Dominio público

Gaza: tras el drama

Bernard Kouchner

MIGUEL ÁNGEL MORATINOS, BERNARD KOUCHNER Y FRANCO FRATTINI

06-11.jpgEl mundo entero se sorprendió ante las consecuencias trágicas que el operativo militar israelí desarrolló, en aguas internacionales, contra el convoy marítimo de la Flotilla de la Libertad. El balance humano es inadmisible. Nada podría justificar el uso de tal violencia y, por ello, nuestros países lo condenaron inmediatamente.

Tras el drama y la vuelta a Europa de nuestros compatriotas, ha llegado el momento de analizar y reflexionar sobre los profundos motivos de esta tragedia. Las causas del apresamiento del Mavi Marmara tienen un nombre, uno solo, y lo conocemos perfectamente: Gaza.
El origen se encuentra en la voluntad intransigente de hacer respetar el bloqueo adoptado en 2007 tras el golpe de Estado de Hamás contra la Autoridad Palestina, de la misma manera que la operación Plomo Fundido y su insoportable cascada de dolor fue desencadenada por los incesantes lanzamientos de misiles sobre el sur de Israel. El año pasado, como en la noche del 30 al 31 de mayo, Israel decidió recurrir a la fuerza para alcanzar sus objetivos políticos y de seguridad.

Debemos salir hoy de esta lógica puesto que, si no, otros dramas, otras tragedias, aparecerán, y no tendrán otro resultado que el refuerzo de Hamás y del resto de enemigos de Israel en la región, la desestabilización de los moderados de ambos bandos y un mayor aislamiento político de Israel.

¿Cómo?

El 1 de junio, el Consejo de Seguridad se pronunció esbozando las tres vías con las que debemos comprometernos.
La investigación, en primer lugar: es indispensable y deberá ser imparcial, transparente y conforme a las normas internacionales. Debemos estar atentos para no repetir los errores cometidos tras la entrega del informe Goldstone, cuyo seguimiento fue instrumentalizado por el Consejo de Derechos Humanos y que dedica lamentablemente la mitad de sus resoluciones a condenar a Israel. Ciudadanos turcos y estadounidenses han sido víctimas de esta operación; la investigación tendrá por tanto, obligatoriamente, un componente internacional, como ya lo ha propuesto el secretario general de las Naciones Unidas. Apoyamos estos esfuerzos.
El levantamiento del bloqueo, en segundo lugar. Desde los primeros momentos, subrayábamos que la situación de Gaza no era sostenible. A través de esta expresión, retomada por el Consejo de Seguridad al día siguiente, queremos decir que debemos asegurar mejor las necesidades humanitarias de la población de Gaza, ahogar la economía mafiosa de los túneles, pero también aportar garantías de que esto no vendrá acompañado por un recrudecimiento del tráfico de armas y del flujo de grupos terroristas a Gaza. Es, de hecho, lo que se estipula en la resolución 1860, adoptada al día siguiente de la guerra de Gaza y que el Consejo de Seguridad ha llamado, hace unos días, a poner en práctica íntegramente y no selectivamente. Esto conlleva, por supuesto, la liberación sin dilación de Gilad Shalit, hecho que no olvidamos.

En el ámbito humanitario, Tony Blair había sugerido pasar de una lógica de prohibición del suministro a Gaza, salvo excepciones, a una lógica de autorización general excepto para productos prohibidos. ¿Por qué no retomar esta idea para demostrar rápidamente que se puede mejorar la situación?

La Unión Europea dispone ya de una misión civil in situ, que estaría preparada para ser desplegada simultáneamente en los puestos fronterizos de Karni y de Rafah, que unen Gaza con Israel y Egipto. Para garantizar la plena seguridad de los suministros, proponemos que se establezcan inspecciones sostenidas y financiadas por la Unión Europea bajo condiciones aceptables para todos, de modo que se pueda asegurar que los cargamentos con destino a Gaza no contienen armas ni explosivos. Un régimen parecido podría además aplicarse a los cargamentos con destino a Gaza, por ejemplo, a través del despliegue de equipos europeos de control en Chipre. Estos distintos dispositivos no se pondrían en práctica más que en un contexto de reducción muy sustancial de las restricciones para la importación y la exportación desde y hacia Gaza.

Una solución duradera supone también el pleno regreso de la Autoridad Palestina a Gaza y la reintegración de este territorio en una lógica de paz. Se debe seguir apoyando los esfuerzos de Egipto a favor de la reconciliación entre Fatah y Hamás, tras la iniciativa del presidente palestino, Mahmud Abbas.

Por último, queda lo esencial: la reactivación del proceso político entre israelíes y palestinos. Esta tragedia no debe crear las condiciones para una nueva escalada de la violencia, no sólo en Oriente Próximo sino también en Europa, donde se desatan pasiones. La amplitud de las protestas internacionales demuestra que Israel no es beneficiario de impunidad alguna. ¡Cuánto nos gustaría que otros dramas suscitaran la misma reprobación!

El presidente palestino, Mahmud Abbas, que se desplazará a Europa en unos días, ha anunciado que, a pesar de todo, las negociaciones continuarán. ¡Pongámonos a la altura de la valentía política demostrada por la dirección palestina! Deseamos que dichas negociaciones permitan abordar rápidamente el estatuto final. Por su lado, Europa, que el pasado 8 de diciembre adoptó un texto fuerte y ambicioso sobre la definición de un futuro acuerdo, debe avanzar junto con las partes, en línea con la mediación norteamericana, para la construcción y el reconocimiento de un Estado palestino que viva en paz y en seguridad junto a Israel.

Miguel Ángel Moratinos es ministro de Asuntos Exteriores de España

Bernard Kouchner es ministro de Asuntos Exteriores de Francia

Franco Frattini es ministro de Asuntos Exteriores de Italia

Ilustración de Jordi Duró

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