Antes de viajar a Pekín, vi que una de las jornadas que no me podía perder era la de hoy. El calendario atlético preveía pruebas en las que las probabilidades de ver a algunos españoles en las finales eran altas. Tras la magistral carrera de Mayte Martínez en el Mundial de Osaka, esperaba verla en Pekín luchando por las medallas. Este invierno, Mayte fue operada de una fascitis plantar.

La recuperación fue más lenta de lo debido, lo que provocó la renuncia a la cita olímpica. ¡Una pena! No obstante, me quedaba la opción de ver a los hombres de los 3.000 metros obstáculos. Las entradas en reventa me costaron caras, 170 euros, pero estando aquí qué menos que hacer el esfuerzo y pagar una pasta gansa por ver a atletas que han conseguido medallas internacionales y que en los últimos cuatro años han estado en todas las finales.

La desilusión llegó en las series clasificatorias. No sé el motivo, pero tanto Eliseo como Blanco y Palomeque no mostraron su calidad y no lograron pasar el corte.

Acostumbrados a verles corriendo y saltando a la estela de los africanos, hoy sólo habrá un mero invitado. Famiglietti, el único blanco que se ha metido en la final, es un yanqui que veremos desentonar

La vulnerabilidad de los atletas españoles viene precedida de un bajón en su rendimiento en esta temporada. Ni más ni menos que diez segundos más que sus mejores registros. El panorama se presenta incierto en esta disciplina, ya que los antes citados empiezan a entrar en años y deberán dejar paso a una nueva generación de especialistas que, aunque atesoran calidad, están muy lejos de esto.

Ahora, añoramos a Luis Miguel Martín Berlanas, un atleta infravalorado pese a sus grandes actuaciones. Un Domingo Ramón en cuarta posición o un Berlanas quinto en unos Juegos peleando con los africanos, es algo que no sé si volveremos a ver.

Hoy es un buen día para ir de compras o para presenciar otro deporte. Incluso para ponerme fuera del estadio y revender las entradas. También puedo envainármelas y tragarme toda la jornada para ver la semifinal de Josephine Onya en 100 metros vallas. Hablando de envainármela, Gebreselassie sí corrió ayer los 10.000. Al menos, como predije, mordió el polvo. Sólo  pudo ser sexto.