sobrevivido casando a sus hijas con nobles de otras casas. Ese es el acuerdo al que llegan con Robb Stark, líder de la familia Stark. Ellos le permiten el control de esa zona clave para la guerra y él se casa con una de las hijas de Lord Frey. Un acuerdo que Robb incumple casándose con otra mujer. En consecuencia, Walder Frey, líder de la casa, organiza una segunda boda a la que invita a Robb y, una vez allí, le asesina a él, a su madre, a su mujer y a varios miembros más de la familia Stark.

Ya, bueno, pero ... ¿qué tiene que ver todo ésto con los impuestos?

Esta semana se ha aprobado una ambiciosa reforma fiscal en el Congreso de los Diputados con medidas como 15% del IRPF a las grandes multinacionales, subir tres puntos porcentuales la cotización a las rentas de más de 300.000 euros o mantener de forma indefinida el impuesto a la banca. Eso cae del lado del haber, junto a algunas cosas más como cambiar la forma de tributar de los trabajadores intermitentes de la cultura o subir los impuestos a los productos de lujo. En el lado del debe estaría el impuesto a las energéticas, que se aprobó de forma temporal durante la anterior legislatura y no se ha llegado a hacer permanente por la oposición de Junts y el PNV, la tributación de las SOCIMIS, que no ha logrado cambiarse o el impuesto al Diesel, una medida clave para la transición energética y que ha caído con el voto en contra de Podemos y la abstención del BNG.

El resultado final, con todo, es bastante satisfactorio. En algún aspecto, más ambicioso que lo logrado en la anterior legislatura con mayorías más progresistas en la cámara.

Sin embargo, a lo largo de toda esta semana hemos vivido una suerte de "Boda Roja" narrativa. Mientras se desarrollaba una negociación muy compleja en el interior de la mayoría de la investidura, los relatos apocalípticos se iban imponiendo. La reforma fiscal parecía ser una mierda involutiva, un regalo para Junts y el PNV, la prueba de la parálisis y la incapacidad del gobierno PSOE-Sumar, etc, etc.

Todas esas narraciones se han evaporado en el momento en que se han conseguido diversos tipos de acuerdo con las fuerzas de la investidura y entonces el terrible mojón se ha convertido es una cosa fabulosa, gracias siempre al aporte de cada quién. Es legítimo que toda fuerza política quiera vender sus victorias, pero no es posible que la barbarie y la civilización estuvieran tan cerca. No es posible que la nada y el todo estuvieran a una reunión de distancia. Si así era. O no había tanto cielo, o nunca hubo tanto infierno.

Lo que parece señalar esa performatividad siempre hacia afuera es la necesidad de maximizar el peso que cada organización política tiene en el acuerdo, presionar en medio de las negociaciones o justificar hacia propios y extraños posibles desbandadas. Cuando lee Juego de Tronos, todo el mundo olvida convenientemente que, si bien la acción de los Frey es salvaje y desproporcionada, cruel y mezquina, los pactos a los que habían llegado son tan pactos como cualquier otro y romperlos siempre tiene algún coste. La otra cosa que solemos olvidar es que, en general, siempre creemos ser los Stark de nuestra propia historia, y no se nos pasa por la cabeza que quizás, sólo quizás, algunas veces somo los Frey. O los Lannister.

La boda Roja es la expresión máxima de la barbarie incivil, de la guerra en su forma mas descarnada. También es un momento épico y terrible que todo el mundo recuerda. La civilización que nos permite levantarnos cada mañana, la que nos separa de los Trumps, las Ayusos, los Mazones y los Mileis, está fabricada de los materiales opuestos. Materiales muy poco épicos.

La civilización, que no es más que subirle el impuesto a una multinacional para pagar la educación pública o la sanidad, se fabrica con acuerdos siempre menos ambiciosos de lo que nos gustaría, siempre imperfectos, dependientes de mayorías cambiantes y con intereses cruzados.

Son acuerdos y propuestas siempre parciales, incompletas y frágiles, pero es la vez son lo único que nos separa del horror de la guerra, del fin de las mediaciones, de "el mundo es cómo es por mis cojones". La civilización está fabricada de reuniones infinitas que nunca están a la altura de lo que soñábamos antes de entrar en ellas.

Y hay un momento dónde lo fácil es perder la perspectiva. Dónde lo sencillo es que los vetos cruzados, la falta de paciencia, el regarte corto, las ganas de épica o el quedar bien con la película que te has montado que cree tu parroquia, sea la que sea, puede hacer que esa frágil civilización se vuelva una boda de sangre.

Pero mientras en España se gobierna para subir los impuestos a los ricos, una forma de gobierno que empieza a ser indistinguible del fascismo espera a tomar posesión del gobierno de los Estados Unidos, el gobierno Alemán se resquebraja y la extrema derecha asoma la pata tanto allí como en Francia, donde ya sostuvo la investidura del candidato de Macron y la Unión Europea ya tiene a la extrema derecha en sus estructuras de gobierno.

Quizás si estamos a un paso pequeño entre el cielo del infierno. Por eso, cómo decía Italo Calvino, nos toca proteger aquello que en el infierno no es infierno y darle tiempo y espacio. Aunque sea frágil y un poco más aburrido.

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2024-11-23 06:20:06
<![CDATA[Dominio Público - Democracia imposible]]> https://blogs.publico.es/dominiopublico/65953/democracia-imposible/ Democracia imposible
Figura de cartón de Donald Trump en Pittsburgh. Imagen de archivo. - Europa Press
En una entrevista de 2002 en el programa de televisión Speaking Freely, la escritora y activista bell hooks denunció recortes en la libertad de expresión. Tras el execrable ataque yihadista a las Torres Gemelas de Nueva York, el discurso público comenzó a estar sujeto a mayores controles y limitaciones. El miedo al discurso libre y la censura se intensificaron después del 11-S. A partir de ese momento, un impulso autoritario fue abriéndose paso. Y avanzó, precisamente, a través de las guerras culturales, librando con determinación una pelea que terminó dando la vuelta al debate histórico sobre la libertad de expresión.

La historia del silencio es la de los oprimidos y, sin embargo, las cultural wars exportadas de EEUU por los mismos que denuncian que lo woke es una doctrina endeble y extranjerizante, un "virus" que es preciso abatir, han logrado dar por buena la idea de que ahora quienes carecen de libertad de expresión son quienes controlan los canales de comunicación, las webs, los programas de televisión o las plataformas y las redes sociales. Desde Pablo Motos a Elon Musk, pasando por Iker Jiménez o, por supuesto, Donald Trump.

Lo woke, en el imaginario de la derecha radical, vendría a ser algo así como la corrección política 3.0, lo que encierra una interesante paradoja histórica puesto que la corrección política, que se acuñó en la década de los noventa, fue un instrumento de los conservadores para, precisamente, acallar las opiniones disidentes y radicales. En efecto, la corrección política había consistido entrado el nuevo milenio en una especie de consenso auspiciado por las elites conservadoras en virtud del cual ellas ocultaban, por ejemplo, el racismo, la incompatibilidad de la democracia con las desigualdades económicas o el machismo y, a cambio, hacían ver que se adherían a discursos liberales en favor del progreso y la democracia. Antes de 2001, la corrección política no fue otra cosa que un límite consentido y formal a la verdad, entendida esta como el resultado de conjugar información y conocimiento, relatos y contexto, hechos y perspectiva crítica sobre los mismos. Entendida, en suma, como una pretensión necesaria en democracia en favor de la denuncia y el mejoramiento de las vidas de las mayorías sociales.

Precisamente, lo que en la mencionada entrevista bell hooks vino a plantear es que en un país en el que no se pone en valor la verdad porque decirla o si quiera señalarla resulta doloroso y conflictivo, es natural que la libertad de expresión sufra restricciones. Señalar las contradicciones de un mundo que se dice liberal y progresista pero que convive sin demasiados problemas con desigualdades de clase, raciales y de género o es indiferente a las necesidades del Sur global con cuyos Estados y territorios se relaciona únicamente en clave de explotación, dejó de ser legítimo desde el momento en que la lucha contra el yihadismo se formuló como un imperativo moral y una gesta civilizatoria. Cualquier señalamiento a las mencionadas contradicciones se interpretaba como un ataque a los valores occidentales; los mismos a los que Israel apela, por cierto, para defender su acción genocida en Gaza.

Y, sin embargo, impedir que se escuchen voces disidentes, voces críticas que cuestionan el poder, es precisamente el auténtico límite a la libertad de expresión que venimos padeciendo y que se ha exacerbado en los últimos tiempos. De un lado, la expresión de pensamientos críticos se desprecia y, por supuesto y, en consecuencia, se ha extendido la aversión a la complejidad, al matiz, a la duda, a la provisionalidad de las ideas y a la necesidad de afrontar el pensamiento como un hecho social; como algo sujeto al conocimiento y a un debate cuyos procesos y resultados buscan siempre rendir cuentas ante la verdad. Últimamente la verdad no goza de ningún prestigio porque la verdad requiere la validación de mayorías y vivimos tiempos de fracturación de públicos y de fragmentación de mensajes. Lo llaman polarización cuando quieren cubrir con una capa de seriedad lo que no es si no medición de audiencias.

Así como la paradoja de principios de siglo consistía en vivir en sociedades abiertas en el sentido de llenas de posibilidades y de potencia transformadora que, sin embargo, limitaban estas posibilidades a través de un silencio creciente en torno a sus propias contradicciones, la paradoja actual consiste en la negación de la pretensión de verdad en nombre de la libertad.

Nuestros problemas hoy, en lo que respecta a la libertad de expresión, no tienen que ver con la gestión de las contradicciones de las sociedades liberales y democráticas, sino con la imposición de una lógica que determina que la mentira está amparada por la libertad de expresión. Hemos dejado atrás lustros de sutiles contradicciones para instalarnos, sin paliativos, en la negación de la verdad científica, informativa y de cualquier forma organizada de conocimiento. La democracia, así, es imposible.

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2024-11-23 06:10:38
<![CDATA[Otras miradas - La importancia de la anemoia ]]> https://blogs.publico.es/otrasmiradas/88797/la-importancia-de-la-anemoia/
La importancia de la anemoia 
Varias personas durante una manifestación contra la investidura de Pedro Sánchez. Juan Barbosa / Europa Press.
Tendemos a aferrarnos a recuerdos del pasado. Es tranquilizador en un mundo donde parece que cada vez que lees las noticias hay un nuevo trágico acontecimiento. La nostalgia hace que nos centremos en los aspectos bonitos y agradables del pasado, restando importancia a los eventos que le pueden quitar brillo al recuerdo. Pero cuando hablamos de nostalgia es importante tener en cuenta el concepto de la anemoia, un término relativamente moderno que significa la nostalgia por un tiempo o lugar que uno nunca ha vivido ni conocerá.

Numerosos partidos y candidatos electorales populistas, en la última década han utilizado y siguen utilizando la nostalgia de recuerdos compartidos como herramienta en sus campañas para sumar votos. Partidos como Vox en España, la Agrupación Nacional en Francia o presidentes como Donald Trump en los EEUU y Viktor Orban en Hungría son claros ejemplos de esto. Los votos que consiguen estos partidos provienen muchas veces de personas que se sienten olvidadas y dejadas de lado por los partidos políticos tradicionales y buscan una vuelta a un pasado donde recuerdan estar más seguros y escuchados.

¿Pero, realmente existe este pasado tal como se recuerda? Me atrevo a decir que no. Un ejemplo claro de esto lo tenemos en España, con gente y partidos políticos anhelando la época franquista, olvidando que la dictadura nos convirtió en un país pobre tanto cultural y socialmente como también económicamente sin hablar de la cantidad de derechos humanos que se violaron durante ese periodo oscuro de nuestra Historia.

Y es aquí donde nos encontramos con la anemoia, que crea un pasado cuya imagen es borrosa en sus mejores instantes y totalmente fabricada por las circunstancias del presente en sus peores momentos. La anemoia es un aspecto común de pasados colectivos, ya que la Historia siempre está y estará sujeta a diferentes narrativas dependiendo de quien la cuenta. En términos sencillos, la anemoia se da de manera natural después de años, décadas e incluso siglos del teléfono escacharrado entre miles de personas, lo cual ha servido para impulsar ciertos enfoques. La encontramos hasta en el refranero "cualquier tiempo pasado fue mejor".

Pero estas narrativas son peligrosas, porque nos gusta acordarnos de lo bueno y olvidarnos de lo malo y eso puede hacer que la gente se niegue a aceptar cambios en la sociedad aferrándose a ese pasado inexistente tan querido. Y es por eso que, cuando hablamos de la anemoia, siempre lo hacemos relacionándolo con un pasado recordado mucho mejor que el presente. Utilizando de ejemplo varias instantes de la historia humana desde las antiguas civilizaciones egipcias y griegas hasta las diferentes revoluciones industriales y tecnológicas, podemos presenciar como todos los "buenos" momentos en la Historia de nuestra especie transcurrieron mientras que las poblaciones sufrían grandes problemas sociales, sanitarios y climáticos.

No nos hace falta ni ir tan lejos para comprobar que nos olvidamos con facilidad de lo malo. Ahora con las navidades a la vuelta de la esquina nos ilusionamos por volver a ver la familia, darnos un descanso y ganar unos cuantos kilos que después serán imposibles de quitar, olvidando el frío que ninguna chaqueta o anorak consigue frenar, el jaleo y descontrol de los aeropuertos y estaciones de bus y de tren o el buen boquete en la cartera que tendremos después de comprar regalos, turrones y vino suficiente para tumbar un toro. El pasado no está repleto solo de momentos dulces y agradables, eso sería imposible. Porque todo lo bueno es porque malo era antes y viceversa y si nos escondemos de esa realidad nunca nos podremos superar y evolucionar todos juntos.

