Otras miradas

¿Bloqueo informativo o desinformación? Al Sahara Occidental, todo aplica

Abdulah Arabi

Representante del Frente Polisario en España

Abdulah Arabi

Representante del Frente Polisario en España

Abdulah Arabi

Campamento de refugiados saharauis . EFE
Campamento de refugiados saharauis . EFE

Brahim Ghali, presidente de la República Árabe Saharaui Democrática y Secretario General del Frente POLISARIO asiste a la toma de posesión del presidente de Mauritania, Mohamed Ould Sheikh Al-Ghazouani.

Leído así, considerando la amplia relación diplomática existente entre ambos países, puede que se pregunten "¿Y bien?, ¿Dónde está la noticia?" Sin embargo, a quien escribe estas líneas, la imagen de su llegada a la capital mauritana le ha recordado a la publicación realizada hace unas semanas por Doña María del Pilar Rangel Rojas en la cual afirmaba, entre otras cuestiones, que "El presidente de #Mauritania, Mohamed Ould Cheikh al-Ghazouani, advirtió a los dirigentes del Frente Polisario (el gobierno del disputado Sáhara Occidental) contra la violación de la soberanía de Mauritania y la invasión de su territorio".

Si se lee el texto íntegro, en el mismo se evidencia claramente la intencionalidad de crear confusión, desinformar y, en definitiva, aquejar las excelentes relaciones de vecindad entre Mauritania y la RASD.

Además, se intenta (sin éxito alguno) establecer una relación, -inexistente, por cierto-, entre los hechos mencionados y las declaraciones del presidente mauritano respecto de la integridad territorial, seguridad y estabilidad (por supuesto respetada y defendida por el pueblo del Sahara Occidental). También cuestiona, mediante insinuaciones, el posicionamiento de Mauritania en lo que se refiere al Sahara Occidental.

Por ello, habida cuenta de episodios como este, considero que la lucha del pueblo saharaui por su autodeterminación e independencia enfrenta, desde un punto de vista informativo, dos grandes retos. Por una parte, el bloqueo informativo al que está sometida, ejemplificado de manera muy evidente, en todo lo referido a la guerra que se vive en el Sahara Occidental desde el 13 de noviembre de 2020 (como consecuencia de la agresión del ejército marroquí a un grupo de civiles saharauis que se manifestaban en la ilegal brecha de El Guerguerat); y la grave situación que sufre la población civil saharaui en los territorios ocupados, ante las vulneraciones sistemáticas de los Derechos Humanos, cometidas por parte de las fuerzas de ocupación marroquíes.

Por otra parte, a esta impuesta opacidad informativa, recientemente se le ha unido un fenómeno global que, por supuesto, también ha alcanzado al Sahara Occidental: la desinformación.

A este respecto, en el caso particular que nos atañe, conviene recordar que de los tres países con los que el Sahara Occidental comparte frontera, con el único con el que tiene una relación conflictiva (consecuencia obvia de la ilegal ocupación sufrida por el pueblo saharaui desde 1975) es con Marruecos. La RASD mantiene excelentes relaciones de vecindad tanto con Argelia como con Mauritania, siendo estas repúblicas sumamente solidarias con el pueblo saharaui y sensibles a la lucha por la autodeterminación e independencia.

Además de lo anterior, se obvia la firma del acuerdo de alto al fuego entre Mauritania y el Frente POLISARIO en 1979, así como el reconocimiento de la República Árabe Saharaui Democrática en 1984 o las numerosas visitas oficiales llevadas a cabo en el marco de una sólida relación diplomática.

Asimismo, desde un punto de vista social, es incuestionable la relación de fraternidad absoluta entre el pueblo mauritano y el saharaui. Explicada, en gran medida, por las similitudes culturales (aunque con matices que permiten su distinción) y la gran acogida ofrecida a la población saharaui durante los momentos más difíciles del exilio, acogida que todavía perdura a día de hoy.

Queda patente, por tanto, que intentar resquebrajar la consolidada relación entre Mauritania y el Sahara Occidental es un intento en balde, dado que el impacto en la misma no supone más que intentar tapar el sol con un dedo meñique. Sin embargo, pese a lo anterior, es comprensible que, en ciertas ocasiones, al igual que en la mencionada publicación, y tal y como reza el antiguo proverbio saharaui, "la verdad es amarga en los oídos" y aboca a intentar construir una realidad más dulce, aunque sea mera ficción.

Una ficción que, como es bien sabido, por muchas veces repetida, no deviene en realidad. La realidad es que el presidente de la RASD ha asistido a la toma de posesión de su homólogo mauritano en un ejemplo (más) de absoluta normalidad institucional entre ambos Estados.

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