Dominio público

Cuando Sumar no suma y Podemos no puede

Sato Díaz

Jefe de Política de 'Público'

Estrella Galán, tras conocer los resultados de las europeas del 9J. / Alberto Ortega (Europa Press)
Estrella Galán, tras conocer los resultados de las europeas del 9J. / Alberto Ortega (Europa Press)

"Por el bien de todos, primero los pobres". Hace solo una semana Claudia Sheinbaum ganaba las elecciones presidenciales en México. Se convertía en la primera mujer en llegar a lo más alto de la república mexicana, la primera en dirigir un país de Norteamérica. La Cuarta, por lo tanto, continúa con una marcha inquebrantable y el programa de avances sociales impulsado desde el Zócalo por Andrés Manuel López Obrador en los últimos años se profundizará si la presidenta electa cumple con sus compromisos. "Un gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo", prometía Sheinbaum con la gran catedral de fondo, haciendo un guiño a las luchas indígenas y zapatistas.

Los comicios de México supusieron una gran victoria para la izquierda global en un momento de grandes retrocesos en el mundo. Siete días después, los resultados de los comicios europeos muestran un horizonte oscuro para el viejo continente. El avance de la ultraderecha marca un nuevo hito este domingo, lidera ya un puñado de países europeos, su influencia se multiplica por todo el planeta, y la reacción se convierte ya en la tercera fuerza política del Europarlamento pese a que, de momento, los partidos de este espectro siguen divididos en dos grupos. En noviembre, será el momento de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, una victoria de Donald Trump supondría otro peligrosísimo vuelco en la hegemonía mundial favorable a las posiciones ultras. El 2024 se está sembrando un terror que podría ver la luz en 2025.

Las opciones progresistas en Europa sufren otro retroceso. Los verdes son los que peor parados salen en el parlamento repartido entre Bruselas y Estrasburgo; The Left sigue menguando en la Eurocámara y los socialdemócratas no aguantan la mirada a los 'populares'. Esta regresión tiene que ver con una derrota cultural que se viene engrasando desde hace años y que está muy relacionada con una incapacidad de las izquierdas de imaginar otro mundo posible, alternativo al neoliberalismo, al individualismo. Esta crisis imaginativa se multiplica a la hora de dar, precisamente, respuestas a las cuestiones que el mundo plantea en materia de política internacional. Las izquierdas llevan décadas sin tomar la delantera en este ámbito.

Esta carencia teórica se ve en muchas ocasiones acompañada de errores organizativos. La socialdemocracia sigue, al menos, estructurada en partidos fuertes en muchos países; las izquierdas alternativas, no, al menos en Europa. En el Estado español, la situación es paradigmática. La izquierda alternativa se cuenta hacia el exterior, en gran medida, por sus batallas internas, las cuales consumen la mayor parte de la energía de este espacio político. Sus apariciones mediáticas suelen estar copadas por las discrepancias de matiz y por las disputas en muchas ocasiones personales.

El PSOE olió sangre a su izquierda hace meses, tras el descalabro de las gallegas, y no suelta la presa. En Ferraz ven el espacio en descomposición a su izquierda como un caladero de votos. Por ello, frente a unas derechas y ultraderechas que cada vez suben más el tono político, Pedro Sánchez usa un discurso más izquierdista. El resultado es que el espacio a su izquierda, a nivel estatal representado por Sumar y Podemos, va disminuyendo, mientras el PSOE sobrevive la embestida de las derechas, cuyo bloque supera al de los partidos progresistas.

Mientras, hay otra tendencia que se consagra en el Estado. Los soberanismos de izquierdas de las naciones sin Estado (Catalunya, Euskadi y Galicia) siguen siendo alternativas cotizadas en sus respectivos territorios. La candidatura Ahora Repúblicas mantiene sus tres escaños aunque baja porcentualmente. La debilidad de ERC se ve sostenida por la fortaleza de EH Bildu, el aguante del BNG y el aporte de MES en Illes Balears. Ahora Repúblicas ha quedado este domingo por delante de Sumar y Podemos en una circunscripción estatal.

Podemos ya no es lo que fue, pero ha conseguido resistir la ola de los últimos meses tan favorable a Sumar y que casi se lleva al partido morado por delante. Los resultados de Galicia y Euskadi fueron desastrosos y en Catalunya la formación no concurrió el pasado mayo, poniendo todas sus energías en estas europeas. La candidatura de Irene Montero (secundada por Isa Serra) ha hecho una campaña buena, focalizando los mensajes en cuestiones muy concretas que apelaban a la ciudadanía: la paz, el feminismo y Palestina. Podemos ha logrado crear alrededor de Canal Red una comunidad de pensamiento y de fieles que en estas elecciones ha demostrado que el partido tiene suelo. El desastre de Sumar le sitúa, de nuevo, como un actor de relevancia en el menguado espacio de la izquierda alternativa confederal. Podemos sigue vivo.

El proyecto de Sumar sale de estas europeas tocado, casi hundido. La confluencia de fuerzas políticas tan dispares como IU, Compromís, Más Madrid, Equo o Comuns no logra despegar, y eso que no ha culminado su nacimiento formal a falta de la segunda parte de la asamblea constituyente de otoño, la cual queda pendiendo de un hilo. Una serie de malas decisiones del equipo liderado por Yolanda Díaz han llevado al proyecto a un punto en el que cuesta ver hacia dónde se encamina en este momento, una vez que logró en julio de 2023 ser una pata indispensable para frenar, junto al PSOE, un Gobierno de derecha y ultraderecha. Los partidos integrados en Sumar tomarán posiciones a la interna en las próximas semanas tras el batacazo de este domingo. No vendrán semanas fáciles para el grupo dirigente de este proyecto.

Tiempo habrá para analizar con más detalle estos resultados. Sumar no suma, Podemos no puede. La izquierda europea no es capaz de crear la alternativa que está obligada a crear en un mundo que se desvanece. Las izquierdas españolas, que hace una década ilusionaban con tambalear el tablero político español, están en claro repliegue. Por eso es importante hablar de México. Porque hay faros para alumbrar el tunel, oasis para atravesar el desierto. "Un gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo".

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