Por eso no podemos atarnos a la seguridad que nos da el pasado que recordamos y tenemos que superar el miedo al cambio. Aferrarnos al pasado y no tirar para adelante y evolucionar como sociedad es un oxímoron. Toda gran civilización ha empezado con grandes cambios que seguro que inicialmente aterrorizaban a la gente. No afrontar el miedo que nos dan esos cambios sería un flaco favor a las épocas que la gente "recuerda" con tanto cariño.

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2024-11-22 06:50:53
<![CDATA[Otras miradas - La frustración por no entender lo que pasa]]> https://blogs.publico.es/otrasmiradas/88761/la-frustracion-por-no-entender-lo-que-pasa/ La frustración por no entender lo que pasa
El candidato presidencial republicano estadounidense y partidarios del expresidente Donald Trump se manifiestan frente al Centro de Convenciones de Palm Beach. Dave Decker/ Europa Press.
A mí no me sirve el argumento de que son, exclusivamente, la desinformación y el bulo los que ganan. Ni me vale que sea la manipulación de la gente, a través de las redes sociales, la única responsable de este disparate, este delirio, en el que vivimos. Que programas de radio y televisión, influencers, canales de YouTube y demás medios de comunicación – algunos con presentadores muy formales y encorbatados, otros haciéndose los graciosos –, estén liderados por negacionistas y conspiranoicos de la sinrazón, analfabetos y charlatanes, vertiendo mentiras y estupideces a tu cara, parezca suficiente causa para provocar el derrumbe de nuestra sociedad y de nuestra civilización.  Demasiado sencillo para problema tan complejo. 

 Algo mucho más profundo debe de haber ahí. Algo más sistémico y estructural debe de estar larvándose en las entrañas de  nuestro planeta, y en el fondo de nuestros corazones y nuestros cerebros, que no acabamos de comprender.  El hombre es el animal más raro, enrevesado y retorcido de la naturaleza, pero ¿tanto? Pues atribuir a esas herramientas de la desinformación y la manipulación, que son un medio pero no un fin, toda la culpa, es una simplificación excesivamente cándida. Es como si, estando enfermo de un cáncer terminal, cargaras la responsabilidad sobre la locutora de radio que te habla desde la mesilla de la habitación del hospital. Y nuestra sociedad, éticamente, es una enferma terminal. 

 ¿Qué es lo que está ocurriendo? ¿Cuál es su objetivo final? ¿Qué quieren hacer de nosotros? ¿A dónde quieren llevarnos? Yo no lo sé. Por más horas y horas que me devane los sesos pensando, leyendo, informándome... no consigo adivinarlo. Por eso me genera tanta angustia. Una ansiedad que me lleva a la desafección total. A la tristeza y a la apatía, a la desmovilización, que ya es una victoria para ellos: mi inacción y mi abatimiento. A apagar todos esos aparatos con sus voces, a taparme los ojos y los oídos. A reconocer la decepcionante derrota tras toda una vida persiguiendo la utopía, como bien dice mi admirado Pepe Mújica: "Yo me dediqué a cambiar el mundo y no cambié un carajo". Obligados a dar un paso atrás como último medio de supervivencia. A dejar de pensar, antes de que te estalle la cabeza vencido por la impotencia y la frustración de no saber lo que está pasando, ni qué hacer ya. ¿Acaso tú lo sabes? 

Trump promete a gritos que hará la mayor deportación de inmigrantes – es el nuevo mantra de los políticos del s. XXI: odio y expulsión –, de la historia  de USA, aunque sea  un país de inmigrantes, ya que a los indios los exterminaron, y tú que eres latino, un espalda mojada igual que tus hermanos que esperan al otro lado del muro de la frontera, ¿le votas? Tu razonamiento debe ser: yo conseguí llegar, los que vengan detrás, aunque sean mis paisanos y parientes... anda y que se jodan. A pesar de que hayan dicho en un mitin que tu Puerto Rico natal es una "isla de basura flotante", vas y ¿le votas?  ¿Llamándote escoria? Incluso acusándote de que te comes los perros y los gatos, de que devoras sus mascotas ¿le votas? 

Procesado por defraudar a Hacienda, por llevarse los papeles clasificados de la Casa Blanca, por fraude, falsificación, espionaje, conspiración...  y declarado culpable de 34 delitos graves ¿te parece una broma? ¡Por favor, explícamelo para que lo comprenda! ¿Tan baja, tan hedionda, es tu catadura moral, que para echar fuera, a través del voto secreto, tu infierno interior, tus odios viscerales, eres capaz de elegir a un delincuente, jugándote el futuro de tus padres, tus hijos y descendientes? 

¿De verdad le has votado porque te suena muy bien al oído, como si fuera tuyo y tú fueras uno de ellos, el eslogan de MAGA ("Make America Great Again" "Hacer grande a América de nuevo"), cuando para esta gente no eres más  que un tipo despreciable, una "basura"; según Trump, ni siquiera "persona", sino un "animal"? Un animal que morirá peor que un perro cuando no puedas pagar el seguro médico. SU seguro médico. 

Eres mujer y sabes que según el fiscal, ese incalificable misógino ha comprado el silencio y los servicios de una actriz porno y que ese dinero lo ha camuflado entre los gastos de la campaña. De su propia boca le has oído jactarse de que si eres famoso y tienes mucho dinero "las mujeres te dejan agarrarles el coño". ¿Y tú, mujer, le votas?  ¿Eres tú la que le votas? ¿Rechazando a la otra candidata por ser mujer y negra? 

Ves que se rodea de multimillonarios, ricachones  herederos, dueños de redes sociales, periódicos y cadenas de televisión, insaciables ególatras, supremacistas blancos, niños pijos malcriados como él – sus  Trump Tower, sus mansiones y  finca de  Mar A Lago – , que engordan hasta el infinito sus acciones y cuentas de resultados, mientras a ti, pobre desgraciado que no llegas a fin de mes viviendo en ese cuchitril, en esa caravana impropia de tu familia, te promete unas migajas para que apoyes la mayor bajada de impuestos a las grandes fortunas. ¿Eso has votado? ¿Para perpetuar tu pobreza y la del planeta? ¿Para que sean más ricos, si es que eso es posible, a tu costa, chupándote la sangre, cronificando la desigualdad y la injusticia, pues para ellos esas palabras son una milonga? O tú, empleado de clase media con aspiraciones pomposas, esclavo de tus dos trabajos y de los pagos a plazos, que pasas la mañana del domingo – tu único tiempo libre – enseñando a tu pequeño Benjamin a disparar el Winchester,  ¿igualmente le votas? ¿Tú, que cargas sobre tus espaldas los impuestos del país, mientras ellos, con sus engaños e ingeniería financiera, no pagan un dólar? 

También, porque tan tonto no eres, sabes perfectamente que fue el instigador del asalto al Capitolio (por eso ahora va a indultar a los energúmenos asaltantes, los tipos esos de los cuernos), con muertos de por medio, poniendo en gravísimo peligro la democracia, no reconociendo los resultados electorales, como el más despreciable autócrata, e incluso así ¿le votas? ¿Es que te parece poco, el poner en riesgo la seguridad del mundo, ante cualquier decisión alocada que pueda tomar, ahora crecido con tu voto, este individuo? El mismo que pretendía combatir el Covid inyectándose lejía. 

¿Has pensado por un momento cómo abordará este hombre la próxima pandemia, que llegará pronto, una vez que Elon Musk haya privatizado y destruido el sector público, que es el único garante de la independencia de los Estados? ¿A quién atenderán los médicos, a quién vacunarán, a quién hospitalizarán? ¿Solo a los ricos que puedan pagarlo? ¿Qué esperas de estos nuevos gobernantes a los que solo les importa el dinero y no la gente? ¿En qué quedará el respeto a los derechos humanos, no despreciando al diferente ni al que viene de afuera si no acude forrado de billetes? 

 Me hacen mucha gracia las declaraciones de los multimillonarios Elon Musk y Vivek Ramaswamy, futuros encargados del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE. La D y la O: Desguaces Oficiales), declarando que ellos no cobrarán ni serán parte del gobierno. ¡Jajaja, qué buenos! Como si hiciera falta cobrar cuando exiges  abiertamente, y es lo que en verdad pretendes, eliminar las regulaciones que no favorecen  a tus empresas, como Tesla, SpaceX, xAI y Neuralink. 

¿Acaso no corre por tus venas una gota de empatía con el pueblo palestino, con esos miles de niños masacrados en directo, con nuestra complicidad y nuestro silencio, igual que hicieran los nazis con los judíos, ahora que Trump dará todo el apoyo y carta blanca al genocida Netanyahu (el futuro embajador en Israel dice que "no existe tal cosa como un palestino"), para eliminarlos de la faz de la tierra? Si antes Irán no se cabrea y lanza unos misiles nucleares y nos mandan a todos a la... A no ser que nos reviente antes en la cara el oscuro e incomprensible conflicto Ucrania Rusia, que a punto está. Aquí, digamos la verdad honestamente, igual que con su apoyo incondicional a Israel,  Biden y Kamala Harris, salvo por los estratosféricos beneficios de las empresas de armamento americanas, se han lucido.    

 ¿No te da miedo su negacionismo científico y climático – quiere nombrar secretario de Salud a un antivacunas, el tránsfuga y camaleónico Kennedy –, cuando asegura que hay que dejarse de tanta energía renovable y volver a las fósiles? Igual que pretende nombrar fiscal general del Estado a un acusado por abuso de menores o a un ejecutivo del petróleo para Energía. El zorro guardando el gallinero. Los megamillonarios sin escrúpulos decidiendo nuestro futuro. El 1 % más rico, que ya posee más riqueza que el 95% de la población, gobernando el mundo. Y tú...  ¿les votas? Digo zorro porque el lobo, sin necesidad de disfrazarse ya de cordero, solo tiene que esperar la llegada de sus víctimas, que se han puesto en fila voluntariamente  para ser devoradas a mordiscos. Por amor a Donald Trump, su Ser Supremo. 

 ¿No te da rabia y pena? ¿No te duele que habiendo puesto con tu voto en sus manos el Congreso, el Senado, el Tribunal Supremo, los avances conseguidos – aunque sean escasos y demasiado lentos – en  estos últimos años para lograr un mundo mejor, sufran un colapso, una involución, cuya reparación la mayor parte de nosotros jamás veremos? Por favor, te insisto: explícamelo, porque necesito saberlo.  

Cuando éramos niños y leíamos una novela o veíamos una película sobre juicios, teníamos que elegir entre ser  el abogado defensor o el fiscal. La paradoja hoy en USA, es que la elección  ha sido  entre una fiscal y un procesado... y ha ganado el procesado. ¡Increíble y obsceno! En la Grecia clásica, hace 2.700 años, los creadores de la democracia siempre elegían a los mejores, a los ciudadanos más virtuosos, heroicos y ejemplares. Aquí se elige a los millonarios más esperpénticos y lunáticos. Para Valle Inclán, en boca de Max Estrella en Luces de Bohemia, su obra maestra, "los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos (espejos deformantes que estaban y están en el callejón del Gato de Madrid)) dan el esperpento". Tal cual. Así estamos. Emulando aquella oferta que hace Poncio Pilatos a la turba exaltada de liberar a Jesucristo o a Barrabás, es decir, elegir entre Dios y un bandido, para elegir... al bandido. Y crucificar a Cristo. 

La dimensión de la locura es tan descomunal, tan irracional y gigantesca, la provocación es tan agresiva y violenta, que no me extraña que nos mate la incomprensión, el miedo y la angustia. Una metodología sofisticada, tortuosa y despiadada que nos lleva a la extinción. A la desaparición de la especie humana.  ¡Benditos dinosaurios que se extinguieron por el impacto de un meteorito! Instantáneo, no como nosotros con este paulatino suicidio colectivo. Universal. Ni en la peor profecía del boticario francés  Nostradamus – otro colgado – se podría imaginar que los hombres y las mujeres desapareceríamos por entregar el poder a cuatro descerebrados. Como si regaláramos un encendedor y un bidón de gasolina a un pirómano. No hay nada mejor para el votante que se siente excluido, triste y cabreado, insatisfecho y maltratado por las instituciones y la política – los antipolítica –, que prender la mecha para reventar el sistema. Pirómanos antisistema que han encontrado en estos líderes su venganza vital y su réplica.  

El tango "Cambalache", del argentino Enrique Santos Discépolo, dice "Que el mundo fue y será una porquería". Lo escribió con amargura, con cierto hastío, pero inocentemente, sin sospechar la que se nos venía encima. Su diagnóstico fue bueno. La predicción muy certera. Ahora solo nos falta saber cuánto le queda a esta civilización para desaparecer de la Tierra. 

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2024-11-22 06:40:43
<![CDATA[kⒶosTICa - Los centros de datos impulsan el renacimiento nuclear]]> https://blogs.publico.es/kaostica/2024/11/22/los-centros-de-datos-impulsan-el-renacimiento-nuclear/ Los centros de datos impulsan el renacimiento nuclear
Proceso de fabricación de uno de los reactores nucleares modulares de NuScale. - NuScale.
La elevada demanda de energía derivada de la supercomputación, con los exigentes requerimientos de la Inteligencia Artificial (IA) o la minería de criptomonedas como dos de sus máximos exponentes, está llevando a las compañías con grandes centros de procesamiento de datos a buscar fuentes de energía alternativas. Durante los últimos años empresas como Google, Amazon, Microsoft... se jactaban de que alcanzarían el 100% de energía verde, esto es, procedente de renovables. Su discurso ahora ha cambiado, mirando a la energía nuclear con la implantación de los denominados reactores nucleares modulares (SMR por sus siglas en inglés). ¿Es realmente verde esta energía? 

