Ecologismo de emergencia

Lo llaman educación ambiental y no lo es

Alberto Vizcaíno López

Alberto Vizcaíno

Lo llaman educación ambiental y no lo es

Es la panacea para todos los problemas del mundo: educación y concienciación ambiental. Cualquier documental, reportaje, artículo, noticia, estrategia de gestión... recoge que podemos resolver los problemas relacionados con el creciente consumo de recursos a base de educación ambiental.

El problema del impacto que causan los plásticos de usar y tirar en nuestra sociedad, nuestros ecosistemas y nuestra salud no podría ser menos ¿Que las aves marinas mueren de inanición porque se sacian con tapones de plástico que no alimentan sus cuerpos? Concienciación ¿Que las tortugas quedan atrapadas en restos de plástico? Educación ambiental ¿Que se encuentra plástico en la orina y en las heces de cualquier persona? Sensibilización ambiental.

Y no me cabe duda de que es necesaria más y mejor educación ambiental. Que aumentar la conciencia ambiental de las personas nos ayudará a construir una civilización capaz de atender sus necesidades de forma más sostenible y consecuente con los límites del planeta que habita. Pero, ¿hasta dónde podemos llegar con la educación ambiental? ¿Quién y cómo tiene que hacerla? ¿Analizamos un caso relacionado con los residuos de envases de usar y tirar?

Lo llaman educación ambiental y no lo es

En este ámbito destaca el papel de Ecoembalajes España, S.A. (Ecoembes). El sistema integrado de gestión de residuos de envases ligeros tiene entre sus funciones la realización de actividades de sensibilización y concienciación ambiental. ¿Cómo? Mediante distintos convenios, que incluyen a las administraciones competentes en la recogida de gestión de residuos.

Así, el Convenio de Colaboración suscrito entre el Ayuntamiento de Madrid y Ecoembes, para la gestión de residuos de envases, se incluye el desarrollo de acciones comunicación y sensibilización para incrementar la separación en origen de envases. Para el año 2018, se ha destinado una partida por importe máximo de 500.000 euros para llevar a cabo una campaña en grandes medios con objeto de concienciar y sensibilizar ambientalmente así como para fomentar y mejorar la separación selectiva de residuos de envases. La propuesta realizada por Ecoembes y acordada por las partes se corresponde con la incorporación de la campaña Recicla y respira en el Ayuntamiento de Madrid.

Esta campaña, "respira y recicla", se basa en hacer creer al ciudadano medio que depositando 6 latas de aluminio en el contenedor amarillo puede contrarrestar la cantidad de emisiones generada por el tubo de escape de un vehículo con motor de combustión durante 10 minutos de funcionamiento ¿De qué manera ayuda esto a resolver alguno de los problemas ambientales relacionados con la contaminación atmosférica o los residuos de envases de usar y tirar?

Analizando los datos de la estrategia de residuos que el Ayuntamiento de Madrid ha sometido a información pública podemos comprobar que los contenedores amarillos de la ciudad solo tienen capacidad para recoger el 16% de las 435.877 toneladas de residuos de envases que tiran las personas que viven en Madrid. A pesar de ello, los contenedores amarillos recogen el 15% de los envases ligeros. Con el 85% restante, el que los ciudadanos no pueden depositar en estos contenedores amarillos, porque no cabe, las plantas de clasificación consiguen llegar hasta un total de un 34% de recuperación de materiales reciclables.

¿Cómo podríamos mejorar esa cifra? Educación y concienciación ambiental. Pero... por mucho que eduquemos a las personas que tiran sus residuos en Madrid, el límite está en que sólo tenemos contenedores amarillos para recoger el 16% de todos los residuos de envases. ¿Qué tal si ampliamos esa capacidad de recogida y habilitamos medios para recoger selectivamente las 435.877 toneladas de residuos de envases de los madrileños?

