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Fairchild Semiconductor: una máquina de innovación y un legado irrepetible

Ignacio Mártil
Catedrático de electrónica de la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Real Sociedad Española de Física

Tras mostrar los orígenes de Fairchild Semiconductor y las innovaciones tecnológicas que cambiaron la industria microelectrónica, en este artículo describo la andadura de la empresa en la década de 1960 y el gran legado que dejó, que se prolonga hasta el día de hoy.

Fairchild Semiconductor: una máquina de innovación y un legado irrepetible

Las mujeres fueron el pilar de la cadena de producción de Fairchild Semiconductor en sus primeros años de existencia

1. La tecnología MOS llega a Fairchild

A lo largo de la década de 1960, la empresa siguió innovando en numerosas áreas importantes de la tecnología de semiconductores, además de la invención del circuito integrado (CI), que ya vimos en un artículo anterior. Los científicos de Fairchild, dirigidos por Bruce Deal, Andy Grove y Ed Snow, fueron pioneros en la producción de transistores MOSFET de comportamiento fiable, el dispositivo hegemónico de la electrónica actual. Otro científico de Fairchild, Frank Wanlass, patentó en 1963 la estructura CMOS (MOS complementario), que supuso un enorme impulso a la tecnología de chips.

Los Laboratorios de Investigación de la empresa RCA fueron pioneros en la producción de CI basados en tecnología CMOS, bajo el nombre comercial COS/MOS, destinados a aplicaciones de muy bajo consumo, primero en el sector aeroespacial y más tarde en aplicaciones comerciales. El microprocesador COSMAC 1802 de RCA de 1975 fue el precursor de millones de procesadores de control de motores construidos para los automóviles Chrysler.

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Izquierda: publicidad de los primeros circuitos CMOS fabricados por RCA. Derecha: Imagen principal de la patente de Wanlass del CMOS


Hacia 1962, muchos fabricantes desarrollaron versiones integradas de circuitos analógicos sencillos, pero su aceptación en el mercado fue limitada. Recién salido de la universidad, el joven diseñador Robert Widlar trabajó con el ingeniero de procesos Dave Talbert para concebir el primer circuito integrado analógico de uso generalizado, el amplificador operacional Fairchild µA709 en 1965 y estableció un mercado masivo para los dispositivos analógicos y una unidad de negocio muy rentable para Fairchild. La versión mejorada de David Fullagar, el µA741, sigue produciéndose hoy en día como el CI analógico más popular de todos los tiempos.

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Imagen tomada por microscopía óptica del µA741

Cuando los CI comenzaron a incluir miles de transistores, los ordenadores que los incorporaban se empezaron a utilizar para optimizar el proceso de diseño de los CI, en una suerte de "círculo virtuoso". A partir de 1966, un grupo de científicos de Fairchild, encabezados por Jim Koford, Hugh Mays, Ed Jones y Rob Walker, trabajaron en los primeros programas de diseño asistido por ordenador para aplicarlos al diseño de los CI, cada vez más complejos. Fairchild también creó una unidad para fabricar memorias basadas en semiconductores, pero nunca fueron capaces de competir en pie de igualdad con su "empresa sucesora" más importante, Intel Corporation, que empezaría su andadura en el mundo de los chips con la primera memoria basada en semiconductores, el i3101. No obstante, en la década de 1970, Fairchild se convirtió en una empresa dominante en el sector de los dispositivos de memoria de alta velocidad, destinados a empresas de superordenadores como Burroughs y Cray.

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El superordenador Cray 1 utilizaba 65.000 chips RAM de alta velocidad fabricados por Fairchild como memoria principal.

 2. El comienzo de la globalización: Fairchild se traslada a Asia

Fairchild fue la primera empresa estadounidense de fabricación de CI en trasladarse a Asia, instalando en Hong Kong una fábrica en 1964. Dos años después, esa fábrica empleaba a 5.000 trabajadores frente a los 3.000 de la original de California. El éxito de Fairchild atrajo a otras e inició un movimiento de la industria de alta tecnología consistente en desplazar sus principales centros de producción a la región Asia-Pacífico, lo que inició la deslocalización industrial, antesala de la era de la globalización.

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Planta de Fairchild en Hong Kong en 1965, con el logotipo de la empresa "Flying F" (F voladora), visible en la fachada del edificio. El edifico estaba junto a la pista del aeropuerto de Hong Kong, de manera que el logotipo era visto por todos los que llegaban o salían en avión. Resultó ser un gran éxito publicitario de la empresa

Para llegar al mayor público posible, el 10 de octubre de 1967, Fairchild compró tiempo de emisión en 32 cadenas de televisión de EE. UU. El uso de la televisión, el medio de comunicación por excelencia, para promocionar productos de alta tecnología es habitual hoy en día, pero en la década de 1960 era excepcional. Una agencia de publicidad californiana desarrolló programas publicitarios muy agresivos para Fairchild, ya que hasta ese momento "nadie había intentado vender tecnología como si fuera detergente".

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 Línea de fabricación de Fairchild Semiconductor en San Rafael, California, en 1960

3. La leyenda de Fairchild

Según el periodista Michael Malone, "Fairchild Semiconductor fue una empresa legendaria, quizá la colección más extraordinaria de talento empresarial jamás reunida en una empresa de nueva creación. Si Fairchild tenía una cultura corporativa, sólo podía describirse como la encarnación de la volatilidad... jóvenes ingenieros y vendedores brillantes que trabajaban largas jornadas y salían de fiesta largas noches...". Además, en medio de todo ello, se las arreglaron para inventar el circuito integrado, el producto que define el mundo de finales del siglo XX y del actual siglo XXI.