A medida que se avanza en la descarbonización y crece la demanda eléctrica, se escuchan más voces tratando de resucitar la apuesta por las grandes centrales nucleares. De una manera más discreta, con un perfil bajo, la industria se deja seducir por los SMR. Se trata de reactores nucleares de menos de 300 megavatios eléctricos (MWe), es decir, mucho más pequeños que las centrales nucleares convencionales de gran tamaño que superan los 1000 MWe. Compañías como Toshiba y Rolls Royce han visto una vía adicional de ingresos en la fabricación de estos reactores. 

El pasado mes de octubre conocíamos que Google había encargado seis de estos reactores a la compañía Kairos Power para disponer de 500 megavatios de energía.  No es una excepción, puesto que Microsoft también ha suscrito un acuerdo similar por 20 años con Constellation Energy y Amazon con X-energy, y los gobiernos también están mirando con buenos ojos esta fuente de energía alternativa. Del mismo modo que el Departamento de Energía de EEUU ha invertido alrededor de 300 millones de dólares en el proyecto Hermes de Kairos, a principios de año la Comisión Europea (CE) anunció la creación de una alianza empresarial para acelerar el desarrollo y despliegue de estos SMR y el mismo Banco Europeo de Inversiones (BEI) ya se ha mostrado favorable a apoyar el I+D de estos SRM. La CE seguía, en realidad, los pasos lógicos después de que el Parlamento Europeo elaborara en diciembre un informe sobre SRM convertido en toda una oda a este tipo de reactores nucleares, pese a admitir las muchas incertidumbres (económicas, de seguridad, jurídicas...) que todavía suscitan. De otro modo, Bruselas se ve incapaz de alcanzar el objetivo de neutralidad energética, marcado para 2050. 

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. La Universidad de Stanford publicó hace dos años los resultados de una investigación que advertía que la mayoría de los diseños de SMR estudiados aumentaban el volumen de residuos nucleares que se deben gestionar y eliminar. La investigación llamaba la atención sobre cómo quienes defienden las bondades de estos reactores en materia de generación limpia de energía y costes, apenas incidían en los recursos necesarios para almacenar, envasar y eliminar el combustible consumido y otros residuos radiactivos. Incluso en el informe del Europarlamento, la literatura destinada a las bondades de los SMR supera con mucho a la referida a aspectos como la gestión de residuos, quedando como meros enunciados. 

Asimismo, otra de las grandes preocupaciones que exponía aquella investigación era la del aumento de la fuga de neutrones. ¿En qué consiste? Para producirse energía nuclear es preciso que un neutrón se divida un átomo de uranio en el reactor, lo que genera más neutrones que a su vez dividen otros átomos de uranio, provocando la reacción en cadena. Sin embargo, algunos de estos neutrones escapan del núcleo (se fugan) y, al chocar con otros materiales estructurales circundantes, como acero y hormigón, los ‘activan’ a nivel de radioactividad.  

Otro de los riesgos asociados a la proliferación de estos reactores modulares viene asociado al terrorismo. ¿Se podría construir una bomba con unos pocos cientos de kilogramos del uranio que se emplea en los SMR aunque no esté enriquecido? Se podría y, de hecho, así lo indicaron en un artículo publicado en Science científicos de la talla de Edwin Lyman, director de seguridad de energía nuclear en Union of Concerned Scientists (Washington DC), y el físico Richard Garwin, quien dirigió el diseño de la primera bomba de hidrógeno. 

Por otro lado, el Institute for Energy Economics and Financial Analysis (IEEFA) ha publicado este año un estudio en el que afirma que los reactores modulares todavía son demasiado caros y entrañan demasiados riesgos. Entre estos riesgos, figura el bautizado como ‘el problema Boeing’, llamado así por los problemas de diseño en su 787 Dreamliner o, más recientemente, en su avión 737 MAX, provocando dos años y la paralización de la flota durante años. La producción en cadena y estandarizada de un SMR que contuviera un problema de estas características podrían dar lugar a apagones prolongados y muy costosos, tanto como su reparación y cambio de diseño.  

Además, añade, el proceso de construcción de una infraestructura de estas características lleva mucho tiempo. Según indica, mientras algunas compañías del sector como Westinghouse, X-Energy y NuScale afirman que podrán construir sus SMR en un plazo de 36 a 48 meses, otras más ambiciosas como GE-Hitachi lo reducen a 24 meses. Asimismo, otra inquietud de los autores del estudio de IEEFA se concreta en el coste de oportunidad asociado a estas nuevas iniciativas nucleares. Desde su punto de vista, el gasto que ya se está percibiendo en esta industria afectará muy negativamente a la inversión en renovables, ‘arrebatándoles’ dinero que podría destinarse al I+D de estas energías limpias.  

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2024-11-22 06:30:09
<![CDATA[Otras miradas - ¿Quién se cree las fake news? Una lectura política]]> https://blogs.publico.es/otrasmiradas/88780/quien-se-cree-las-fake-news-una-lectura-politica/ ¿Quién se cree las fake news? Una lectura política
Tres personas muestran carteles en contra de algunos medios de comunicación, durante una manifestación contra la amnistía frente a la sede del PSOE en Ferraz. Gustavo Valiente / Europa Press
Donald Trump lanza un bulo demencial (los inmigrantes se comen a las mascotas) ante una audiencia de 67 millones de personas y, a pesar de ello (o por ello), gana las elecciones. Hay que tomarse en serio las fake news y dejarnos solo de escandalizarnos por ellas o tratarlas como una patología extraña, porque no lo son. Tienen una intención política, no son neutras, tienen sesgos, son intencionados y se lo pretendo demostrar; algo que intenté el mes pasado en la Comisión para la auditoria democrática en el Parlamento, no sé yo si con mucho éxito.

Argüía allí que ya existe literatura científica suficiente para probar la intención referida y, para ello, les propongo empezar no por quién se inventa las noticias falsas, sino quién se las cree, es decir, a qué publico van dirigidas.

¿Quién se cree las fake news?

Un estudio esclarecedor, cuya lectura sugiero: "¿Quién se cree las noticias falsas? Identificación de asimetrías políticas" se propuso entender quién es más vulnerable a las noticias falsas comparando 40 investigaciones publicadas en Europa y EE. UU y tras hacerlo, encontraron una asimetría política muy reveladora. Concluyen: "la mayoría de los estudios coinciden en identificar al público conservador o de derechas como más vulnerable a las noticias falsas [...] en Europa, la creencia en las noticias falsas se asocia positivamente con personas de derechas, especialmente de las derechas radicales y el autoritarismo de derechas".

Ni los estudios ni la que escribe estamos afirmando que las personas conservadoras o de derecha radical sean más crédulas. Lo que afirmamos es que son más vulnerables a las noticias falsas porque son su público objetivo: están dirigidas a ellas.

¿Cómo funcionan?

El estudio citado encuentra una causa en que "el razonamiento motivado parece más fuerte y activo entre los conservadores". Detengámonos en qué es eso del razonamiento motivado porque, créanme, es relevante:

Hay un sesgo cognitivo humano por el que todas las personas creemos que tenemos razón. El razonamiento motivado explica que, por ese sesgo, las personas somos más sensibles a aceptar inputs en nuestras vidas que refuerzan nuestras creencias y, por el contrario, somos más reacios a los que las desafían o contradicen. Lo que hacen las fake news es manipular el razonamiento motivado sesgando sus audiencias. Están dirigidas a personas que pueden ver reforzadas sus ideas previas y, por ello, ser más vulnerables a creerlas. Las cámaras de eco de las redes sociales son perfectas para esa manipulación. Y lo están consiguiendo.

¿Influyen las Fake News en el voto?

Sí. Es conocido el caso de Cambridge Analytica y su influencia en el Brexit en 2016, sesgando audiencias a las que enviaban noticias falsas sobre que la UE llenaba el Reino Unido de inmigrantes y les robaba el dinero del sistema nacional de salud.

En 2017, investigadores alemanes analizaron "Una encuesta sobre los orígenes y las consecuencias de creer en la desinformación en las elecciones parlamentarias alemanas de 2017" en el que encontraron que "debido a su política disruptiva y de derechas, estas noticias aparentemente alejaron a los votantes democristianos y, en particular, los llevó a los votar a AfD. Las creencias desinformativas fueron, aparentemente, una de las razones del éxito electoral de los populistas de derechas en las elecciones". Es decir, sí juegan un papel en la radicalización de los discursos hacia la extrema derecha y lo hacen, además, de forma global; por lo tanto, la pregunta es pertinente:

¿Influyen las Fake News en los partidos políticos?

Sí. Es el gran debate en los partidos conservadores europeos que han pasado del cordón sanitario a la extrema derecha a dudar si adaptarse o no a sus más radicales propuestas. Afecta también a la socialdemocracia, más tendente hoy a endurecer su posición sobre migración, rebajar las demandas feministas o aceptar comisarios europeos de extrema derecha.

Es más, afecta también a la izquierda, como ejemplifica el caso de la Alianza Sahra Wagenknecht (BSW) en Alemania, una escisión de La Izquierda que se creó con la publicitada intención de disputarle votos a Alternativa por Alemania (AfD) a través de un duro discurso antinmigración. Pero no ha ocurrido: en las elecciones de septiembre en tres landers, BSW obtuvo un buen resultado (en torno al 13%) pero sus votantes provinieron en su inmensa mayoría de la izquierda, la socialdemocracia y los liberales; solo un 6% de ellos eran antiguos votantes de AfD, lo que nos lleva a la siguiente pregunta:

¿Sirve políticamente contemporizar con los discursos de odio?

En 2022 la Universidad de Cambridge publicó una investigación determinante para esta cuestión: "¿Funciona contemporizar? Estrategias de los partidos mayoritarios y el éxito de los partidos de la derecha radical" en el que analizaron ni más ni menos que 70 elecciones en Europa Occidental entre 1976 y 2017. El objeto era detectar si para restarle votos a la extrema derecha es buena estrategia acomodarse o contemporizar con alguno de sus postulados y sus resultados fueron categóricos: "no encontramos pruebas de que las estrategias acomodaticias reduzcan el apoyo a la derecha radical. En todo caso, nuestros resultados sugieren que hacen que más votantes deserten hacia la derecha radical".

Y podría seguir citando estudios... porque es ya una realidad innegable: para reducir el avance de la extrema derecha no sirve contemporizar con ella y es algo, que, desgraciadamente, cruza la política y, de manera desmedida, los medios de comunicación que les siguen la agenda y blanquean las noticias falsas al tratarlas de forma genérica como "desinformación", como si se basaran en un abanico ideológico variado o fuesen producto de la patología individual del influencer de turno, así que dejémoslo claro:

Las noticias falsas promueven discursos de odio y éstos siguen los cinco temas favoritos del ideario de extrema derecha: los que relacionan inmigración con inseguridad, feminismo con ataque a los hombres, democracia con desgobierno, conspiraciones y negacionismo científico. Esa es su agenda mediática, que repiten de forma compulsiva, goebbeliana, con dramáticas implicaciones políticas; pero intuyo que hay más.

Me preocupo y les alerto porque tras estudiar el fenómeno sospecho que lo que pretenden, en último término, es la aceptación social de un gobierno autoritario.

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2024-11-22 06:25:19 Marga Ferré
<![CDATA[Punto de Fisión - Almeida: Love Me Tender]]> https://blogs.publico.es/davidtorres/2024/11/22/43465/ Almeida: Love Me Tender

El romanticismo lleva de capa caída, por lo menos, desde finales del siglo XIX, pero últimamente está cayendo muy bajo. Cuando la gente se piensa que ser romántico consiste en escuchar una balada de Julio Iglesias (balada, en este caso, viene de balar, efectivamente), no es fácil explicar que el romanticismo nació con una epidemia de suicidios a raíz de la publicación de la primera novela de Goethe, Las penas del joven Werther (1774). Algunos muchachos y muchachas de la época no sólo vestían igual que los protagonistas, sino que, al menor plantón, se quitaban la vida a base de pistoletazos, venenos o ahorcamientos, dejando el libro abierto por la escena en cuestión a modo de marcapáginas. Es verdad que, al oír una canción de Julio Iglesias, también dan ganas de pegarse un tiro, pero el amor no tiene nada que ver con eso.

En estos tiempos decadentes y posmodernos, el romanticismo va más bien de regalar ramos de rosas, cenar a la luz de las velas, escribir poemas horrorosos, leer frases de Paulo Coelho, navegar en góndola por Venecia y otras cursilerías por el estilo. "Amar significa no tener que decir nunca lo siento" soltaba Ali McGraw con lágrimas en los ojos en Love’s Story, una película que es la quintaesencia del melodrama cebollón made in Hollywood. Tarde o temprano tenía que llegar un romántico de verdad para poner las cosas en su sitio y enseñar a las nuevas generaciones la redefinición del concepto. Amar es quitar la ropa del tendedero de la cocina, porque ella nunca esperaría que tú lo hicieras. Chúpate ésa, Werther.

La confesión tuvo lugar en un plató de televisión, y no en uno cualquiera, sino en El hormiguero, el inefable espacio donde Pablo Motos ha montado el mejor tendedero de España. Y el autor de esta frase para la historia no fue otro que el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, un hombre tan romántico que escogió un chotis el día de su boda y tan castizo que lo bailó al estilo del oso y el madroño. Parece un chiste, sí, pero lo dijo completamente en serio, tanto que hasta sorprendió a Trancas y Barrancas, dos especímenes acostumbrados a digerir cualquier cosa.

