Dominio público

Los planes de igualdad: herramientas contra la brecha y la crisis

Laura Berja

Portavoz de Igualdad del Grupo Socialista

Esther Peña

Portavoz de Trabajo del Grupo Socialista

Una mujer protegida con mascarilla montada en un autobús público en Pamplona. E.P./Eduardo Sanz
Una mujer protegida con mascarilla montada en un autobús público en Pamplona. E.P./Eduardo Sanz

"Una mujer debe tener dinero y una habitación propia para escribir novelas". Virginia Woolf en 1929, en el ensayo Una habitación propia, proponía de esta manera tan ilustrativa toda una agenda política para la emancipación de las mujeres.

La falta de perspectiva igualitaria en la amalgama de normas que articulan el mercado de trabajo y el arraigo de los estereotipos y roles de género provocan una división sexual del trabajo que condena a las mujeres a brechas en los salarios y en las condiciones de trabajo. Esta realidad que sufrimos las mujeres nos relega a tener muchas dificultades para tener nuestra habitación propia, y si la tenemos es alquilada, más pequeña y de mucho menos valor que la de los varones.

La pandemia de la COVID 19 ha mostrado las debilidades estructurales de nuestro mercado de trabajo, también en las cuestiones de desigualdad entre mujeres y varones. La pandemia no solo ha agravado las condiciones de partida en las que las mujeres tenemos que desenvolvernos, sino que también encontramos grandes diferencias en función del sexo en los datos tanto de destrucción de empleo como de recuperación del mismo, una realidad que constata que las mujeres siempre salen peores paradas de las crisis.

En junio de 2020, los datos de la seguridad social nos mostraban que, de los 948.000 puestos de trabajo destruidos entre marzo y abril de ese año, fruto de la paralización de la economía tras el estado de alarma, la seguridad social recuperó de mayo a junio 285.000 afiliados a la seguridad social. Se recuperaba por entonces un tercio del trabajo que se había perdido pero el propio Ministro de Inclusión, Seguridad social y Migraciones, José Luis Escrivá, afirmaba que la recuperación no estaba llegando de la misma forma a mujeres y hombres y así mientras la recuperación del empleo de los varones se situaba en un 42%, el de las mujeres lo hacía en un 14,6% de los puestos de trabajo.

Esta diferencia en la recuperación de empleo responde a cuestiones que tienen que ver con la segregación horizontal, con las diferentes ocupaciones que realizan mujeres y hombres, las mujeres están más representadas en los sectores más afectados por las restricciones, sectores como la hostelería o los cuidados; pero también con la vulnerabilidad que las mujeres sufren en el mercado de trabajo.

Salir de esta crisis sin dejar a nadie atrás ha sido una de las máximas del Gobierno de coalición progresista liderado por el presidente Pedro Sánchez. La hoja de ruta la estableció el partido socialista en el gobierno en solitario en 2019, cuando la Vicepresidenta Carmen Calvo impulsó el proyecto de ley de Real Decreto-ley 6/2019, de 1 de marzo, de medidas urgentes para garantía de la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en el empleo y la ocupación.

Este decreto daba respuesta a diversas reivindicaciones de los sindicatos, especialmente de las compañeras que defienden la igualdad laboral entre mujeres y hombres en las organizaciones sindicales. Una de las medidas de esta iniciativa del gobierno socialista, versaba sobre la exigencia de la redacción de planes de igualdad a las empresas de 50 o más trabajadores, creando la obligación de inscribir los mismos en el registro. Vinculada a esta medida, se reforzaba la definición del tipo infractor correspondiente al incumplimiento de las obligaciones empresariales relativas a los planes y medidas de igualdad.

Según UGT, el desarrollo de los planes de igualdad en las empresas supone un instrumento muy importante para analizar la situación de mujeres y hombres en el mercado de trabajo. La obligatoriedad de negociar con los sindicatos representativos en la empresa proporciona una información fundamental en el diagnostico salarial que permite abordar dar la brecha de género y temas fundamentales como la corresponsabilidad, la promoción, la formación o el acoso sexual o por razón de sexo. El Real Decreto 901/2020, del 13 de octubre, por el que se regulan los planes de igualdad y su registro y se modifica el Real Decreto 713/2010, del 28 de mayo, sobre registro y depósito de convenios y acuerdos colectivos de trabajo, es otro paso de gigante para la implementación, el desarrollo y el control de los planes de igualdad. El reglamento de estos planes prevé la constitución de una comisión de seguimiento que es imprescindible. En el camino de seguir mejorando el aterrizaje de las medidas igualitarias a la realidad de las trabajadoras el siguiente hito podría ir dirigido a que vinculados a los planes de igualdad se cree la figura de la delegada o delegado sindical de igualdad con el fin de garantizar el cumplimiento de las medidas de igualdad en el centro de trabajo. Sería un importante avance disponer de personal que hiciera seguimiento continuado del plan y garantizase su aplicación en todas sus medias.

Los retos en materia de igualdad laboral entre mujeres y hombres se han multiplicado en pandemia; hemos descubierto las trampas del teletrabajo para las mujeres; la precariedad derivada de la crisis que nos afectará de manera más virulenta; la corresponsabilidad en tiempos de pandemia es un imposible. Sin embargo, la garantía de poder enfrentarlos y ganarle la batalla a los virus de la Covid19 y del machismo, pasa por gobiernos con compromiso feminista y con conciencia de clase. El Gobierno de España ha evidenciado con hechos que la igualdad entre mujeres y hombres es una prioridad política de la agenda de reconstrucción.

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