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A Feijóo, Sánchez, Abascal, Díaz y Belarra se les ha subido un gemelo

Sato Díaz

Los ciclistas cruzan la meta de la tercera etapa de la Itzulia Basque Country 2024 (Vuelta al País Vasco 2024), entre las localidades de Ezpeleta (Francia) y Alsasua (Navarra). EFE/Villar López
Los ciclistas cruzan la meta de la tercera etapa de la Itzulia Basque Country 2024 (Vuelta al País Vasco 2024), entre las localidades de Ezpeleta (Francia) y Alsasua (Navarra). EFE/Villar López

No es el más hermoso, tampoco el más exigente. Entre los puertos de montaña de Euskadi, el Urkiola es, eso sí, mítico para quien ama el ciclismo. En el centro de la comunidad autónoma vasca, esta subida de 713 metros de desnivel que asciende desde Durango al Santuario que da nombre al puerto, suele convertirse en una serpentina multicolor. El pelotón ciclista se deshilacha conforme avanza la subida. Este 21 de abril, los partidos políticos de ámbito estatal disputan también una grandísima etapa: Sánchez, Feijóo, Díaz, Abascal y Belarra suben al Urkiola.

Para PNV y EH Bildu, lo de este domingo no es una etapa más, es una final. Ser el primero en el podio de la Itzulia es una cuestión primordial para las dos partes. El duelo entre jetzales y abertzales nunca estuvo tan igualado, a bastante distancia del pelotón. El PNV podría perder la hegemonía, siempre fue la fuerza más votada en unas autonómicas al Parlamento Vasco. Un sorpasso de EH Bildu indicaría un cambio de ciclo político en Euskadi, aunque no llegue a gobernar, pues el PNV tiene mucho más fácil llegar a pactos con otras fuerzas. Ahí está la verdadera disputa de estos comicios.

Pero no es la única, también están en juego otros premios secundarios, de menor escala. Para el PSOE de Pedro Sánchez, un buen resultado y mantenerse en un gobierno de coalición con el PNV es el objetivo. Tras el descalabro en la carrera gallega de febrero, el partido tiene que empezar a remontar posiciones frente a unas derechas que van en cabeza. Actualmente cuenta con 10 diputados en Gasteiz. Su marca más baja fue en 1980, con nueve representantes socialistas; la más alta, un total de 25 escaños en 2009. Una bajada de los dos dígitos no será una buena noticia para Ferraz, donde ansían el agua de mayo, de Catalunya. Esperan a su salvador, Illa.

Se comenta que los tracking internos no están augurando buenos resultados para el socialismo vasco, que ve cómo algunos de sus votantes miran con simpatía la papeleta de EH Bildu. Aquí estaría la explicación a la beligerancia con la que la escuadra de Eneko Andueza ha confrontado estos últimos días con el candidato abertzale, Pello Otxandiano, que evitó calificar a ETA como banda terrorista en una entrevista en la Cadena SER. Las malas lenguas ven una coordinación PRISA-PSOE en esta recta final de campaña vasca contra los abertzales. El domingo por la noche quedará claro si este tema es relevante para la ciudadanía vasca o si el giro de la campaña en la recta final, revolviendo a ETA, solo ha existido, otra vez, en la cabeza de algunos medios de Madrid.

El Urkiola es un puerto complicado para el PP, a quien se le dan mejor las etapas en el altiplano de la meseta. Su mejor cifra, los 19 asientos en el Parlamento Vasco de 2001; la peor marca histórica del PP fue, por el contrario, la pasada legislatura, cuando obtuvo solo seis diputados en coalición con Ciudadanos. También en el 1990 obtuvo el mismo resultado, seis escaños, en aquella ocasión corría en solitario la escuadra liderada por Jaime Mayor Oreja. La derecha españolista se presentó en 1984 en dos listas con las marcas Alianza Popular y CDS, ambas lograron dos representantes en Gasteiz; cuatro años antes, la UCD logró seis, y AP, dos. No debería tener muy difícil Javier de Andrés mejorar el resultado de hace cuatro años, lo que Feijóo vendería, sin lugar a dudas, como una victoria que sumar a la racha de su PP.

Los ultras de Vox tan solo han conseguido representación durante esta legislatura. La tierra de Santiago Abascal no le quiere, no vota ultraderecha nacionalista española. Amaia Martínez pedalea para revalidar su escaño, para lo que no ha dudado en buscar bulla ora contra independentistas, ora contra personas migrantes, durante la campaña electoral. Que el Vox de Abascal se quede fuera de este parlamento será una mala noticia para él y los suyos, que no consiguieron entrar en febrero tampoco en el Pazo do Hórreo, la cámara gallega. Vox no pasa por un buen momento. Sin embargo, espera cambiar de marcha en las elecciones europeas, arrastrado por el viento de cola del continente, donde las opciones ultras e iliberales ganan cada vez más peso en un mundo demasiado convulso.

La izquierda confederal va dividida en dos escuadras, Sumar y Elkarrekin Podemos y de este modo tienen más complicado hacerse la cobertura para ascender al Urkiola. En la legislatura que concluye, Elkarrekin Podemos conservaba seis corredores. La mejor marca la logró ocho años atrás, en 2016. Entonces, con Pili Zabala como cabeza de cartel, lograron 11 representantes en el hemiciclo de Gasteiz. Previamente, la mejor marca la obtuvo la Ezker Batua de Javier Madrazo en 1994, con seis. La izquierda alternativa no tuvo representación en Euskadi en las elecciones de 1984, 1986, 1990 o 2011. En 1980, el PCE tan solo obtuvo un diputado.

Yolanda Díaz necesita que Sumar entre en el Parlamento, lo contrario supondría un nuevo batacazo tras la debacle de Galicia. Esto dejaría al proyecto, que celebraba su asamblea fundacional hace tan solo un mes, lesionado de gravedad. Quizás incapaz de poder incorporarse, de nuevo, a una carrera de élite. La avería podría no tener solución.

En Podemos, la situación es más grave todavía. Ione Belarra sueña con que su equipo llegue a la meta volante de las europeas para que Irene Montero logre plaza en Bruselas y Estrasburgo. En Galicia, pincharon las dos ruedas, tan solo obtuvieron un 0,2% de los votos; en Catalunya, no se presentan a la carrera. Sumar y Podemos mantendrán su particular competición, muy intensa. Si Podemos adelanta a Sumar en el Urkiola, un terremoto tambaleará la izquierda alternativa, con fuertes réplicas en Madrid. Las encuestas no han sido claras, durante esta campaña, en este sentido. Este domingo se despejarán muchas dudas. Un ciclista espera en la cuneta, se le ha subido un gemelo.

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