Hace un porrón de años, cuando yo daba clase a alumnos de E.G.B., les explicaba lo que era el romanticismo mediante una secuencia prodigiosa de Remando al viento, la obra maestra de Gonzalo Suárez. Una noche en Villa Diodati, poco antes de que Mary Shelley inventara al doctor Frankenstein, Lord Byron sube a sus amigos en una barca sobre el lago Lemán, deja los remos, se pone en pie y anuncia: "Escuchad, voy a cantar un canto albanés muy antiguo y muy salvaje. Os pido silencio, o mejor, os pido que cantéis conmigo". Entonces cierra los ojos y lanza un alarido terrible mientras la barca corta suavemente la oscuridad de las aguas, un alarido que despierta a las feroces bestias del destino. Ahora el canto albanés de Byron ha degenerado en un chotis canturreado por Almeida mientras recoge el tendedero de la cocina.

Con todo, la verdadera sorpresa en la revelación de Almeida consiste en haber descubierto que el alcalde de Madrid sobrevive en condiciones paupérrimas, apenas una covacha semejante a la primera buhardilla donde me refugié, allá a finales de los noventa. Después de subirse el sueldo una vez más -con lo que acabará cobrando más de ciento veinte mil euros anuales- y con una esposa emparentada con los borbones y forrada por los cuatro costados, aun así, la feliz pareja no puede permitirse ni servicio doméstico ni un tendedero como Dios manda. Lo que da una idea de lo caro que anda el metro cuadrado en la capital y los problemas para llegar a fin de mes de un matrimonio que se levanta alrededor de un cuarto de millón de euros anuales. Como escribí hace unos meses, Madrid se parece cada vez más a Almeida. Pero el amor romántico puede con todo, incluso con el contubernio entre el cocido y la ropa mojada.

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2024-11-22 06:20:45
<![CDATA[Viñetas - Buen provecho]]> https://blogs.publico.es/vinetas/2024/11/22/buen-provecho/ ]]> 2024-11-22 05:06:32 <![CDATA[Otras miradas - La guerra en Ucrania: escalar para desescalar]]> https://blogs.publico.es/otrasmiradas/88765/la-guerra-en-ucrania-escala/ La guerra en Ucrania: escalar para desescalar
Imagen de archivo del presidente de Ucrania Volodymyr Zelensky. Europa Press
La autorización otorgada por parte de la adminitración Biden para el uso de misiles norteamericanos de largo alcance para atacar territorio ruso inaugura una fase de la guerra que ya supera los 1000 días. Este hecho supone un cambio estratégico de EEUU en Ucrania dado que se podrán atacar objetivos rusos en la propia Rusia, en concreto en la región fronteriza de Kursk que está parcialmente ocupada por tropas ucranianas desde el mes de agosto y donde también se han desplegado miles de soldados norcoreanos desde hace ya varias semanas.

La próxima llegada de Donald Trump a la Casa Blanca en enero nos da una de las claves para entender porqué se ha tomado esta decisión en este momento. Tal y como ha afirmado en reiteradas ocasiones el mandatario republicano su intención sería la de terminar la guerra en 24 horas, y si bien no hay que tomarlo en el sentido literal, lo cierto es que la pulsión tanto de los dirigentes que le acompañan como de sus propias bases electorales es la de que EEUU salga del escenario ucraniano lo antes posible.

Mucho se está especulando sobre cuál podría ser la intencionalidad última asociada a esta nueva decisión por parte del presidente Biden. Sería ingenuo pensar que en la todavía democracia norteamericana no exista una comunicación constante entre la administración saliente y la entrante, por lo que es casi seguro que esta decisión, junto con la de enviar minas antipersona al frente ucranianio, ha sido informada, cuando no consensuada, entre ambos. En realidad las medidas que hubiera adoptado el campo demócrata no estarían tan distantes. Ambos tienen los objetivos estratégicos en el eje Asia-Pacífico, y ambos quieren una salida de Europa y que Europa se haga cargo de sus asuntos, la diferencia está en las formas y en los tiempos. Con Harris la cosa habría sido más lenta, con Trump irá probablemente más rápido.

En este contexto son ya muchas las voces que se escuchan desde hace meses acerca de comenzar a pensar en una mesa de negociación para si no poner fin a la guerra, al menos situarla en fase de congelación.  Esas voces llegan no solo desde EEUU, también en Europa se han escuchado voces en la misma dirección e incluso el propio Zelenski baraja la idea de que se podría entrar en periodo negociador durante el primer semestre del año 2025. Con Trump en el poder ese rumor se acrecienta.

La estrategia parece clara. Escalar para desescalar. Se trata, por un lado, de imponer mayores costes a un ejército ruso que no ha dejado de conquistar territorio durante los últimos meses, al tiempo que se le da una bomba de oxígeno a un maltrecho ejército ucraniano donde cunde la desmoralización entre las tropas, con más de un 20% de deserciones y en torno a 1000 bajas diarias. La idea es que Ucrania llegue lo más fuerte posible a esa mesa de negociación, quizás no de la paz, pero sí de un alto el fuego. Y para eso interesa que Ucrania pueda mantener, en la medida de lo posible, la región de Kursk. Como decía hace unos días Mark Galeotti, Rusia está perdiendo, sí, pero Ucrania está perdiendo más deprisa.

En este punto todos los actores son conscientes de que con o sin ATACMS o Storm Shadows, no habrá una alteración sustantiva del curso de la guerra. Así se trata de evitar una derrota sin capacidad negociadora para Ucrania. El problema en este punto es que pese a la performatividad y las declaraciones de intenciones nunca ha habido una verdadera voluntad política y militar de vencer a Rusia. Siempre se ha tratado de que Ucrania resistiera. Y esto lo han sabido todos los que tenían capacidad decisoria desde el primer momento.

Ahora, tras casi tres años de guerra, muchos muertos y un país destruido, tiene que venir Trump, qué paradoja, a decir que hasta aquí. El escenario que se plantea es uno que ya se dibujó desde el principio: una mesa de negociación donde Ucrania perderá parte de su territorio, donde el conflicto quedará semicongelado y donde la UE y Ucrania tendrán entre poco y nada que decir y donde Ucrania se tendrá que conformar con las garantías de seguridad que le puedan proporcionar los socios europeos. Y para ello apuntan fuentes norteamericanas que la idea de la nueva administración será la de ejercer presión sobre ambos campos para obligarles a sentarse a negociar. Sobre Ucrania amenazando con cortar el suministro de armas, sobre Rusia amenazando con armas a Ucrania como nunca antes.

La idea detrás de todo ello es que, si Europa no está de acuerdo con esta estrategia y quiere seguir ayudando a Ucrania, perfecto. Sin capacidad de producción masiva de armamento los europeos tendrán que comprarlo a la industria norteamericana. El modelo será el polaco que durante el último año ha incrementado su gasto militar hasta alcanzar el 4,7% del PIB, firmando contratos con empresas norteamericanas y surcoreanas. Así el socio americano ganará por partida doble, puede seguir desgastando a Rusia al tiempo que factura por la venta de armas. Jugada redonda.

Así pues, lo que veremos durante las semanas que quedan hasta enero, será un recrudecimiento de la escalada bélica donde ambos contendientes acelerarán para conseguir llegar del modo menos malo posible a esa mesa de negociación. Mientras en la UE, por lo menos, ya tendremos nueva Comisión.

 

 

 

 

 

 

 

 

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2024-11-21 19:00:26
<![CDATA[Ecologismo de emergencia - Objetivo, taurinizar a la infancia]]> https://blogs.publico.es/ecologismo-de-emergencia/2024/11/21/objetivo-taurinizar-a-la-infancia/
Objetivo, taurinizar a la infancia
Unos niños presenciando una corrida de toros. EFE / Archivo.
Durante siglos, la tauromaquia ha tenido un objetivo muy claro: taurinizar a la infancia. La cosa es muy básica, pero efectiva. Así como la Iglesia adoctrina a los menores desde edades muy tempranas para asegurarse de que sus fantasiosas historietas llenas de incongruencias penetren en las mentes infantiles como un cuchillo en la mantequilla, la tauromaquia, siguiendo esta misma estrategia, lleva siglos adoctrinando, taurinizando, a los menores, inoculando el veneno taurino en mentes que, estando todavía en formación, apenas tienen capacidad para criticar el bárbaro espectáculo. Y, al acudir a las plazas de la mano de abuelos y padres, se integran rápidamente en la violencia taurina, normalizándola, aunque sólo sea para no sentir el rechazo de sus mayores.  

Esto es así desde hace cientos de años. Y, en la actualidad, la taurinización de la infancia continúa. El lobby taurino sabe que, adoctrinando a niños y niñas desde edades muy tempranas, se asegura la pervivencia de los espectáculos taurinos. Recientemente el Govern balear, con el PP al frente y apoyado por VOX, ha legislado para permitir el acceso de menores a las plazas de toros. Y otro tanto sucede en numerosas comunidades. La infancia, que debe ser protegida, es expuesta a la vileza de la tauromaquia por puro egoísmo, sin caer en la cuenta del daño que las bárbaras escenas de la tauromaquia pueden causar en mentes todavía en proceso de maduración.  

Pero, como digo, esto viene de muy atrás. Analicemos, pues, la perspectiva histórica. Desde hace siglos grandes personajes de nuestra cultura ya criticaron, cada uno en su tiempo, la taurinización de la infancia. Por ejemplo, en el siglo XVIII, el escritor y periodista ilustrado canario Clavijo y Fajardo denuncia que, desde muy pequeños, los españoles se acostumbran a las violentas escenas de las corridas con los caballos desangrados, los toros muertos y los toreros heridos: «Familiarizados nuestros ojos y oídos desde la infancia, recibimos con indiferencia, y aun con risa estas impresiones, y no llegamos a internarnos en el justo horror [...]» que supone la tauromaquia.   

A los menores se les introduce cuanto antes en la crudeza de la tauromaquia para que asuman como normal la muerte de un animal o la cogida de un torero, e incluso para que, con el tiempo, se puedan llegar a reír con ello, como denuncia Fajardo. Esta es la mejor definición que existe para hablar de la taurinización de la infancia.  

Otro ilustrado, el jurista granadino Francisco de Bruna y Ahumada, opina de una manera muy similar. Para este catedrático, las corridas de toros suponen una «ciega inclinación de los españoles, [que se transmite] de padres e hijos». Asimismo, considera que si los espectáculos taurinos persisten es, precisamente, porque los menores, desde muy niños, «no oyen hablar de otra cosa; sus padres los llevan siempre a verlos; el primer juego que aprenden es el de los toros [...]; y estas impresiones jamás se les borraban».   

Y otro gran representante de la Ilustración española del XVIII, José Cadalso, en sus Cartas marruecas se pregunta: ¿Qué se puede esperar de personas que «pagan dinero por ver derramar sangre»? ¿Y de un país que "educa" a su infancia asistiendo a este tipo de diversiones?, ¿qué se puede esperar? El espectáculo taurino, que —sostiene este autor— «suele causar desmayos a hombres de mucho valor la primera vez que asisten a él», es presentado como algo normal ante la vulnerable mente de un niño. He ahí el problema: se adoctrina a los niños y niñas en la barbarie inoculándoles el virus tauromáquico con la intención de que, cuanto antes, normalicen la violencia de estas costumbres.  

Por su parte, ya en el siglo XIX, el escritor y periodista José Carlos Bruna (nada que ver con el anteriormente citado Francisco de Bruna), que nació en Cádiz en 1840 y que, entre otros méritos, llegó a ser cónsul de Italia en Málaga, reclamó abiertamente que se impidiera el acceso a los menores a las corridas porque, sostiene, «ya que no a las personas mayores, porque en ellas el criterio, malo o bueno, está formado, prohíbase, al menos, que a las corridas de toros concurran niños y niñas. ¿No se ha conceptuado un bien la enseñanza obligatoria? Pues impóngase la ausencia obligatoria de los niños a ese inculto espectáculo». Frente a educar a la infancia en la violencia y en la cosificación de los animales, ¿no sería mejor formarla en valores humanísticos? Bruna lo tiene muy claro, y cualquier persona con dos dedos de frente también.  

Un último ejemplo más. El escritor y político valenciano Vicente Blasco Ibáñez, a este mismo respecto, denuncia: «Nos enseñaron de pequeños que [las corridas de toros] son muy divertidas, y lo repetimos como una verdad indiscutible, para que lo repitan luego nuestros hijos. Ningún español ha podido formarse un concepto propio y racional de esta fiesta. Muy pocos recuerdan cuándo vieron la primera corrida. Nos llevan a los toros muchas veces antes de saber hablar». El autor de Cañas y barro o Sangre y arena denuncia que la estrategia de la tauromaquia consiste en llevar a los niños y niñas a las plazas de toros a muy temprana edad para que se habitúen cuanto antes a las crueles escenas que se dan en el coso de modo que, cuando estos niños y niñas tengan una edad suficiente como para desarrollar un pensamiento crítico, la tauromaquia, extendida ya en sus mentes y en sus corazones como una toxina, queda a salvo de todo cuestionamiento.  

Quizás ahora se entienda un poco mejor por qué estas costumbres están tan arraigadas en el pueblo español, si lo que están haciendo es adoctrinar, generación tras generación, a niños y a niñas. Los menores no eligen, la tauromaquia se les implanta como un maligno chip en el cerebro. Y así se perpetúa la 'fiesta'.   

Además de los ya citados, podríamos hablar de José Gutiérrez Solana, Cecilia Böhl de Faber (Fernán Caballero), José de Navarrete o Alejandro Oliván y Borruel. Todos y todas criticaron el adoctrinamiento taurino de nuestros hijos e hijas. De hecho, la cosa era tan grave que en diciembre de 1929 se aprobó un Real Decreto mediante el cual se prohibía la asistencia de los menores de catorce años a las corridas de toros y a los combates de boxeo. El tenor literal de aquella ley advertía de que, con esta medida, se trataba de impedir que, en las mentes todavía en formación de niños y niñas de muy corta edad, las violentas escenas taurinas dejaran una impronta indeleble y tan terrible que podría llegar a tener graves consecuencias en los menores a medida que estos fueran desarrollándose, suponiendo una amenaza no solo para ellos mismos, sino también para el conjunto de la sociedad.  