El estilo de gestión que surgió de allí aunaba elementos revolucionarios y novedosos en aquel momento: juventud, inexperiencia, pasión, una mezcla diversa de inmigrantes de Europa y Asia, tolerancia al riesgo y una férrea disciplina. Todo ello dio lugar a una fórmula que se reprodujo en todo Silicon Valley, a medida que los empleados de Fairchild se fueron incorporando a las "empresas sucesoras" como AMD (Advanced Micro Devices), Intel y National Semiconductor, posteriormente a Apple, Atari, Netscape, Sun y, de ahí, a Cisco, Facebook, Google, Nvidia y un largo etcétera. A medida que la rentabilidad de las inversiones en alta tecnología se hacía más evidente, las relaciones simbióticas entre empresarios y banqueros se convirtieron en una fraternidad de capital riesgo. La entrada en ese ecosistema de capital que entendía de tecnología, combinada con una cultura agresiva y de asunción de riesgos, convirtió a Silicon Valley en uno de los centros más vibrantes del mundo de formación de nuevas empresas y creación de puestos de trabajo bien remunerados.

A finales de la década de 1960, la división de semiconductores se enfrentaba a graves problemas para introducir nuevos productos y satisfacer la creciente demanda de los clientes. Como explicó Gordon Moore:

"Fairchild llegó a ser una empresa de 150 millones de dólares y unos 30.000 empleados a finales de los años sesenta. Era una empresa bastante importante cuando terminamos. Pero las cosas empezaron a deteriorarse, en parte, creo, porque estaba controlada por una empresa de la Costa Este... También habíamos cometido un gran número de errores y habíamos desperdiciado oportunidades por el camino. Fue una excelente formación en el puesto de trabajo, pero probablemente haya una forma más eficaz de formar a los empresarios que dejarles cometer todos los errores. Afortunadamente, los buenos productos compensan muchos de los problemas de una organización y creo que eso fue lo que ocurrió en nuestro caso."

En octubre de 1967, una recesión del sector y la pérdida de cuota de mercado de CI a favor de Texas Instruments provocaron que la división perdiera dinero por primera vez desde su fundación. Después de que Moore y Noyce se marcharan para fundar Intel y de que todos menos uno de los fundadores y muchos empleados veteranos abandonaran la empresa, en 1968 llegó un nuevo equipo de antiguos ejecutivos de Motorola dirigido por C. Lester Hogan para dar un giro a la empresa. La nueva dirección siguió innovando en tecnología de semiconductores y productos como los generadores de imágenes CCD, pero las incursiones en productos de consumo, como relojes digitales y videojuegos, tuvieron menos éxito. Aunque los ingresos crecieron sustancialmente bajo la nueva dirección, la empresa nunca recuperó su rentabilidad y prominencia anteriores.

El conglomerado francés de servicios petrolíferos Schlumberger compró la empresa en 1979. Incapaz de recuperar su fortuna, Schlumberger vendió los activos a National Semiconductor en 1987. Diez años más tarde, National se desprendió de una serie de líneas de productos maduros en una compra apalancada a un grupo de ejecutivos con sede en las instalaciones de South Portland, Maine. Reviviendo el nombre de Fairchild, la nueva empresa aumentó sus ingresos, antes de ser adquirida por ON Semiconductor en 2016.

En 1968 se hizo una traza del linaje de empresas sucesoras de Fairchild, del que resultaron 15 empresas instaladas en Silicon Valley, dedicadas a la producción de semiconductores. En la actualidad, son más de 100 las empresas que pueden rastrearse hasta Fairchild y valen más que el PIB de la India (800.000 millones de euros). Este linaje se puede ver en "The Trillion Dollar Startup", una exposición situada en el vestíbulo del Computer History Museum. Un mural representa a la empresa como si fuera las raíces y el tronco de un gigantesco árbol, cargado de una cosecha de empresas que abarcan seis generaciones de Silicon Valley, desde los semiconductores hasta las redes sociales.

Fairchild Semiconductor: una máquina de innovación y un legado irrepetible

The Trillion Dollar Startup, el vestíbulo del Computer History Museum en 2017

 4. A modo de conclusión

Fairchild no fue la primera empresa tecnológica de éxito del entorno de Silicon Valley que tuvo un impacto significativo fuera de la región. Ejemplos anteriores se dieron a principios del siglo XX con la fundación de la pionera en comunicaciones inalámbricas Federal Telegraph, a la que siguieron Litton, Hewlett Packard, Ampex y otras. Pero sin lugar a duda, Fairchild fue única por la magnitud de sus contribuciones a la era de la electrónica y al auge de Silicon Valley.

Gracias a los "ocho traidores", con la fundación de Fairchild se sembró el germen de Silicon Valley. Los propios fundadores de Fairchild, sus ingenieros y directivos fundaron otras empresas (En 1968, Moore y Noyce decidieron abandonar Fairchild Semiconductor para afrontar un nuevo proyecto también vinculado al mundo de los semiconductores: Intel Corporation) y convirtieron la zona en el epicentro de la tecnología microelectrónica.

Un mal jefe (William Shockley), ocho disidentes que deciden montar su empresa, emprendedores que deciden seguir su camino y se genera un ecosistema, inversores que ven oportunidades y las apoyan, etc. Fairchild, y después Intel, Apple, Google y así hasta más de 100 empresas herederas. Todo gracias a esos "ocho traidores". No parece un mal legado.

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