En la misma estrategia se recoge que la capacidad de recogida de envases viene asesorada por Ecoembes. Es decir, el sistema integrado de gestión de envases propone al Ayuntamiento una ratio de contenedores por habitante que no sirve para llegar al 100% de la recogida de residuos de envases que Ecoembalajes España, S.A. debería estar financiando. El resultado directo es que la recogida y gestión del 85% de los residuos de envases en Madrid se financia por sus ciudadanos. A pesar de que la legislación dice que la recogida y gestión corresponde a quienes ponen en el mercado esos productos que con su uso se convierten en residuos.

¿Cómo llegamos hasta aquí? Con una cuidada estrategia de propaganda. En el Plan Estratégico 2016-2020 de Ecoembes podemos encontrar la respuesta: "Ser el referente de una sociedad responsable en el cuidado de su medio ambiente a través del reciclado, trabajando de forma eficiente, transparente e innovadora, con el compromiso y la colaboración de ciudadanos, administraciones y empresas". Y funciona, en 2017, "Toda esta estrategia de combinar varias campañas y el tono de las mismas han hecho posible que, según nuestro estudio Brand Scope en 2017, se consiga pasar de un 30% a un 37% en conocimiento espontáneo en cuanto a entidades dedicadas al reciclaje, ocupando la primera posición."

Sin embargo, en el lado de la recogida, Ecoembalajes España, S.A. solo plantea aumentar en un 20% los contenedores amarillos y azules. Todavía muy lejos de cubrir el volumen necesario para llegar al 100% de los residuos de envases.

El problema, desde el punto de vista de la educación ambiental, es que el reciclaje es la última de las tres erres. Antes están Reducción y Reutilización. Palabras que no llegan al modelo de gestión de residuos de envases ni a las campañas de sensibilización y concienciación ambiental. Porque, en el caso que nos ocupa, el Ayuntamiento de Madrid invierte un presupuesto de 500.000 euros en mejorar la imagen de marca de Ecoembes. ¿Cuánto destina a campañas de sensibilización para la reducción del consumo de envases de usar y tirar? ¿A buscar formas de recogida de residuos que favorezcan la reutilización de envases?

El problema no está solo en las administraciones competentes, 164 entidades locales se han sumado a la campaña "Recicla y respira", aportando recursos públicos a la estrategia publicitaria de Ecoembalajes España, S.A. El problema llega a los colegios.

Muchos pondríamos el grito en el cielo si Coca – Cola entrase a la escuela a explicarle a nuestros hijos qué bebidas deben elegir para acompañar el menú escolar. Pero, gracias a su posicionamiento de marca, a nadie le sorprende que Ecoembes entre a imponer el Reciclaje, la última de las tres erres, como el modelo de gestión de residuos. De su memoria anual: "Continuamos así mismo desarrollando proyectos icónicos como "La Música del Reciclaje", "Recycling  Market", "Camino de Santiago", la moda sostenible, "Upcycling the Oceans", "Educa en Eco" o "Los Profes Cuentan". Igualmente hemos comenzado a trabajar en un proyecto de educación —Naturaliza— que busca introducir el medio ambiente como una competencia dentro del currículum escolar."

Así están las cosas. El sistema que debería hacerse cargo del 100% de los residuos de envases sólo cubre un 16%. Con el dinero que se ahorra posiciona su marca para convertirse en un referente. Hasta el punto de que las administraciones públicas regalan recursos de todas las personas para que Ecoembalajes España, S.A. pueda seguir desarrollando su estrategia de marca.

¿Educación y concienciación ambiental? Mientras los expertos de la ONU nos urgen a tomar medidas drásticas contra el cambio climático, se nos anestesia con un mensaje erróneo sobre la capacidad de compensar las emisiones de nuestro vehículo privado depositando envases de usar y tirar en el contenedor amarillo.

Sí, seguro que necesitamos más educación ambiental. En forma de capacidad para diferenciar la propaganda de la información. Con herramientas para descartar la desinformación y centrar la toma de decisiones en las prioridades que nos ayuden a conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

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