Pero hay más. La intrahistoria de esta ley evidencia la fuerza del lobby taurino en España. Aquel Real Decreto de 1929 estuvo vigente hasta 1992, cuando el entonces ministro del Interior socialista, José Luis Corcuera (sí, del PSOE), lo derogó de la noche a la mañana sin dar ninguna explicación, permitiendo que los menores de edad pudieran acceder a los espectáculos tauromáquicos. Años después, Corcuera recibió un importante galardón taurino «Como personaje destacado por su defensa de la Fiesta de los toros». Qué casualidad ¿no? Pues no. De casualidad nada. La tauromaquia ha recibido y sigue recibiendo un trato de favor desde las instituciones públicas españolas. Y yo me pregunto hasta cuándo lo vamos a permitir.  

Como digo, hoy en día en algunas Comunidades Autónomas los menores no solo son llevados legalmente y con total libertad a las corridas de toros, sino que son los propios gobiernos autonómicos, las diputaciones o los municipios (con dinero público, con nuestro dinero) los que, directamente, introducen la tauromaquia en las aulas. Se organizan corridas, tientas y capeas para la infancia, se llevan a cabo talleres para confeccionar banderillas, se celebran encierros con toros hinchables... La tauromaquia es vendida a la infancia como un juego inocente, cuando no tiene absolutamente nada de juego, ni mucho menos de inocencia.  

Uno de los "argumentos" que desde la derecha y la extrema derecha utilizan para defender que los niños puedan acceder a la tauromaquia desde edades muy tempranas se basa, dicen, en que estamos sobreprotegiendo a los menores y en que vivimos en una sociedad infantilizada. Lo que más llama la atención es que, mientras a los niños y niñas se les dice, entre otras muchas cosas, que los Reyes Magos existen, o que Papá Noel existe, con el ánimo de preservar su ilusión, su infancia y su inocencia, al mismo tiempo se les inyecte sin ningún pudor la ponzoña de la tauromaquia, que es una aberración social y cultural.  

Además, si se trata de no "infantilizar" a la infancia, ¿por qué no ponemos a los menores a trabajar en las fábricas?, ¿por qué no recuperamos aquellas bellas tradiciones espartanas, que aniquilaban de un plumazo la infancia como si fuera una enfermedad? Es de locos. La infancia debe preservarse a toda costa. Pero la España Negra a lo suyo: mientras las películas o series son catalogadas por edades, mientras se preserva la inocencia y la ilusión de los menores (sobre todo desde sectores conservadores) por ejemplo con el tema de los Reyes Magos, y mientras se protege a las vulnerables mentes de la infancia frente a determinados estímulos, ellos los llevan a los espectáculos taurinos. ¿Qué puede salir mal? Es una aberración. Una vergüenza que consolida la triste imagen internacional de nuestro país como una nación de bárbaros. Como decía Cadalso, ¿qué se puede esperar de un país que educa a sus hijos e hijas en la violencia?  

La infancia debe ser protegida frente a estímulos violentos y sanguinarios. Esto lo dice la Ciencia, la ONU y hasta el Papa de Roma pero, sobre todo, lo dicta el sentido común. ¿No sería mejor educar a niños y niñas en valores humanos, de solidaridad, de empatía, de civismo o de compasión? Ah no, calla, que eso provocaría sociedades humanizadas o "infantilizadas", como dicen los de PP y VOX (y algunos y algunas del PSOE), quienes, al parecer, preferirían una sociedad de bárbaros, tal vez a imagen y semejanza de ellos mismos. No tenemos remedio o, mejor dicho, ellos no tienen remedio.  

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2024-11-21 06:43:48
<![CDATA[Posos de anarquía - La mala gestión se paga]]> https://blogs.publico.es/david-bollero/2024/11/21/la-mala-gestion-se-paga/ La mala gestión se paga
Andalucía se ha convertido en ejemplo para toda España de mala gestión de la dependencia. - Pixabay .
En Andalucía hay más de 60.000 personas que han de esperar 605 días para ser atendidas por el Sistema de Autonomía Personal y Atención a la Dependencia andaluz. El plazo legal son 180 días (6 meses), algo a lo que se comprometió el presidente Juan Manuel Moreno Bonilla a principios de año cuando se jactó de que convertiría a Andalucía en la comunidad autónoma "con menos burocracia" de toda España. Cada día en esta región fallecen 33 personas esperando una resolución a sus solicitudes de ayuda a la dependencia. Hasta ahora, la mala gestión la pagaban los y las dependientes con su vida. Ahora también le costará a la Junta de Andalucía. 

No hay dinero suficiente para compensar la muerte de un ser querido, para sacar la rabia, indignación y pena de saber, además, que en su último periodo podría haber disfrutado de una mejor calidad de vida. Lo que ha dictaminado el Juzgado de lo Contencioso Administrativo 2 de Granada no es una cuestión de compensación, sino de justicia, de no permitir que se vayan de rositas quienes no saben o no quieren prestar los servicios públicos como marca la ley 

Este juzgado acaba de condenar a la Junta de Andalucía a indemnizar a la familia de una anciana a la que tardó 32 meses en concederle la ayuda a la dependencia. Frente a los 6 de espera máxima que contempla la ley, la Junta se retrasó 26 meses. Las hijas de la anciana iniciaron entonces un procedimiento reclamando una indemnización, dado que la ayuda había sido solicitada para que una de ellas cuidara de su madre. A pesar de admitir haber excedido en casi 800 días el plazo legal, el gobierno de Moreno Bonilla rechazó compensación alguna 

Las hijas recurrieron, se alargó el proceso y, durante el mismo, la anciana murió. Es ahora cuando esta sentencia, contra la que no cabe recurso, pone a la Junta en su sitio. No devolverá a la fallecida ni servirá ya para mejorar su calidad de vida o aliviar el esfuerzo de las cuidadoras pero, aun así, es una victoria en la defensa de nuestros derechos. La sistemática negativa por parte de la Junta de Andalucía a asumir responsabilidades por incumplir la ley ha tocado –o debería- a su fin.  

La sentencia vuelve a abrir la puerta a que todas las familias que ven cómo han transcurrido ya seis meses desde que registraron su solicitud de ayuda a la dependencia, no sólo en Andalucía, sino en toda España, reclamen sus derechos. Con suerte y a diferencia del caso de Granada, obtendrán la merecida indemnización antes de que la persona dependiente fallezca. No podemos obviar que, según la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales, Andalucía es la tercera comunidad autónoma que menos dinero destina a la dependencia, solo por detrás de Galicia y La Rioja, también gobernadas por el Partido Popular (PP). 

La mala gestión ha de pagarse, aunque sea únicamente por la vía administrativa y se pague con el dinero de todas y todos. Otro gallo cantaría, quizás, si fuera posible acudir a otras vías judiciales o, al menos, quienes mal gestionan los servicios públicos no dispararan con pólvora del rey, como dice el dicho popular. Ya en 2021, otra sentencia del Juzgado de lo Contencioso-administrativo número 2 de Sevilla condenó a la Junta a pagar una indemnización por el mismo motivo que ahora en Granada. 

Entonces, la mujer dependiente falleció en 2019, más de tres años después de haber solicitado la ayuda sin que el proceso se resolviera. La jueza, cuya condena fue de más de 18.700 euros, fue tajante al recriminar a la Junta de Andalucía que haberle negado tal compensación a la familia "supone beneficiar a la Administración por su mal hacer, por incumplir su obligación de no resolver en plazo el procedimiento". 

Estas dos sentencias avalan que la ley está de nuestro lado y no de la Junta, que es quien está incumpliendo los plazos legales y, a pesar de ser consciente de ello, ni siquiera se plantea ofrecer compensación. El mismo Tribunal Supremo ha reconocido este año el derecho de los herederos de las personas dependientes fallecidas sin recibir la prestación a que les sean devueltos los gastos adelantados. Y sí, adivinen, ese fallo de la Sección Cuarta de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del alto tribunal venía motivada por otra actuación estelar del gobierno de Moreno Bonilla, concretamente en Dos Hermanas (Sevilla). 

Sin embargo, a pesar de que la ley nos respalda, de nada sirve sino activamos los mecanismos administrativos. A la vista está que si algo hay en abundancia en el gobierno de Moreno Bonilla es mala fe, pues sabedora de sus incumplimientos legales, no es ya que no sea proactiva en la compensación, sino que la rechaza por sistema cuando ésta es requerida. Son los recursos judiciales los que ponen a la Junta contra las cuerdas. Decenas de miles de personas esperando ya la resolución de sus expedientes tres veces más de lo que les corresponde son muchas demandas. Activémoslas. Es nuestro derecho. Quizás de ese modo la Junta de Andalucía cumpla con la ley de una vez por todas. 

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2024-11-21 06:32:51
<![CDATA[Posibilidad de un nido - Quien no escucha a la víctima, participa]]> https://blogs.publico.es/cristina-fallaras/2024/11/21/quien-no-escucha-a-la-victima-participa/  

Quien no escucha a la víctima, participa

No se han parado a leer los testimonios de las mujeres. No se han interesado por el insoportable número de mujeres que cuentan cómo, de niñas, su abuelo, su padrastro, su padre, su tío o su hermano les tocaban los genitales. No se han interesado por los miles de mujeres que se han sentido paralizadas por el miedo, en shock, ante la agresión sexual de un amigo, de una pandilla, de su monitor o su profesor. No se han detenido a leer a todas, una barbaridad de mujeres que relatan cómo el médico o el enfermero aprovechó su autoridad y la confianza de ellas para agredirlas. No han prestado atención a los miles de mujeres que cuentan cómo las agresiones sexuales que vivimos les han destrozado la vida, y las de sus hijas e hijos.

Se critica el método, se difunden amenazas, se inventan debates bizantinos, se retuerce cualquier argumento idiota... todo menos escuchar, leer a las mujeres que le han echado valor, porque hace falta muchísima valentía, para narrar las agresiones sufridas. Me tiene pasmada cómo han aparecido aquí y allá debates inanes sobre si las redes o el anonimato son buenos,  malos o mediopensionistas y en cambio nadie está analizando, difundiendo, incluso debatiendo (si es eso lo que les gusta) que la mayoría de las mujeres que relatan la violencia sexual la vivieron de niñas. La inmensa mayoría.

Ah, pero el problema es el método. Cobardes, eso es lo que son. Cobardes que optan por la ceguera.  Mirar o no mirar, escuchar o no escuchar. Ahí reside todo. Escuchar a las víctimas, a las mujeres, es un acto de voluntad. Decides hacerlo o decides no hacerlo. Pero has de saber que, si decides no mirarlo, en ese acto va implícita tu participación.

Ahora ya no pueden decir que no lo sabían, que no tienen datos, que cómo iban a imaginarlo... Ahora solo pueden decir que no les gusta que las mujeres narremos lo que nos han hecho. Así de simple. Y, al no mirarlo, al no prestar atención a los testimonios, dejan en evidencia que lo que les molesta no es que nos agredan sexualmente de forma habitual, eso les trae sin cuidado, porque si no, estarían interesándose por todo lo que estamos relatando. Lo que de verdad les molesta es que lo estemos contando.

Y sin embargo, de repente, un día, cuando le sale de la punta, aparece Íñigo Errejón y dice solamente dos palabritas: "denuncia falsa"... y el mensaje cunde y lo ocupa todo. No hay más que añadir.

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2024-11-21 06:27:13
<![CDATA[Dominio Público - Conquistar el derecho a la huelga de alquileres]]> https://blogs.publico.es/dominiopublico/65904/conquistar-el-derecho-a-la-huelga-de-alquileres/  

Conquistar el derecho a la huelga de alquileres

Desde que el Sindicato de Inquilinas de Madrid convocara la manifestación por la vivienda el pasado 13 de octubre, suena un murmullo de fondo: la posibilidad de que muchas familias inquilinas se organicen para dejar de pagar el alquiler a sus propietarios.

He ahí la definición de la huelga de alquiler: dejar de abonar el alquiler mensual a la propiedad durante un periodo de tiempo, siempre y cuando se realice de forma colectiva y con unas demandas políticas dirigidas a mejorar la situación residencial de los inquilinos.

Históricamente, las huelgas de alquiler han sido una forma de protesta frecuente para responder a tres cuestiones claves: el aumento del precio del alquiler, los desahucios injustificados y las malas condiciones de habitabilidad. A principios del siglo XX, la mayoría de huelgas de alquiler se realizaban por las malas condiciones de salubridad de las viviendas. El aumento sostenido de los alquileres también fue uno de los principales motivos de las huelgas de alquiler durante el periodo de posguerra, debido a la inflación general de la economía.

Pero, ¿es legal realizar una huelga de alquileres en España? Esta es la cuestión que centra el debate actual. La respuesta es sencilla: la huelga de alquiler no es un derecho reconocido por el ordenamiento jurídico español (no está reconocida ni por la Ley de Arrendamientos Urbanos, ni por la recién aprobada Ley de Vivienda). Si alguien deja de pagar el alquiler un solo mes se enfrenta a una posible demanda por impago del alquiler de su casero, que en última instancia podría finalizar en desahucio.

En otros países, tal y como se analiza en esta investigación científica, la huelga de alquileres es un derecho formalizado. En muchas legislaciones europeas, los inquilinos pueden reducirse el alquiler cuando su propietario incumple el contrato. Por ejemplo, cuando el propietario no repara desperfectos graves de la vivienda, los inquilinos pueden dejar de pagar aquel importe que han debido de invertir en reparaciones. En Estados Unidos, Estados como el de Nueva York entre otros, también tienen reconocido este derecho.

