Posos de anarquía

El marketing anti-Maduro del Premio Sajarov

Hoy se entrega el Premio Sajarov a la oposición venezolana. Hay muchas personas que consideran una incongruencia que el Parlamento Europeo otorgue este premio a los Capriles, Ledezma y compañía, pero tiene todo el sentido del mundo. ¿Por qué? Porque estos premios -como casi todos- hay que analizarlos con cautela. A fin de cuentas, quien lo otorga es la misma entidad que subasta a los refugiados entre los países de la Unión Europea (UE) como pescado en una lonja, abandonándolos después a su suerte -o a la de Turquía-, mientras luce con casposa jactancia su Nobel de la Paz y su Princesa de Asturias de la Concordia.

El Premio Sajarov reconoce la libertad de conciencia algo que no se puede atribuir precisamente a la oposición venezolana. Buena parte del error viene del hecho de que la UE considera a dicha oposición como un todo, como un único conjunto. No es la primera vez, ya en la guerra de Siria, la UE creyó que los rebeldes era un grupo homogéneo, los financió y los armó y terminó por reforzar al ISIS, que se entremezclaba en esas filas.

La oposición venezolana no es homogénea, aunque tengan muchos denominadores comunes. La mejor prueba de ello es que, ni siquiera ha conseguido esta unida para recibir un Premio que se ha confeccionado por parte de los poderes de la UE como una labor de marketing contra el Gobierno de Maduro. Tras el enfrentamiento de los dos representantes que iban a recoger el premio y alteraron todo el protocolo, el presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, y el exalcalde de Caracas, Antonio Ledezma, ahora ambos han suspendido la mayor parte de las entrevistas comprometidas con los medios de comunicación. Ahí va una buena ración de libertad de conciencia.

Se tiende a pensar que porque el Gobierno de Maduro deje mucho que desear, la oposición es mejor por ello. Lo uno no implica a lo otro. ¿Hemos olvidado cómo Leopoldo López urgió a la turba a un motín violento? ¿Obviamos cómo se organizó una mesa de paz a la que Capriles y los suyos no quisieron acudir? ¿Nos resistimos a recordar que el referendum contra la Constituyente que organizó la oposición estuvo a la altura de la legalidad del que tuvo lugar el 1 de octubre en Catalunya, con recuento sin auditoría y pruebas de vontantes repetidos? No todo vale.

Parece claro que la UE sí obvia todo esto porque sus poderes tienen claro que un Gobierno venezolano conducido por neoliberales como los que controlan el Viejo Continente siempre será mejor que lo que un día quiso ser el Socialismo del siglo XXI. A fin de cuentas, los líderes opositores venezolanos tienen eso en común, su tinte neoliberal, sus fortunas tejidas con la especulación y sus turbias relaciones con el capitalismo depredador. Por eso, quizás, se llevan también con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, máximo defensor de los paraísos fiscales.

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