Firmas Olímpicas

Yelena y sus principios

Cuando se es fiel a unos principios, si estos son consistentes y constructivos, al final suele haber premio. Muchos nos quedamos estupefactos cuando Yelena Isinbayeva cambió de entrenador y manager hace dos años, precisamente cuando estaba en lo más alto de su carrera y batía récords mundiales cualquier día y en cualquier lugar que se lo proponía.

Yelena ha pasado dos años con un preocupante estancamiento en su rendimiento que nos hacía pensar que se había equivocado con el cambio que hizo entonces, pero cuando hemos sabido de ella por mi amiga Naroa, ya nos dijo que era una apuesta a medio plazo y que iba a tener resultados este mismo año.

También me dijo Naroa que, a pesar de que Yelena emana cierto tufo a estrella mediática, fuera de las pistas era una auténtica profesional y que pocos españoles seríamos capaces de aguantar un ritmo de vida tan espartano como el que ella lleva. Y más teniendo en cuenta que será el/la atleta en activo con mejor cuenta corriente en la actualidad.

Por eso digo que ha sido fiel a sus principios, en este caso el de ser mejor todavía cuando ya lo era; preparada para hacer historia y dejar solucionado el futuro de los numerosos descendientes que promete gracias a una
ambición fuera de lo común.

A todos nos gustaría poder reflejarnos en gente así, pero cuando luego te pones a ello, te olvidas de los sacrificios tan increíbles y duros que hacen a diario estos humildes campeones. Incluso nos asustan a gente ya muy acostumbrada de por sí a los renuncios y al dolor diario que suponen practicar el deporte de élite.

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