Entonces, en la actualidad: ¿los inquilinos no pueden declararse en huelga? Legalmente, como decíamos, no disponen de ese derecho. Sin embargo, las condiciones políticas actuales permiten el ejercicio de una protesta colectiva que reclame la legitimidad de la huelga de alquiler. La historia nos enseña que solo a través de la protesta se amplían y formalizan los derechos civiles.

La pregunta que quizás debiera incorporarse al debate jurídico es de cariz político: ¿qué condiciones existen hoy para pensar de forma pragmática el acontecimiento de una huelga de alquileres? A mi juicio, son varias las razones que se cumplen hoy y que se cumplen en la mayoría de huelgas de alquiler históricas.

En primer lugar, un agravio social compartido por toda una generación tanto de jóvenes como de mayores. Los precios de alquiler no han dejado de subir después de la crisis de 2007. En ciudades como Madrid y Barcelona los precios del alquiler han subido más de un 50% desde 2013.

En segundo lugar, la concentración del agravio en grandes urbes y por grandes propietarios. En España existe una concentración del agravio (alquileres y desahucios disparados) en las grandes ciudades, donde muchas familias inquilinas viven en edificios de propiedad vertical, normalmente propiedad de un banco, de un fondo de inversión de una empresa inmobiliaria, o de una persona rica. El descontento concentrado contra un gran propietario, junto con la posibilidad de los inquilinos que habitan el mismo bloque de generar espacios de solidaridad cotidiana, suele ser caldo de cultivo para producir un impago colectivo.

En tercer lugar, existen Sindicatos de Inquilinas e Inquilinos ofreciendo recursos (económicos, humanos, legales, etc.) para facilitar la organización de una huelga. El papel de los Sindicatos es clave para pensar estrategias de defensa ante una demanda por impago del alquiler.

Las condiciones políticas del presente ofrecen muchos ingredientes para que acontezca una huelga de alquileres. Un ejemplo reciente de este potencial es la manifestación convocada el próximo 23 de noviembre en Barcelona, bajo el lema "Se acabó: abajo los alquileres". Este acto no solo está ampliando un mensaje claro contra el rentismo, sino que los comités organizativos que la preparan han tejido un escenario propicio para plantear huelgas allí donde existe un fuerte tejido vecinal y presencia sindical. La huelga de alquiler todavía no es un derecho, pero y por eso mismo hay que salir a conquistarlo.

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2024-11-21 06:20:37
<![CDATA[Otras miradas - La burbuja de Bluesky]]> https://blogs.publico.es/otrasmiradas/88752/la-burbuja-de-bluesky/ La burbuja de Bluesky
Imagen de X
La historia comenzó en 1971 en el hospital infantil de Texas, Houston, el día en que Carol Ann dio a luz a su tercer hijo. Tras las peores sospechas, el pequeño David nació con una brecha inmunológica tan severa que no podía entrar en contacto con el mundo sin poner en riesgo su integridad. La mínima racha de aire podía matarlo. El patógeno más inofensivo adquiría en su organismo una dimensión temible y definitiva. A falta de una terapia confiable, los doctores decidieron encapsularlo dentro de una cámara de plástico que iba a convertirse en su salvación y en su condena. En la prensa lo llamaban "el niño burbuja".

La vida de David me parece inquietante y conmovedora. Hay en las fotografías de aquella época una tristeza granulada, como de Polaroid, que subraya sin querer la nostalgia y la tragedia. Vemos al chaval atrapado en su propia profilaxis, rodeado de peluches esterilizados o enfundado en un traje de astronauta que la NASA diseñó para aliviarle las tristezas y permitirle pasear por la calle, mirar todo lo que nunca podría tocar, apretar la mano de otros niños sin llegar a sentir jamás el tacto de la piel, el escalofrío de una caricia, el calor que desprendemos cuando nos damos a los demás. Vetter murió a los doce años. Para entonces era tan famoso que tenía ya algo de inmortal.

En el imaginario colectivo, la burbuja representa un cuerpo frágil que estalla cuando crece más de la cuenta. Hablamos de la "burbuja inmobiliaria" para mencionar los delirios inflacionarios del mercado de la vivienda. Nos referimos a la "burbuja financiera" cuando observamos un crecimiento anómalo de los precios y sabemos que muy pronto un estallido se llevará el espejismo por delante. En Holanda, en el siglo XVII, el tulipán se convirtió en un objeto de especulación y alcanzó precios extraordinarios. Cundió la locura. Ciudadanos de toda clase y condición se endeudaron para adquirir bulbos que de un día para otro iban a perder todo su valor. Se había reventado la burbuja.

Pero las burbujas representan también el aislamiento, la desconexión y el privilegio. Con la expansión de las redes sociales, los estudiosos de la comunicación de masas empezaron a advertir que los algoritmos generan compartimentos estancos de información. Burbujas. Cámaras de eco. Nos rodeamos de personas que piensan lo mismo que nosotros y procuramos noticias que confirmen lo que ya creíamos saber. Los buscadores nos devuelven resultados personalizados que ratifican nuestros sesgos. El debate ideológico queda eclipsado por una suerte de guerra banderiza donde alzamos nuestro pendón a toda costa y contra cualquier argumento foráneo.

La historia de las cámaras de eco es la historia política de las redes sociales, el escándalo de Cambridge Analytica, la influencia de Facebook en el referéndum del Brexit, la propaganda trumpista de Steve Bannon a través del big data y la irrupción de Elon Musk con el ariete electoral de X en las urnas estadounidenses. Pero algo se ha roto por el camino. Facebook aún se resiente de sus crisis reputacionales y lo que un día fue Twitter ha terminado enfangado en un albañal de bots, desinformación y algoritmos amañados. Con la victoria de Trump, hemos visto un éxodo de usuarios hacia los dominios de Bluesky, una red social que ya suma veinte millones de cuentas.

En el desconcierto de la estampida, algunas voces han objetado que es un error desatender X y regalar espacios en disputa a los muñidores de bulos. Pero si entendemos este movimiento en términos de capitulación, estaremos obviando que también las plataformas digitales se someten a su modo al ciclo de la vida. Que las empresas nacen, se reproducen y mueren lo mismo que cualquier bicho terráqueo. Los negocios dejan de ser rentables o sus clientes se aburren o maduran o se echan en brazos de nuevas modas. Uno abandona X igual que abandonó Messenger, Fotolog, Tuenti o el buscador de Terra. C’est la vie.

En una entrada de su blog, Cory Doctorow acuñó el concepto de mierdificación para referirse al patrón decadente que experimentan los espacios digitales. En un primer instante, las plataformas seducen y conquistan nuevos adeptos. Después, cuando disponen de un público amplio, los propietarios maximizan la extracción de beneficios a costa de empujar el producto hacia la muerte. Y la burbuja estalla. Es la consecuencia, dice Doctorow, de un modelo de negocio que hace de intermediario entre compradores y vendedores y los convierte en mutuos rehenes. En el trayecto hemos padecido un cambio de mentalidad. Quisimos usar las redes para aprovechar el tiempo con la gente que amamos y hemos terminado perdiendo el tiempo con la gente que nos odia.

En Blueskay hemos descubierto herramientas prometedoras que nos permiten escapar a la tiranía de la polarización. Hay bloqueos nucleares de perfiles indeseados. Podemos minimizar las dinámicas linchadoras de los tuits citados. No existen de momento los Trending Topics, eso que mi buen amigo Ander Rivero llama "la lista de fusilados". Nos dirán que Bluesky es una burbuja o una cámara de eco. Que las noticias falsas y los nazis de nuevo cuño se multiplican por mucho que escondamos la cabeza bajo la tierra. Que tenemos el deber de conocerlos. Que estamos en medio de una guerra cultural a la que hay que prestar permanente batalla.

Hace años que me alejé parcialmente de X. Entre otras cosas porque se había convertido en una cámara de eco de resonancias siniestras. Allí los fanáticos parecen más grandes de lo que en realidad son. El odio se multiplica a una velocidad impensable. No necesito demorarme en los ingeniosos tuits de @capitandelostercios o de @numerosaleatorios para conocer lo que piensa un fascista porque, de hecho, llevamos decenas de años escuchándolos en la burbuja de las televisiones. En los escaños del Congreso. En los cuerpos de policía. En los tribunales. Dejadnos tender cordones sanitarios allí donde lo permitan nuestras fuerzas. No es aislamiento; es autoestima colectiva.

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2024-11-20 19:00:42
<![CDATA[Otras miradas - ¿La ley era la trampa?]]> https://blogs.publico.es/otrasmiradas/88726/la-ley-era-la-trampa/ ¿La ley era la trampa?
Simbología franquista, a dos días del 20N, en el Cementerio de Mingorrubio, Madrid. Diego Radamés / Europa Press.

Hay cuentos y cuentos. Los redondos tienen moraleja y perduran en el tiempo porque enseñan, porque conmueven, porque nos dicen cómo somos. No son perfectos y entrañan los defectos de cada época. A ratos son crueles y asustan, pero suelen tener final feliz porque su objetivo es que aprendamos a vivir mejor, no a tirar la toalla.  

Natalia Junquera acaba de publicar uno que se titula "Nunca nos contamos lo que pasó" que nos interpela. Es un cuento para españoles aplicable a cualquier pueblo que haya vivido una guerra interna, a cualquiera que haya sido bueno y malo, a cualquiera. 

En su relato retrata a los mejores entre las víctimas, los verdugos, los delatores, los supervivientes y entre los que los buscan y los encuentran.  

De sus páginas se concluye que cualquier vida es sobre todo relato y que cada uno escribe el suyo sobre los renglones que le hayan tocado. Después está el relato del pueblo y ese sí que depende enteramente de cada uno: cada país escribe o no el suyo.  

Nosotros ya tenemos uno publicado en el Boletín Oficial del Estado.  

Hace pocas semanas la ley de memoria democrática cumplió dos años. En ella se aprobó lo necesario: exhumación de todas las fosas pendientes con dinero público, banco de ADN para guardar el de quienes se están muriendo en la espera, censo estatal de víctimas, salida de los benedictinos del antiguo Valle de los Caídos y resignificación del lugar tras concurso público, inventario de bienes incautados, listado de empresas que se beneficiaron de trabajos forzosos para repararlos, cierre de la Fundación Francisco Franco, sanciones por incumplimientos, etc.  

El papel, incluido el del BOE, lo sostiene todo. Lo que pasa es que los relatos de vida y los relatos de país no se escriben bien con letras sino con hechos.  

Los hechos relatan que desde su aprobación el Gobierno ha invertido 20 millones de euros en 600 actuaciones en las que se han recuperado 5.600 víctimas, pero no sabemos ni cuántas de ellas han sido identificadas ni cuántas siguen esperando a ser exhumadas.

El banco de ADN todavía no está listo; el censo nacional de víctimas, el inventario de bienes incautados y el listado de empresas que se beneficiaron del trabajo esclavo de presos republicanos, tampoco. Los benedictinos continúan custodiando, entre símbolos franquistas, el Valle y ni siquiera se ha convocado el concurso público para resignificarlo. La Fundación Francisco Franco permanece funcionando, el pasado 20N se volvió a celebrar el homenaje al dictador en la plaza de Oriente dónde lo hacen cada año. La multa de 10.000 euros que se impuso, en virtud de la nueva ley, por su organización, está recurrida en los tribunales, donde también irá a parar el cierre o no de la Fundación que lleva en el nombre la prohibida apología del franquismo, cuando se atrevan a cerrarla, si llegan a hacerlo.  

Así que el relato de este país es que seguimos posponiendo lo obvio, que seguimos sin ser capaces ni de cumplir la ley para hacer un mínimo de justicia, aunque solo sea poética. 

El relato de lo injusto se sigue imponiendo, su relato sigue ganando.  

Y, aunque hemos empezado a contarnos lo que pasó, todavía nos falta mucho.  

La pelea porque lo logremos da sentido a los que se cuentan que son justos; a los que hacen gimnasia con -como lo define Junquera- el único músculo del alma: la empatía. Ahora, aquí, muchos lo usan como lo usaron, en 1936, aquellos: ya no hay brigadas internacionales, pero entre los voluntarios que ayudan a exhumar a los desaparecidos, sigue habiendo gente de todo el mundo. 

Y es que los únicos tesoros tangibles son los afectos y hay quienes consiguen tenerlo presente a pesar de que todo pretende ocultarlo. Son lo único que perdura, lo que nos puede hacer llegar satisfechos a la meta común.  Los afectos solo brotan de la escucha, de la comprensión y del cuidado, de la piedad y del perdón, de la sinceridad y de las verdades mutuas.  

Dicho esto, este 20N, toca admitir que se hace más difícil querer a un país que no es capaz ni de pedir perdón, ni de tener piedad, ni de reconocer su crueldad.  

En "Nunca nos contamos lo que pasó" no salen los que siguen ganando porque se atreve a contar que en aquella guerra perdimos todos, incluidos ellos. En su historia no salen los despiadados porque es un cuento en el que los mejores imponen el mejor relato para reconciliarnos.    

Hoy volverá a haber muchas misas y muchas concentraciones de apología al franquismo, aunque tengamos una ley que las prohíba. Hoy, volveremos a tener que sentir vergüenza nacional porque este país sigue sin hacer memoria reconciliadora, sigue sin institucionalizar la reconciliación y la reparación mínima.   

Hoy volveremos a preguntarnos si las leyes, a veces, no son más que trampas. 

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2024-11-20 06:45:25 20N,franquismo,Marta Nebot,memoria histórica,ultraderecha
<![CDATA[Otras miradas - La agenda anti-Trump del G20]]> https://blogs.publico.es/otrasmiradas/88699/la-agenda-anti-trump-del-g20/ La agenda anti-Trump del G20
El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, da la bienvenida al presidente de China, Xi Jinping, a la cumbre del G20. Ricardo Stuckert/ Europa Press.
Puede que no figure en esa agenda laboriosamente trabajada por cientos de funcionarios en los últimos meses para lograr un resultado exitoso de la cumbre que el G20 celebra en Río de Janeiro, Brasil, los días 18 y 19 de noviembre. Pero tras la incontestable victoria de Donald Trump en las elecciones del 5 de Noviembre en EEUU, el qué hacer ante las políticas anunciadas por el líder republicano será, sin duda, el rey de los pasillos. Y no deja de ser una paradoja. Durante meses, han corrido auténticos ríos de tinta para señalar con el dedo a China alardeando de sus problemas y marcándola como fuente de inestabilidad para la economía mundial. Hoy parece la principal fuente de certeza y estabilidad. 

El G20 surgió a la raíz de la crisis financiera de 2008, con epicentro en EEUU y serios impactos en todo el mundo. Las intenciones eran buenas. No obstante, las expectativas se han quedado cortas, muy cortas si nos atenemos al sentido de aquel llamado del presidente francés Emmanuel Macron a "refundar el capitalismo". En aquel entonces, el G20 fue parte de una reacción global para evitar futuras crisis y garantizar la estabilidad. Hoy, a diferencia de entonces, el G20 tiene la posibilidad de ser parte de la prevención ante las turbulencias que se anuncian. 

Donald Trump, con su defensa a ultranza del proteccionismo y el unilateralismo, constituye la principal amenaza para la estabilidad global. Su invectiva: todos tienen que hacer sacrificios y pagar para que EEUU vuelva a ser grande. Unos en aranceles, otros en inversiones, otros en gasto militar. Por las buenas o por las malas, todos deberán, deberemos, contribuir. Mientras en Washington dicen defender el orden basado en reglas, se aprestan a una gran ofensiva para simplemente destruir todas aquellas que no le convienen.  

Así las cosas, lo que deben plantearse las economías del resto del mundo es si bajan la cerviz, aunque sea a regañadientes, y se alinean con sus dictados, o coordinan sus políticas para mostrar que es posible -y necesaria- otra manera de hacer las cosas. Ante un Trump más radical que ya en su primer mandato dio muestras de un profundo desprecio por el resto del mundo, incluidos los aliados más directos de EEUU, limitarse a esperar y ver, contemporizar o dejar que amaine el temporal que se avecina, puede derivar en importantes daños para el sistema económico global si, como se anuncia, hace saltar por los aires las cadenas de suministro, secciona el mundo tecnológico para poder reinar de forma absoluta, obstaculiza y se desentiende de la transición verde para frenar el calentamiento global y, en definitiva, insiste en empobrecer a los demás para poder usufructuar una abundancia excluyente.  

Este escenario, además, va a confluir con un importante nivel de inestabilidad en algunas potencias principales del mundo desarrollado, desde Francia a Alemania pasando por Japón. En la Unión Europea, la insuficiencia de la tradicional bisagra conservadora-socialdemócrata, en horas bajas, y el ascenso de los aliados del trumpismo en sus diversas expresiones de la derecha más radical puede agravar las contradicciones, extremando el debate entre la autonomía estratégica y el alineamiento euroatlántico. 

China en las antípodas 

China se afianza en las antípodas del planteamiento trumpista. De una parte, reconociendo las dificultades de su economía, en buena medida debidos al tránsito hacia el nuevo modelo de desarrollo y la necesidad de desactivar riesgos estructurales de larga data, y también como efecto de las tensiones geopolíticas que responden a la voluntad de hacer fracasar dicha transición. En los últimos meses, el gobierno ha dispuesto más y más medidas, primero para salir airosa del momento crítico; segundo, para no salpicar con sus problemas a terceros.  Es un principio de conducta que ya vimos en 1997 o en 2008. A estas alturas de la película, esa trayectoria, que abjura de cualquier oportunismo táctico, se erige en una referencia inevitable para discernir con quien se puede tratar racionalmente y con quien no.  

La apuesta de China por persistir en la apertura y fortalecer el multilateralismo, la insistencia en la cooperación y el diálogo como mecanismos para afrontar los retos y resolver las discrepancias, el reconocimiento de una multipolaridad que forma parte ya de la realidad sistémica global, etc. es el vocabulario con el que China y el presidente Xi Jinping se presentarán en esta cumbre del G20. Frente al anuncio de aranceles a tutiplén de Trump, China ha revalidado su compromiso de aranceles cero para las importaciones de los países menos desarrollados. 

¿Que harán las principales economías del G20 ante el escenario que se abre a partir del año próximo? ¿Mirar hacia otro lado? El apelo del presidente Joe Biden a los valores e ideales para alinearse con EEUU se antoja muy complejo, por no decir imposible, cuando su sucesor, el presidente electo Trump, los supedita con total claridad al reporte de beneficios inmediatos y cuantificables ¿En qué sustentar entonces el alineamiento? Y si esta es la hora de pensar en los intereses propios, como promueve sin tapujos ni miramientos Donald Trump, ¿cómo estarán mejor protegidos los intereses del conjunto de la economía global?  El ex director general de la Organización Mundial del Comercio, Pascal Lamy, interpeló a China para buscar consensos con otras potencias comerciales, como la Unión Europea, y formar un "frente unido contra el proteccionismo" de Donald Trump.  

Desafíos adicionales  

Son acuciantes los desafíos que afligen a la sociedad internacional y la aspiración de un desarrollo equilibrado que tenga en cuenta las dimensiones material, social, ambiental, cultural y política es ampliamente compartida. Las expectativas anunciadas a instancias de la primera economía del mundo abundan en los déficits del desarrollo y su implementación agravará la pérdida de confianza y la inestabilidad.  

La lucha contra la pobreza, el hambre y la desigualdad, el impulso al financiamiento climático y otras iniciativas multilaterales podrían verse trastocadas por el inminente regreso del presidente electo estadounidense Donald Trump a la Casa Blanca.Biden, con su visita a la Amazonia, ha querido evidenciar un legado positivo exhibiendo un historial de mayor compromiso en este orden que dificilmente sobrevivirá a otro mandato de Trump. Un empeño ensombrecido por su política incendiaria en guerras como Ucrania u Oriente Medio, donde no ha estado a la altura. 

El Sur Global ha logrado en esta cumbre marcar la agenda. No es debido solo a la presidencia de Brasil, claramente impulsor de asuntos ligados al desarrollo como también de soluciones políticas para algunas de las grandes crisis de los últimos años. Representa una evolución que se viene gestando en paralelo al incremento de la significación política de los países en desarrollo. Ese tándem Brasilia-Beijing continúa afianzándose e imagina un G20 que trascienda las consultas de emergencia para establecerse como referente de una gobernanza comprometida con un sistema económico más justo. 

Por responsabilidad histórica, la cumbre del G20 tiene ante sí la oportunidad de abanderar un cambio de paradigma que reconozca la evidencia de avanzar en la institucionalización de una gobernanza mundial cooperativa que atempere la era de incertidumbre inducida por Donald Trump. 

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2024-11-20 06:35:46
<![CDATA[Otras miradas - Ten familia numerosa, que se te pasa el arroz]]> https://blogs.publico.es/otrasmiradas/88674/ten-familia-numerosa-que-se-te-pasa-el-arroz/ Ten familia numerosa, que se te pasa el arroz
Imagen de X.
"¿Se te está pasando el arroz?". No, no es una pregunta culinaria como pueden imaginar. Es la que encuentras en una marquesina en Madrid. Es la campaña de la Asociación de Familias Numerosas. Le acompaña una imagen donde, en un sofá, un hombre y una mujer se dedican a cuestiones superficiales y se pierden todo lo que les aportaría tener hijos o hijas que aparecen dibujados de otro color como una ilusión. La imagen le retrata a él afanado, con una botella de vino en el suelo. Y a ella haciéndose un selfie y un gato negro a sus pies. Acompaña la siguiente frase: "algunas cosas, si se posponen, se pierden para siempre".

También tienen un vídeo con frases como "ojalá no te confundan, puedas formar una familia y que sea numerosa", bajo el eslogan "te la están colando". Y de ahí que repitan frases como "si crees que tu pareja tiene que ser perfecta... te la están colando", "si los hijos los quieres más tarde porque ahora toca viajar... te la están colando". "¿que antes tienes que comprar una casa?... te la están colando", que dices no tener tiempo para nada pero sí para salir con amigos o el gimnasio... "te la están colando", y que mientras te decides "se te está pasando el arroz". El vídeo acaba con el posado feliz de una familia con 14 hijos e hijas.

No hay nada en contra de la maternidad y paternidad deseada, ni contra las familias numerosas. Pero con esta campaña dirán que si no estamos de acuerdo con lo que dicen es que "nos están colando" ese pensamiento de excusas para no cumplir con nuestra misión biológica. Y así esto tiene más pinta de que nos han colado una tanda de machismo con clasismo y toque de ideología extra. Y no me refiero solo a este anuncio. Pero... por partes.

Lo primero, el machismo. Parece que se olvida que la que se queda embarazada somos nosotras, las mujeres. Y frente a las que quieran ser madres de 14 hijos hay que respetar a las que quieran serlo solo de uno, de ninguno, o a la que quiera pero no pueda. No hay mensaje más cruel para una mujer que no pueda ser madre que ver por la calle o en el metro un cartel que le diga "se te está pasando el arroz" y la idea de que te vas a quedar sola en la vida. Como si tener más hijos fuera felicidad y compañía garantizada hasta la vejez. Como si la familia no fuera también, en ocasiones, foco de peleas o maltrato, también de hijos a hijas hacia sus madres o padres. Por supuesto, no se habla nada de las derivadas de la maternidad: el impacto del embarazo o la maternidad en el trabajo, problemas de salud, el riesgo del parto (que parece que esto es coser y cantar) o la conciliación.

Lo segundo, el clasismo. Claro, no se habla de la situación económica de la pareja, como si esto no fuera determinante en tener una familia numerosa. Por cierto, que solo aparecen parejas heteros en el anuncio. Otras realidades no se contemplan. Pero volvamos al clasismo, porque no se mantienen a cuatro, cinco, seis o catorce hijos del cielo. Pero frente a reivindicaciones necesarias, en el anuncio el mensaje se vende es que la vivienda, querer disfrutar de la juventud, tener un sueldo mal pagado, o no llegar a fin de mes, son excusas baratas. Que la culpa la tienes tú. Que la verdad, a algunas no nos genera culpa de nada y el arroz puede quedarse ahí el tiempo que quiera.

Y todo esto me lleva al punto 3, la ideología. Esto puede parecer una campaña aislada pero hace días ya escribí sobre este tema, por un artículo en prensa. Y no he dejado de ver cómo esta idea ha flotado sin parar en estos años en el gran Estados Unidos. Para muestra, la campaña de Trump o los ataques a Harris por no tener descendencia. Sin hacerles mucho spoiler, les cuento una escena del documental "Las mujeres de la ultraderecha". Un padre preside una mesa, la madre a su lado y varias hijas e hijos más. Entre ellas, una hija adolescente con miles de seguidoras en redes sociales por sus discursos para que las "mujeres vuelvan al hogar", bajo el glamour de Instagram. El padre inicia la conversación diciendo que "cuando monten el pollo de ‘el poder de las mujeres’, les ignoramos, porque el hombre es el jefe de la casa". La madre responde que siempre quiso casarse porque quiere ser dirigida por el hombre como "líder divino". Y el padre define a su hija como "estupenda cocinera, guapa" y que su tarea es "ser madre y esposa porque cree en un libro que le da una buena visión del mundo, Las Escrituras". 

Pues sí, todo esto es el año 2024. Hace meses dijo el presidente del Gobierno una verdad: "No nos engañemos. No es realista pensar que España va a recuperar la tasa de 1980. Ningún país desarrollado del mundo lo ha logrado. Muchos jóvenes no tienen hijos porque no quieren. Debemos aprender a respetar eso". Pero viendo las campañas, el avance de la ultraderecha desde EEUU y los planes de familia impulsados desde algunas formaciones conversadoras parece más que quieren convencernos para volver a casa solo a parir y a cuidar. Porque ese era el orden natural de las cosas. Cuidado que empezamos promocionando a una inocente Roro por la tele y acabamos con la versión 2024 de la Sección femenina. El arroz no se nos ha pasado, pero lo que sí parece es que todo esto tiene más de viaje o al pasado o a una distopía. Como nos descuidemos acabamos como un anuncio del Nodo o un capítulo El cuento de la criada. 

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2024-11-20 06:25:50
<![CDATA[Punto de Fisión - Mike Tyson contra el tiempo]]> https://blogs.publico.es/davidtorres/2024/11/20/mike-tyson-contra-el-tiempo/ Mike Tyson contra el tiempo
Tyson y Paul en el cartel promocional de su combate en Netflix
La madrugada del pasado sábado en Arlington, Texas, Mike Tyson regresó al cuadrilátero para protagonizar una parodia de combate frente a un youtuber, Jake Paul, nacido en 1997, el mismo año de su segunda y lamentable derrota ante Evander Holyfield, cuando terminó descalificado tras morderle la oreja. Más de treinta años separan a uno y otro contendiente y otros veinte desde que Tyson no subía a un ring: demasiado tiempo como para esperar un milagro. Todos los expertos coinciden en que la pelea -pactada a ocho asaltos de dos minutos en lugar de los tres reglamentarios- fue de principio a fin una pantomima en la que el viejo campeón se limitó a alzar los brazos, recibir puñetazos, caminar por la lona y mordisquear su guante izquierdo como si fuese otra oreja.

También he leído por ahí explicaciones más esotéricas, como que Paul no quiso tumbar a Tyson, o peor aún, que el viejo campeón se contenía cuando su rival abría la guardia porque la pelea estaba amañada. Aparte de los 58 años que carga encima, Tyson venía de superar una úlcera que el pasado junio le hizo perder once kilos de peso y recibir ocho transfusiones de sangre. No parecía encontrarse en las condiciones idóneas para enfrentarse a un veinteañero en plenitud física, aunque se tratase de un bocazas que, allá en los ochenta, seguramente no habría pasado de los treinta segundos antes de aterrizar de boca en la lona.

Algunos esperábamos un fenómeno paranormal como el que, en noviembre de 1994, ocurrió en el casino MGM Grand Las Vegas de Nevada cuando, contra todo pronóstico, un cuarentón llamado George Foreman derribó al campeón mundial Michael Moorer de un derechazo fulminante en el noveno asalto. Moorer -un púgil infinitamente más duro, hábil y peligroso que Jake Paul- dominaba la pelea desde el primer minuto, bailando y acorralando a un Foreman fatigado que parecía merecer más que nunca el mote con que lo bautizó Muhammad Alí: "la Momia". Fue entonces cuando, pese a los gritos desesperados de su entrenador, Moorer se confió, atreviéndose a entrar en un cruce de golpes contra un monstruo de pegada legendaria: el puñetazo que lo envió a la lona apenas fue una extensión del codo a los nudillos. Foreman tenía 45 años, sí, pero llevaba un impresionante rodaje de combates desde su retorno en 1987, frente a rivales tan poderosos como Gerry Cooney, Alex Stewart o Evander Holyfield.

Por pura casualidad -y espero que no sea también profética- el retorno de Tyson se entrecruza con la publicación de Nieve negra, la vuelta a los ruedos de Roberto Esteban, mi boxeador de ficción que fue campeón de Europa del peso medio, se retiró después de una derrota terrible en México D. F. y se dedicó a pegar palizas por encargo. Creo que la novela negra es uno de los grandes inventos literarios del pasado siglo, pero a estas alturas no acabo de creerme lo del detective solitario a lo Sam Spade o Philip Marlowe, menos aun al policía, ese tipo uniformado que, como decían en La jungla de asfalto, cuando menos te lo esperas, se pone de parte de la ley.

En Nieve negra, la tercera novela de la saga, Roberto Esteban se ve envuelto al mismo tiempo en una guerra de bandas y en la búsqueda de un despiadado asesino de niñas cuyo rastro va desde la Riviera Maya hasta el corazón de la sierra madrileña. Está tan viejo como yo o como Tyson, medio cojo desde que le destrozaron la rodilla al final de Niños de tiza y medio sordo como siempre, pero aun tiene fuelle suficiente para enfrentarse a lo que sea. En cierto modo, Esteban es un modelo a escala de Tyson, un chaval de barrio abocado al crimen a quien el boxeo salvó durante un tiempo de la simple violencia callejera. Cuando Cus D’Amato lo encontró en un reformatorio juvenil, Tyson era una bestia intratable de trece años atado con cadenas a un radiador y con 38 arrestos a sus espaldas.

Por desgracia, D’Amato murió antes de que Tyson consiguiera el título de campeón mundial de los pesados. De haber seguido bajo su tutela paternal, en vez de bajo la tenebrosa batuta de Don King, quizá Tyson hubiese logrado dominar al demonio que llevaba dentro. Lo de menos fue su derrota en Tokio frente a un púgil del montón, James Buster Douglas, sino su larga y aparatosa caída desde el pedestal a la cárcel, convicto de violación, y su metamorfosis en la caricatura que aparece en la primera entrega de Resacón en Las Vegas. Allá por los noventa, se compró una pareja de tigres albinos con los que solía retozar en su mansión y una vecina que un día se acercó a acariciarlos acabó perdiendo un brazo. El sábado, gracias a Netflix, ganó veinte millones de dólares para su jubilación, quizá porque el cuadrilátero, aunque transformado en teatro, es el único lugar donde aún puede ser Mike Tyson.

 

 

 

 

 

 

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2024-11-20 06:20:29
<![CDATA[Viñetas - Los prejuicios]]> https://blogs.publico.es/vinetas/2024/11/20/los-prejuicios/ ]]> 2024-11-20 05:15:52 <![CDATA[Dominio Público - ¿Elecciones en 2025?]]> https://blogs.publico.es/dominiopublico/65880/elecciones-en-2025/ La reforma fiscal necesaria y ambiciosa que pretende la izquierda a la izquierda del PSOE es imposible en estas circunstancias parlamentarias, y lo saben, como lo sabe cualquier ciudadano/a que sepa contar (diputados, en este caso). Pretender que Junts y PNV aprueben medidas, como mucho, socialdemócratas que afecten a las grandes empresas de este país (energéticas y banca, sobre todo) sugiere una utopía que nadie se creyó cuando una mayoría progresista y/o plurinacional (es importante el "y/o") respaldó la investidura de Pedro Sánchez tras las elecciones del 23 de julio de 2023. Seamos realistas para evitar decepciones: la mayoría que dio luz verde al Gobierno PSOE-Sumar responde únicamente a ser alternativa a otra mayoría, la de un PP echado al monte trumpista (como decíamos ayer) con un Vox de la catadura centralista-franquista-neofascista-ultracatólico-putinista-trumpista... , con todo lo que eso conlleva de machismo, misoginia, xenofobia, homofobia, negacionismo y retroceso al Paleolítico, en general.

Junts y PNV, con todas sus diferencias entre ellos (bastantes), no son PP ni Vox, pero mucho menos son izquierda o, tan siquiera, socialdemocracia. Sus prioridades, más allá de lo territorial, son claras: libre mercado en lo económico, protección de grandes capitales y mano más ancha en lo social que Partido Popular y Vox (aborto, eutanasia, lucha contra la violencia machista, etc.). Por eso, como recordaba Josep Cuní este martes en RNE, durante el procés independentista, se hacía tan increíble ver a CUP, ERC y Junts de la mano en 2017 y alrededores. ¿Cómo pretendían ejecutar la independencia de Catalunya, en su caso (ninguno con esta derecha estatal), con bases ideológicas tan alejadas y pese a una indiscutible mayoría parlamentaria, ergo, democrática? El quid de la cuestión, porque ahora, es la competencia electoral feroz entre izquierda (ERC) y derecha (Junts) independentistas en Catalunya la que marca profundamente la legislatura.

Es lógico que el debate parlamentario se incruste irreconciliable en una mayoría de investidura tan heterogénea, pero sería más positivo que el fondo de esta controversia permease pedagógica en una ciudadanía que está harta de escuchar solo los reproches y el ruido entre partidos. La economía es ideología y una reforma fiscal es la sal de cada ideología: todo se resume ahí, así que quien pretenda vender una reforma fiscal de izquierdas, socialdemócrata, progresista, con esta configuración parlamentaria nos toma por idiotas; otra vez.

Seamos serias, porque hay dos opciones: por un lado, aceptar que con estas mayorías no hay reforma fiscal progresista que valga, esto es, con una redistribución consistente y proporcional de la riqueza para mantener unos servicios públicos potentes; que se trata de aprobar lo que pide Bruselas para recibir la financiación europea, y unos Presupuestos para 2025 de mínimos, sin alharacas, que permitan continuar la legislatura con la compleja mayoría. La otra opción, ya lo saben, es convocar elecciones el año próximo para buscar esa mayoría progresista que sí permita la reforma fiscal que este país necesita, además, en un contexto internacional muy complejo; lo que viene siendo nada más y nada menos que convencer a la gente de la necesidad de una alianza plurinacional y de izquierdas. Lo demás es escenificación y sobreactuación partidista y la gente está muy harta de un teatro que, en las actuales circunstancias, solo alimenta al monstruo de la antipolítica.
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2024-11-19 22:28:02 Ana Pardo de Vera,junts,podemos,presupuestos,reforma fiscal
<![CDATA[Otras miradas - La dana y el diluvio de mentiras]]> https://blogs.publico.es/otrasmiradas/88662/la-dana-y-el-diluvio-de-mentiras/ La dana y el diluvio de mentiras
Decenas de personas durante una vigilia solidaria con los afectados por la DANA, en Madrid. -Mateo Lanzuela / Europa Press.

Las trágicas consecuencias de la reciente dana, que han afectado fundamentalmente a la Comunidad Valenciana, además de a otros puntos de nuestro país, nos llevan a pensar que, además del peligro al que nos someten estos fenómenos meteorológicos, estamos también sometidos a otro tipo de monstruosidades como son la difusión de mentiras y bulos que, lejos de aliviar el dolor de las víctimas y de hacernos conscientes de nuestra responsabilidad en las causas del calentamiento global, provocan una bronca absolutamente vergonzosa que desplaza el foco de atención y nos abocan a seguir aumentando los peligros de un medio ambiente alterado y enfurecido por la estupidez y la idiocia humana. 

Mientras el planeta entero se ve amenazado y castigado por el cambio climático, este peligro se hace aún más grave cuando se siguen negando las causas que lo provocan, y cuando se apela al argumento de que estos desastres se han producido siempre y nada podemos hacer por evitarlos. 

La tragedia de la dana y sus más de dos centenares de muertos se vuelve aún más trágica cuando estas víctimas y las de quienes, aún salvando la vida, lo han perdido todo, son usadas como arma arrojadiza en el tablero político; cuando la cuestión se desvía por el primer partido de la oposición, con espúreos fines electoralistas, hasta poner en peligro la propia estabilidad del futuro gobierno de la Unión Europea; cuando se impone el todo vale con tal de evadir responsabilidades; cuando los pseudomedios inventan mentiras constantes para conseguir audiencia o se dedican a hacer numeritos bochornosos delante de las cámaras, para incrementar el morbo y la confusión; cuando la pseudopolítica y sus agentes contaminan la convivencia con mentiras y cuando las redes sociales se atiborran de una basura que aumenta la desinformación y fomenta el calentamiento no solo climático, sino el de la propia sociedad, que asiste, día a día, al aumento de una crispación que solo beneficia a un radicalismo y un fanatismo creciente. 

Hablar del tiempo era, hasta hace poco, considerado como propio de una conversación intrascendente, un tema del que tirar para acabar con un silencio incómodo.  

En el taxi o el ascensor, cuando uno no sabía de qué hablar, y con el fin de evitar entrar en debates incómodos, se echaba mano de la climatología como una buena opción para salir del paso. Hablar del tiempo era tanto como hablar de nada. A nadie parecías molestar si hablabas de sequías o del exceso de frío o de calor. El tiempo era apolítico y a nadie comprometía opinar sobre él. 

Esto ha dejado de ser así y la cuestión climática es un asunto eminentemente político, además de muy espinoso. Hoy en día hablar de temperaturas, lluvias y danas se ha convertido en una cuestión que puede acabar llevándonos a discusiones acaloradas o a dejarnos congelados ante la desfachatez y la ignorancia de quien niega que los fenómenos extremos puedan estar provocados por las prácticas contaminantes del ser humano. Se corre, por lo que se ve, hasta el peligro de ser amenazado de muerte. 

Mientras la comunidad científica del planeta lleva décadas desgañitándose, intentando hacernos conscientes del peligro que corremos, los conspiranoicos climáticos no dejan de inventar sandeces para rebatirles. La ultraderecha internacional se esfuerza día a día en contaminar con su discurso incendiario la posibilidad de un debate sosegado, que fructifique en acuerdos que conduzcan a encontrar soluciones. 

El contumaz empeño de los negacionistas en no reconocer lo demostrado en los estudios de los más prestigiosos científicos e instituciones, resulta a estas alturas muy peligroso. A las danas meteorológicas se une ahora una dana creciente de mentiras, bulos y propuestas políticas, que pretenden convertir los datos aportados por la investigación científica en un complot marxista a escala mundial. 

El reciente triunfo de Donald Trump y la composición de su gobierno, empezando por Elon Musk, dueño y señor de la gran plataforma de la desinformación y el odio, o el nombramiento de Chris Wright, negacionista climático convencido, como Secretario de Energía, alguien que no parece que vaya a dudar en apoyar el uso y el abuso de los combustibles fósiles y del fracking, augura una época oscura en la lucha contra el cambio climático. 

Sobre todo, por el efecto contagio que provocará en sus seguidores y admiradores en todo el planeta. Los 'trumpistas' de todo el mundo, en su versión 'bolsonarista', 'mileinista' o 'ayusista', replicarán su discurso envalentonados, porque acogerse a los argumentos científicos ya no es garantía de éxito en las urnas y resulta más rentable inventar majaderías con tal de llamar la atención del electorado y hacerse pasar por defensor de una libertad muy mal entendida. 

Que el rey midas de las mentiras y los bulos vuelva a sentarse en el despacho oval es todo un aliciente para los lunáticos de todo el orbe, para esos impulsores de bulos que, lejos de defender a las víctimas de estos desastres, optan por la desinformación y la intoxicación informativa antes que por escuchar la voz de quienes verdaderamente son expertos en cuestiones medioambientales.  

Tampoco ofrece mucha tranquilidad el hecho de que las negociaciones climáticas que tienen lugar estos días en Bakú, en el seno de la COP29, estén poniendo el foco en la financiación necesaria para provocar un cambio efectivo en el calentamiento global, (los expertos proponen pasar de los 100.000 millones, fijados en el Acuerdo de París,  al billón de dólares anuales). En un mundo en el que el dinero y el rendimiento económico se valora más que el bienestar y la seguridad de las personas, sobre todo la de las más desfavorecidas, hace pensar que esas teorías que torpedean el discurso científico están orquestadas desde los grandes poderes económicos. 

Hablar del tiempo hoy no parece, por tanto, un asunto baladí ni intrascendente y demostrado está que nos estamos jugando la vida.    ]]> 2024-11-19 19:00:46